jueves, 30 de abril de 2020

Sobre algunos grupos de personas en el Apocalipsis (II edición) (XV de XV)

IX. Los Siervos

Creemos que bajo el nombre genérico de “los siervos” se esconden algunos grupos de los que ya hemos hablado antes, a saber, los Profetas y los Santos, más algunos otros.

Primero tengamos presente los textos en que son nombrados y luego veamos si se puede encontrar alguna cosa de interés.

Apoc. I, 1: “Revelación de Jesucristo, que le dio Dios para mostrar a los siervos suyos “lo que debe suceder en breve”, y significó enviando por medio del Ángel suyo al siervo suyo, Juan…”.

Apoc. VII, 3: “No dañéis la tierra, ni el mar, ni los árboles, hasta que hayamos sellado a los siervos de nuestro Dios en sus frentes”.

Apoc. X, 7: “…sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando vaya a trompetear, también se consumó el misterio de Dios como evangelizó a sus siervos los profetas”.

Apoc. XI, 18: “Y las naciones se airaron y vino tu ira y el tiempo para que los muertos sean juzgados; y para dar la recompensa a tus siervos: los profetas y los santos; y a los que temen tu Nombre: los pequeños y los grandes; y para destruir a los que destruyen la tierra”.

Apoc. XIX, 1-2: Después de esto oí como voz grande de multitud copiosa en el cielo que decían: “¡Aleluya! La salud y la gloria y el poder de nuestro Dios; porque verdaderos y justos (son) sus juicios, porque ha juzgado a la ramera, la grande, que corrompía la tierra con su fornicación y ha vengado la sangre de sus siervos, de su mano”.

Apoc. XIX, 5: “Y una voz desde el trono salió diciendo: “Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos y los que le temen, los pequeños y los grandes”.

Apoc. XXII, 3: Y ninguna maldición habrá ya y el trono de Dios y del Cordero en ella estará y sus siervos (de Dios) le servirán”.

Apoc. XXII, 6: “Y díjome: “Éstas, las palabras (son) fieles y verdaderas; y Yahvé, el Dios de los espíritus de los profetas, envió su ángel para mostrar a sus siervos “lo que debe suceder en breve”.


***

Bueno, por ahora veamos los textos que no causan mayores dificultades:

1) En VII, 3 todo parece indicar que esos siervos coinciden con la Mujer que huye al desierto, es decir con los 144.000 sellados de las doce tribus de Israel y que se identifica con el sexto sello[1].

2) Sobre X, 7 ya habíamos hablado antes al desarrollar los Profetas, donde decíamos:

Los dos Profetas serán los encargados principales de Testimoniar la próxima venida del Reino de Jesucristo y los mártires del quinto sello serían algo así como sus discípulos, aquellos que deberán predicar el Evangelio del Reino ante gobernadores y reyes (Mc. XIII, 9; Mt. X, 18).

Estos Mártires del quinto Sello serán algo así como los predicadores de los cuales se valdrán los dos Testigos para anunciar al mundo entero la inminente venida de Nuestro Señor[2].

lunes, 27 de abril de 2020

Algunas Notas a Apocalipsis XI, 10-12


10. Y los que habitan sobre la tierra se regocijan sobre ellos y se alegran y dones se enviarán unos a otros, porque éstos, los dos profetas, atormentaron a los que habitan sobre la tierra.

Concordancias:

χαίρουσιν (se rogocijan): cfr. Mt. XXVI, 49; XXVII, 29; Mc. XIV, 11; XV, 18; Lc. XXII, 5; XXIII, 8; Jn. XVI, 20; XIX, 3; I Cor. XIII, 6; Apoc. XIX, 7.


Comentario:

Por el v. 6 sabemos que los dos Profetas tienen potestad para herir la tierra con plagas cuantas veces quisieran, y de ahí que los que habitan sobre la tierra se alegren al verlos muertos.

Por otra parte, esta alegría de los que habitan sobre la tierra parece haber estado tipificada en el festín de Baltazar (Daniel V) y la sexta Trompeta sería lo figurado allí. El Anticristo, ya en Jerusalén, después de ser “turbado por rumores del oriente y del norte” (Babilonia, sexta Trompeta), irá a combatir contra los tres reinos que atacan Babilonia y sus habitantes (Dan. VII, 8.20).

Fillion: “Cruciaverunt eos: los dos testigos habían atormentado a los impíos por su predicación y por sus milagros (comparar los vv. 5 y 6)”.

Vander Heeren: “Los que haitan sobre la tierra: los adeptos del Anticristo”.

Swete: “Los que habitan sobre la tierra: el mundo no cristiano, según la fórmula apocalíptica, cf. III, 10; IV, 10; VIII, 13; XIII, 8.12.14; XVII, 2.8”.


11. Y después de los tres días y medio, un espíritu de vida de parte de Dios entró en ellos y se pararon sobre sus pies y temor grande cayó sobre los que los contemplaban.

Citas Bíblicas:

Ez. XXXVII, 5.10: “Así dice Yahvé a estos huesos: He aquí que os infundiré espíritu y viviréis… Profeticé como Él me había mandado; y entró en ellos el espíritu y vivieron y se pusieron en pie, (formando) un ejército sumamente grande”.

viernes, 24 de abril de 2020

Sobre algunos grupos de personas en el Apocalipsis (II edición) (XIV de XV)


Bien, tratemos de ordenar un poco todo este lío.

En la batalla del Harmagedón vemos los siguientes grupos que guerrean contra el Cordero:

a) Anticristo-Individuo (XIX, 19-20).

b) Falso Profeta (XIX, 20).

c) Diez Cuernos (XVII, 14).

d) Reyes de la tierra (XIX, 19), también llamados Reyes de todo el mundo habitado (XVI, 14)[1].

Ahora bien, en la batalla del capítulo XIX hay claramente dos etapas: una en la cual son muertos la Bestia y el Falso Profeta (v. 20) y otra donde perecen los restantes (v. 21).

Parece no haber dudas en el hecho de que en la primera de las etapas se trata del Anticristo-Individuo[2], gracias al pasaje paralelo de San Pablo cuando le escribe a los Tesalonicenses en su segunda carta (II, 8):

Y entonces se revelará el inicuo, a quien el Señor Jesús matará por el aliento (lit. espíritu) de su boca y (¿esto es?) anulará por la manifestación de su parusía…”.

Aquí termina la primera etapa de la guerra del Harmagedón y lo que sigue después es, ni más ni menos, el comienzo del Juicio de las Naciones, lo cual se prueba fácilmente por algunos pasajes bíblicos:

1) Primero y principal, el orden de todos estos acontecimientos, y que muchos pasan por alto, ya fue indicado claramente por Nuestro Señor en el Discurso Parusíaco cuando dijo (Mt. XXIV):

29. "E inmediatamente después de la tribulación de los días aquellos, el sol se obscurecerá y la luna no dará su resplandor y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos serán sacudidas.
30. Y entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y entonces harán luto todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con virtud y gloria mucha.
31. Y enviará sus ángeles con trompeta grande y congregarán a sus elegidos de los cuatro vientos, de extremos del cielo a extremos de ellos.

martes, 21 de abril de 2020

Algunas Notas a Apocalipsis XI, 8-9


8. Y el cadáver de ellos (yacerá) en la plaza de la ciudad, la grande, que se llama espiritualmente Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado.

Citas Bíblicas:

Salmo LXXVIII: “Salmo de Asaf.

Oh Dios, los gentiles
han invadido tu heredad,
han profanado el Templo de tu santidad,
han hecho de Jerusalén un montón de ruinas.
Dieron los cadáveres de tus siervos
por pasto a las aves del cielo;
las carnes de tus santos
a las bestias de la tierra.
Derramaron su sangre como agua,
en rededor de Jerusalén,
y no hubo quien les diera sepultura.
Hemos venido a ser
el escarnio de nuestros vecinos,
fábula y ludibrio de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor?
¿Ha de durar tu ira para siempre?
¿Arderán tus celos como el fuego?
Derrama tu cólera sobre las gentes
que no te conocen,
y sobre los reinos que no invocan tu Nombre;
porque ellos han devorado a Jacob
y han asolado su morada.
No quieras recordar contra nosotros
las iniquidades de nuestros mayores;
venga pronto a encontrarnos tu misericordia,
porque estamos muy abatidos.
Acude a socorrernos,
oh Dios, Salvador nuestro,
por la gloria de tu Nombre.
Líbranos y olvida nuestros pecados,
a causa de tu Nombre.
¿Por qué han de decir los gentiles:
“¿Dónde está el Dios de éstos?”
Sea manifiesta contra los gentiles,
delante de nuestros ojos,
la venganza por la sangre vertida de tus siervos.
Suba hasta Ti el gemido de los cautivos,
según la potencia de tu brazo,
salva a los destinados a la muerte.
Derrama en retorno,
sobre el seno de nuestros vecinos,
septuplicado el ultraje
que arrojaron sobre Ti, Señor.
Y nosotros, tu pueblo, y ovejas de tu grey,
te daremos gracias eternamente,
y cantaremos tu alabanza,
de generación en generación”.


Comentario:

Con respecto a la singular opinión de Lacunza, notemos un par de cosas:

sábado, 18 de abril de 2020

Sobre algunos grupos de personas en el Apocalipsis (II edición) (XIII de XV)


VIII. Diversos grupos

Para terminar, pasemos revista a una serie de grupos que aparecen durante el reinado del Anticristo y que son nombrados de nuevo hacia el final del mismo.

Apoc. VI, 15: “Y los reyes de la tierra y los magnates[1] y los tribunos y los ricos y los fuertes y todo siervo y libre se escondieron en las cuevas y en las peñas de los montes…”.

Apoc. XIII, 16: “Y hace que a todos: los pequeños y los grandes y los ricos y los pobres y los libres y los siervos para que se les dé una marca sobre la mano de ellos, la derecha, o sobre la frente de ellos…”.

Apoc. XIX, 17-18: “Venid, congregaos al banquete, el grande, de Dios, a comer carnes de reyes y carnes de tribunos y carnes de fuertes y carnes de caballos y de los sentados sobre ellos, y carnes de todos: y libres y siervos y pequeños y grandes”.


***

Antes de sacar algunas conclusiones, tratemos primero de enmarcar estos pasajes en su lugar correspondiente.

No es posible dudar que en el capítulo VI se describe el comienzo del Juicio de las Naciones cuando se narran las conmociones en el sol, la luna, las estrellas y el cielo, y que a este Juicio lo vemos profetizado en muchos otros lugares, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento: Is. XIII, 9-10; XXXIV, 4; Jl, II, 10.30; III, 4.15; Mt. XXIV, 29; Mc. XIII, 24; Lc. XXI, 25.

La dificultad, más bien, parecería estar en el capítulo XIX.

Repasemos primero el texto y luego lo sometamos a un breve análisis:

11. Y vi el cielo abierto y he aquí un caballo blanco y el sentado sobre él llamado “Fiel y Verdadero” y con justicia juzga y guerrea.
12. Y sus ojos, llama de fuego y sobre su cabeza, diademas muchas; teniendo un nombre escrito que nadie sabe sino Él mismo.
13. Y vestido con un vestido teñido en sangre, y se llama su nombre “la Palabra de Dios”.
14. Y los ejércitos, los (que están) en el cielo, le seguían en caballos blancos, vestidos de lino fino blanco, puro.
15. Y de su boca sale una espada aguda, para con ella herir a las naciones y Él las destruirá con vara férrea y Él pisotea el lagar del vino del furor de la ira de Dios, el Todopoderoso.
16. Y tiene sobre el vestido y sobre su muslo un nombre escrito: “Rey de reyes y Señor de señores”.
17. Y vi un ángel estando de pie en el sol y clamó con voz grande, diciendo a todas las aves, las que vuelan en medio del cielo: “Venid, congregaos al banquete, el grande, de Dios,
18. a comer carnes de reyes y carnes de tribunos y carnes de fuertes y carnes de caballos y de los sentados sobre ellos, y carnes de todos: y libres y siervos y pequeños y grandes”.
19. Y vi a la Bestia y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos congregados, hacer la guerra contra el sentado sobre el caballo y contra su ejército.
20. Y fue cogida la Bestia y con ella el Falso Profeta, el que había hecho los signos delante de ella, con los cuales había engañado a los que habían recibido la marca de la Bestia y a los que se postran ante su imagen. Vivos fueron arrojados los dos al lago, el de fuego, del que arde con azufre.
21. Y los restantes fueron muertos con la espada del sentado sobre el caballo, la que salía de su boca y todas las aves se hartaron de sus carnes.

Antes que nada, pongamos este capítulo en su contexto inmediato: en los capítulos XV-XVI vemos el derrame de las siete Copas, mientras que en los XVII-XVIII asistimos a la destrucción de Babilonia, luego la profecía sigue en el capítulo XIX con el regocijo en el cielo por la destrucción de la gran Ramera, tras lo cual vemos el cielo abierto y la aparición de Jesucristo.

miércoles, 15 de abril de 2020

Algunas Notas a Apocalipsis XI, 6-7


6. Estos tienen la autoridad de cerrar el cielo para que lluvia no llueva los días de su profecía y autoridad tienen sobre las aguas para convertirlas en sangre y para herir la tierra con toda plaga cuantas veces quisieren.

Concordancias:

ὑδάτων (agua): cfr. Apoc. I, 15; VII, 17; VIII, 10-11; XII, 15; XIV, 2.7; XVI, 4-5.12; XVII, 1.15; XIX, 6; XXI, 6; XXII, 1.17.

Αἵμα (sangre): cfr. Apoc. I, 5; V, 9; VI, 10.12; VII, 14; VIII, 7-8; XII, 11; XIV, 20; XVI, 3-4.6; XVII, 6; XVIII, 24; XIX, 2.13.


Citas Bíblicas:

Lc. IV, 25-26: “En verdad, os digo: había muchas viudas en Israel en tiempo de Elías, cuando el cielo quedó cerrado durante tres años y seis meses, y hubo hambre grande en toda la tierra; mas a ninguna de ellas fué enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón”.

Sant. V, 17-18: “Elías, que era un hombre sujeto a las mismas debilidades que nosotros, rogó fervorosamente que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por espacio de tres años y seis meses. Y de nuevo oró; y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto”.


Comentario:

Cfr. Las tres primeras Trompetas (VIII, 7-11).

Straubinger: “Alude igualmente a Elías, en cuyo tiempo no hubo lluvia (III Rey. XVII, 1) y a Moisés que convirtió el agua del Nilo en sangre (Ex. VII, 19)”.


7. Y cuando hayan consumado su testimonio, la Bestia, la que sube del abismo, hará contra ellos guerra y los vencerá y los matará.

Concordancias:

τελέσωσιν (hayan consumado): cfr. Mt. VII, 28; X, 23; XI, 1; XIII 53; XIX, 1; XXVI, 1; Lc. XII, 50; XVIII, 31; XXII, 37; Jn. XIX, 28.30; Hech. XIII, 29; II Tim. IV, 7; Apoc. X, 7; XV, 1.8; XVII, 17; XX, 3.5.7.

ναβαῖνον (sube): cfr. Apoc. IV, 1; VII, 2; VIII, 4; IX, 2; XI, 12; XIII, 1.11; XIV, 11; XVII, 8; XIX, 3; XX, 9.


Comentario:

domingo, 12 de abril de 2020

Sobre algunos grupos de personas en el Apocalipsis (II edición) (XII de XV)


VII. Los Reyes de la Tierra

Apoc. I, 5: “Y de Jesucristo, el Testigo, el fiel, el Primogénito de los muertos y el Príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libró de nuestros pecados en su sangre…”.

Apoc. VI, 15: “Y los reyes de la tierra y los magnates y los tribunos y los ricos y los fuertes y todo siervo y libre se escondieron en las cuevas y en las peñas de los montes”.

Apoc. XVII, 1-2: “Y vino uno de los siete ángeles, de los que tienen las siete copas, y habló conmigo diciendo: “(Ven) aquí: te mostraré el juicio de la ramera, la grande, la sentada sobre aguas muchas; con la cual fornicaron los reyes de la tierra y se embriagaron los que habitan la tierra, con el vino de su fornicación”.

Apoc. XVII, 18: “Y la Mujer que has visto es la ciudad, la grande, la que tiene reino sobre los reyes de la tierra”.

Apoc. XVIII, 3: “Porque del vino del furor de su fornicación bebieron todas las naciones y (¿esto es?) los reyes de la tierra con ella fornicaron y los mercaderes de la tierra con el poder de su lujo se enriquecieron”.

Apoc. XVIII, 9: “Y llorarán y harán luto por ella los reyes de la tierra, los que con ella fornicaron y (¿esto es?) vivieron en el lujo, cuando vean el humo de su incendio”.

Apoc. XIX, 19: “Y vi a la Bestia y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos congregados, hacer la guerra contra el sentado sobre el caballo y contra su ejército”.

Apoc. XXI, 24: “Y caminarán las naciones a su luz y los reyes de la tierra traen su gloria a ella”.


***

Lo primero que tenemos que decir es que este grupo de Reyes se identifica con los Reyes de todo el orbe, como podemos constatar con la simple comparación de algunos textos:

Apoc. XVIII, 1-3: “Después de esto vi otro ángel descendiendo del cielo, teniendo autoridad grande y la tierra se iluminó con su gloria. Y clamó con fuerte voz, diciendo: “Ha caído, ha caído Babilonia la grande y se hizo habitación de demonios y prisión de todo espíritu impuro y prisión de toda ave impura y odiada. Porque del vino del furor de su fornicación bebieron todas las naciones y (¿esto es?) los reyes de la tierra con ella fornicaron y los mercaderes de la tierra con el poder de su lujo se enriquecieron”.

Y su pasaje paralelo:

Apoc. XIV, 8: “Y otro, un segundo ángel, siguió diciendo: “Ha caído, ha caído Babilonia la grande, que del vino del furor de su fornicación abrevó a todas las naciones”.

Como así también:

jueves, 9 de abril de 2020

Algunas Notas a Apocalipsis XI, 4-5


4. Estos son los dos olivos y los dos candelabros, los que delante del Señor de la tierra están de pie.

Notas Lingüísticas:

Los que están “de pie” (masc.) no son los olivos ni los candelabros (fem.) sino “estos” (masc.).


Citas Bíblicas:

Zac. IV, 1-14: “Vino de nuevo el ángel que había hablado conmigo, y me despertó como a hombre a quien se despierta de su sueño. Y me dijo: “¿Qué es lo que ves?” Respondí: “Miré y vi un candelabro, todo de oro, y encima de él su recipiente, y sus siete tubos para las lámparas que hay en el candelabro, y junto a él dos olivos, uno a la derecha del recipiente, y el otro a su izquierda”. Entonces, dirigiéndome al ángel que hablaba conmigo; le pregunté: “¿Qué es esto?, señor mío”. Respondió el ángel que conmigo hablaba, y me dijo: “¿Tú no sabes lo que es esto?”, “No, señor mío”, dije yo. Tomó él la palabra y me dijo así: “Ésta es la palabra de Yahvé a Zorobabel: No por medio de un ejército ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice Yahvé de los ejércitos. ¿Qué eres tú, oh monte grande, ante Zorobabel? Serás reducido a una llanura; y él colocará la piedra de remate en medio de las aclamaciones (del pueblo): ¡Gracia, gracia sobre ella! Y me llegó la palabra de parte de Yahvé, diciendo: Las manos de Zorobabel echaron los fundamentos de esta Casa, y sus manos la acabarán; por esto conocerás que Yahvé de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Porque los que despreciaron el tiempo de los humildes (comienzos), verán gozosos la plomada en la mano de Zorobabel. Aquellos siete (ojos) son los ojos de Yahvé que recorren toda la tierra”. Yo respondí (al ángel) preguntándole: “¿Qué significan éstos dos olivos a la derecha y a la izquierda del candelabro?” Y pregunté de nuevo y dije: “¿Qué significan las dos ramas de olivo que por medio de los dos tubos de oro vierten de sí el dorado aceite?”. Me contestó diciendo: “Pues qué, ¿no sabes tú qué son éstos?» A lo cual respondí: “No, señor mío”. Entonces dijo: “Éstos son los dos ungidos que están ante el Señor de toda la tierra”.

Ver Ageo II, 24 y Zac. III, 8 y notas de Straubinger.

Comentario:

Zorobabel: Líder civil que reconstruye el Templo.

Jesús: Sumo Pontífice que dedica y oficia en el Templo.

¿Símbolos de los futuros Caudillo y Pontífice de Israel bajo Elías? Cfr. Eccl. XLIX, 13; Is. XXII, 22.

Wikenhauser: “Ahora continúa Juan narrando en forma profética la actividad y la suerte de los dos testigos, pero sin indicar que le hayan sido comunicado en visión. El verbo “vi”, que con tanta frecuencia se repite en el Apocalipsis, falta por completo en este capítulo. Comienza por presentar al lector los dos testigos. No da, sin embargo, sus nombres, sino que se contenta con designarlos como “los dos olivos… que están puestos ante el Señor de toda la tierra”, es decir, ante Dios. La frase contiene una alusión a Zac. IV, 3-13, con la diferencia de que este profeta habla sólo de los olivos colocados a derecha e izquierda del candelabro de siete brazos, que es símbolo de Dios; por lo demás, en Zacarías los dos olivos designan a Zorobabel, príncipe de la estirpe davídica, y a Josué, sumo sacerdote, representantes del estado judío y de su comunidad religiosa. Al equipararlos con olivos se los caracteriza como a ungidos, como a personajes dotados del espíritu de Dios. Su posición al lado del candelabro quiere significar que cumplen su oficio como servidores gratos a Dios y que gozan de su protección omnipotente”.

lunes, 6 de abril de 2020

Sobre algunos grupos de personas en el Apocalipsis (II edición) (XI de XV)


VI. Los Santos

Nota del Blog: Hemos modificado un tanto la opinión que dimos en su momento[1], así que sirva esta nueva entrada como una Retractatio.


***

Contrariamente a lo que pensábamos antes, este nombre parece incluir nada más que un solo grupo. Primero veamos los textos:

Apoc. V, 8: “Y cuando hubo recibido el libro, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron ante el Cordero, teniendo cada cual una cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos”.

Apoc. VIII, 3-4: “Y otro ángel vino y se puso de pie ante el altar, teniendo un incensario de oro y se le dio muchos perfumes para que diese a las oraciones de todos los santos sobre el altar, el de oro, el que (está) delante del trono. Y subió el humo de los perfumes por las oraciones de los santos de mano del ángel ante Dios”.

Apoc. XI, 18: “Y las naciones se airaron y vino tu ira y el tiempo para que los muertos sean juzgados; y para dar la recompensa a tus siervos: los profetas y los santos; y a los que temen tu Nombre: los pequeños y los grandes; y para destruir a los que destruyen la tierra”.

Apoc. XIII, 7.10: “Y se le dio hacer guerra contra los santos y vencerlos y se le dio autoridad sobre toda tribu y pueblo y lengua y nación… si alguno a cautiverio, a cautiverio va; si alguno a cuchilla ha de ser muerto, a cuchilla ha de ser muerto. Aquí está la perseverancia y la fe de los santos”.

Apoc. XIV, 12-13: “Aquí la perseverancia de los Santos está, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Y oí una voz del cielo diciendo: “Escribe: ¡Bienaventurados los muertos, los que en Señor mueren, desde ahora!”. “Sí, dice el Espíritu: que descansen de sus trabajos[2]; en efecto, sus obras les siguen”.

Apoc. XVI, 6: “Porque sangre de santos y profetas derramaron y sangre les has dado a beber: dignos son”.

Apoc. XVII, 6: “Y vi a la mujer ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los testigos de Jesús; y me maravillé, al verla, con maravilla grande”.

Apoc. XVIII, 20.24: “¡Alégrate sobre ella, cielo y (¿esto es?) los santos y los apóstoles y los profetas, pues ha juzgado Dios vuestro juicio contra ella!... Y en ella sangre de profetas y santos fue hallada y (¿esto es?) de todos los que fueron degollados sobre la tierra”.

Apoc. XIX, 7-8: “Regocijémonos y exultemos y le daremos la gloria, porque ha llegado la boda del Cordero y su mujer se ha preparado. Y se le dio vestirse de lino fino, resplandeciente, puro; en efecto, el lino fino, las justicias de los santos son”.

Apoc. XX, 9: “Y subieron sobre la latitud de la tierra y cercaron el campamento de los santos y la ciudad, la amada, y descendió fuego del cielo y los devoró”.

Apoc. XXII, 11: “El que daña, dañe más y el sucio, ensúciese más y el justo justicia haga más y el santo santifíquese más”.

Apoc. XXII, 21: “La gracia del Señor Jesús (sea) con todos los santos. Amén”.


***

Empecemos primero por los textos más claros:

En XIII, 7 se identifica claramente a los santos con aquellos que son vencidos por la Bestia del Mar, es decir, muertos por ella y lo mismo se dice, con otras palabras, en otros pasajes al afirmar que la Bestia está ebria de la sangre de los santos y que será castigada por haber derramado su sangre (XVI, 6; XVII, 6; XVIII, 20.24), ante lo cual son invitados a alegrarse los santos en forma particular, por obvias razones (XIX, 7-8) y se les promete una recompensa (XI, 18).

En XIII, 10 y en XIV, 12 habla de la perseverancia de los santos, a los que identifica con los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, perseverancia que consiste en resistir hasta la muerte.

Un último argumento no será menos definitivo: en

Apoc. XII, 17 leemos:

“Y se airó el Dragón contra la Mujer y se fue a hacer guerra contra los restos de su simiente, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús”.

Mientras que en XIII, 7 ya habíamos visto:

Y se le dio hacer guerra contra los santos y vencerlos y se le dio autoridad sobre toda tribu y pueblo y lengua y nación”.

Identificando una vez más a los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús con los santos.