martes, 18 de diciembre de 2012

El Cántico de Tobías

Nota del blog: Intelligenti pauca...
Para ver las notas de Straubinger ir a pag. 487 (496 según la numeración de la Biblia) AQUI 

G. Dore "La nueva Jerusalén"

CAPÍTULO XIII

CÁNTICO DE TOBÍAS.

1. Tobías el anciano abrió su boca,
y bendiciendo al Señor dijo:

"Grande eres Tú, oh Señor, por siempre, y tu reino dura por todos los siglos.
2. Porque Tú castigas y salvas;
Tú conduces al sepulcro y sacas de él,
y no hay quien escape de tus manos.

3. Bendecid al Señor, hijos de Israel,
y alabadle ante las naciones.
4. Pues por eso os ha esparcido
entre las gentes que no lo conocen,
para que contéis sus maravillas,
y les enseñéis que fuera de Él
no hay otro Dios todopoderoso.


5. Él nos ha castigado
por nuestras iniquidades,
y Él nos salvara por su misericordia.
6. Mirad lo que ha hecho por nosotros;
alabadle con temor y temblor,
y glorificad con vuestras obras
al rey de los siglos.

7. Yo le ensalzaré en la tierra de mi cautiverio,
pues ha manifestado su majestad
sobre una nación pecadora.
8. Convertíos, pues, oh pecadores,
y haced lo que es justo ante Dios,
seguros de que os hará misericordia.

9. En cuanto a mí,
yo y mi alma en Él nos alegraremos,
10. Bendecid al Señor todos sus escogidos,
celebrad días de alegría y loadle.

11. Jerusalén ciudad de Dios,
el Señor te ha castigado
por lo  que has hecho.
12. Glorifica al Señor
con tus buenas obras,
y bendice al Dios de los siglos,
para que reedifique en ti su morada
y te restituya todos[1] los cautivos
y te goces por todos los siglos de los siglos.

13. Brillarás con luz esplendorosa,
y todos los países de la tierra
se prosternarán delante de ti.
14. Vendrán a ti naciones lejanas;
trayendo dones adorarán en ti al Señor,
y tendrán tu tierra por santuario.
15. Porque dentro de ti
invocarán el gran Nombre.[2]

16. Malditos los que te desprecian;
serán condenados
todos los que te blasfemaren
y benditos los que te reedifiquen.
17. Te regocijarás en tus hijos,
porque todos[3] serán benditos
y se reunirán con el Señor.
18. Dichosos todos los que te aman
y se regocijan por tu paz.

19. Alma mía, bendice al Señor;
pues Él, el Señor Dios nuestro,
ha librado a Jerusalén, su ciudad,
de todas sus tribulaciones.
20. Dichoso seré yo,
si quedaren reliquias de mi linaje
para ver el esplendor de Jerusalén.[4]

21. De zafiros y de esmeraldas
se harán las puertas de Jerusalén
y de piedras preciosas
todo el circuito de tus muros.
22. Con piedras blancas y limpias
serán enlosadas todas sus calles
y en todos sus barrios se cantará Aleluya.

23. Bendito sea el Señor
que la ha ensalzado,
y sea su reino en ella por los siglos de los siglos. Amen”. 



    [1] Notemos que Tobías pide la restauración total, la cual nunca sucedió.
[2] Estos versículos forman un verdadero mosaico bíblico como lo nota Straubinger.
[3] Notar, una vez más, la plenitud de la cual está hablando Tobías.
[4] ¡Tobías pone su felicidad en que sus descendientes habiten la Jerusalén terrena restaurada! Sin dudas que esa Jerusalén debe ser algo extraordinario para que el justo Tobías ponga en ella su dicha.
¿Quién se atreverá a negar que su oración fue escuchada?