El Vulnerario de Cristo, la
misteriosa emblemática de las llagas del cuerpo y del corazón de Jesucristo,
por Louis Charbonneau-Lassay, publicado por Gauthier Pierozak Éditeur,
X+438 pág.
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La imponente figura de Charbonneau-Lassay,
erudito arqueólogo y simbolista francés, ya es conocida seguramente por el
lector de este blog, dado que hemos publicado una reseña de su monumental libro
El Bestiario de Cristo, así como también un capítulo completo del mismo
(ver AQUI
y AQUI
la primera parte, respectivamente).
El Vulnerario de
Cristo, que era, en la mente del Autor, la continuación
de El Bestiario de Cristo, tuvo numerosas vicisitudes,
que da cuenta, muy someramente, el prólogo del traductor. Terminado apenas unos
meses antes de morir, el manuscrito original fue entregado, por los herederos,
a la misma casa editorial que había publicado El Bestiario, pero fue
devuelta, más de diez años después, rechazando la propuesta. Como si todo esto
no fuera suficiente, apareció un falso editor que se había comprometido a
publicarlo, pero el original nunca más apareció, y el libro jamás vio la luz.
Más de cincuenta años
después, Gauthier Pierozak pudo comprar todos los escritos que había dejado
Charbonneau-Lassay, y gracias a la lectura de algunas cartas y otros documentos
(todo lo cual da cuenta en la edición francesa), fue capaz de reconstruir el
libro, que fue publicado en su original francés, allá por 2018 (ver AQUI).
A comienzos de este año, y después de casi tres años de trabajo, se pudo
publicar la traducción inglesa (ver AQUI),
y ahora es el turno de la flamante edición española, “la hermosa lengua de
Cervantes y San Juan de la Cruz”, como leemos en el prólogo.
Este hermoso libro, que no
puede dejar de interesar a todos cuantos hacen de la Devoción al Sagrado Corazón
su escuela y su vida, a quienes, como León XIII, ven en ella “un poderoso
remedio para los males de nuestros días”, o, para tomar prestadas las palabras
al gran Pío XI:
“¿No
están acaso contenidos en esta forma de devoción el compendio de toda la
religión y aun la norma de vida más perfecta, puesto que constituye el medio
más suave de encaminar las almas al profundo conocimiento de Cristo Señor
nuestro y el medio más eficaz que las mueve a amarle con más ardor y a imitarte
con mayor fidelidad y eficacia?”.
Charbonneau-Lassay posee un
profundo conocimiento arqueológico, simbólico y artístico, que nos ayuda a
apreciar a cada paso las bellezas de esta devoción. Lejos de esa piedad pueril
y sosa tan propia del siglo XIX, a la que fustiga una y otra vez, el Autor sabe
que solamente una piedad cimentada en bases sólidas será capaz de producir
frutos abundantes y duraderos.