Nota del blog: Intelligenti pauca...
Para ver las notas de Straubinger ir a pag. 487 (496 según la numeración de la Biblia) AQUI
G. Dore "La nueva Jerusalén" |
CAPÍTULO XIII
CÁNTICO DE TOBÍAS.
1. Tobías el anciano abrió
su boca,
y bendiciendo al Señor dijo:
"Grande eres Tú, oh Señor,
por siempre, y tu reino dura por todos los siglos.
2. Porque Tú castigas y salvas;
Tú conduces al sepulcro y sacas
de él,
y no hay quien escape de tus
manos.
3. Bendecid al Señor, hijos de
Israel,
y alabadle ante las naciones.
4. Pues por eso os ha esparcido
entre las gentes que no lo
conocen,
para que contéis sus maravillas,
y les enseñéis que fuera de Él
no hay otro Dios todopoderoso.
5. Él nos ha castigado
por nuestras iniquidades,
y Él nos salvara por su
misericordia.
6. Mirad lo que ha hecho por
nosotros;
alabadle con temor y temblor,
y glorificad con vuestras obras
al rey de los siglos.
7. Yo le ensalzaré en la tierra de
mi cautiverio,
pues ha manifestado su majestad
sobre una nación pecadora.
8. Convertíos, pues, oh pecadores,
y haced lo que es justo ante
Dios,
seguros de que os hará
misericordia.
9. En cuanto a mí,
yo y mi alma en Él nos alegraremos,
10. Bendecid al Señor todos sus
escogidos,
celebrad días de alegría y
loadle.
11. Jerusalén ciudad de Dios,
el Señor te ha castigado
por lo que has hecho.
12. Glorifica al Señor
con tus buenas obras,
y bendice al Dios de los siglos,
para que reedifique en ti su
morada
y te restituya todos[1]
los cautivos
y te goces por todos los siglos
de los siglos.
13. Brillarás con luz
esplendorosa,
y todos los países de la tierra
se prosternarán delante de ti.
14. Vendrán a ti naciones
lejanas;
trayendo dones adorarán en ti al
Señor,
y tendrán tu tierra por
santuario.
15. Porque dentro de ti
invocarán el gran Nombre.[2]
16. Malditos los que te
desprecian;
serán condenados
todos los que te blasfemaren
y benditos los que te
reedifiquen.
17. Te regocijarás en tus hijos,
porque todos[3]
serán benditos
y se reunirán con el Señor.
18. Dichosos todos los que te
aman
y se regocijan por tu paz.
19. Alma mía, bendice al Señor;
pues Él, el Señor Dios nuestro,
ha librado a Jerusalén, su
ciudad,
de todas sus tribulaciones.
20. Dichoso seré yo,
si quedaren reliquias de mi
linaje
para ver el esplendor de
Jerusalén.[4]
21. De zafiros y de esmeraldas
se harán las puertas de Jerusalén
y de piedras preciosas
todo el circuito de tus muros.
22. Con piedras blancas y limpias
serán enlosadas todas sus calles
y en todos sus barrios se
cantará Aleluya.
23. Bendito sea el Señor
que la ha ensalzado,
y sea su reino en ella por los
siglos de los siglos. Amen”.
[2] Estos versículos forman un verdadero mosaico
bíblico como lo nota Straubinger.
[3] Notar, una vez más, la plenitud de la
cual está hablando Tobías.
[4] ¡Tobías pone su
felicidad en que sus descendientes habiten la Jerusalén terrena restaurada! Sin dudas
que esa Jerusalén debe ser algo extraordinario para que el justo Tobías ponga
en ella su dicha.
¿Quién se atreverá a negar que su oración fue escuchada?