14. Y tu fruto del deseo de tu alma se fue de ti y todo lo pingüe y resplandeciente pereció de tí y no lo hallarán ya.
Concordancias:
Ὀπώρα (fruto): Hápax absoluto.
Ἐπιθυμίας (deseo): Hápax en el Apoc. cfr. Mc. IV, 19; Jn. VIII, 44; Rom. I, 24; VI, 12; XIII, 14; Gal. V, 16.24; Ef. II, 3; IV, 22; Col. III, 5; I Tes. IV, 5; I Tim. VI, 9; II Tim. II, 22; III, 6; IV, 3; Tit. II, 12; III, 3; Sant. I, 14-15; I Ped. I, 14; II, 11; IV, 2-3; II Ped. I, 4; II, 10.18; III, 3; I Jn. II, 16-17; Jud. I, 16.18.
ψυχῆς (almas): cfr. Apoc. VI, 9; VIII, 9; XII, 11; XVI, 3; XVIII, 13; XX, 4.
ἀπῆλθεν (se fue): cfr. Apoc. IX, 12; X, 9; XI, 14; XII, 17; XVI, 2; XXI, 1.4.
Λιπαρὰ (pingües): Hápax absoluto.
Λαμπρὰ (resplandeciente): cfr. Lc. XXIII, 11; Hech. X, 30; Sant. II, 2-3; Apoc. XV, 6; XIX, 8; XXII, 1.16.
Ἀπώλετο (perecieron): Hápax en el Apoc. cfr. Mt. V, 29-30; X, 28.39.42; XVI, 25; XXI, 41; XXII, 7; XXVI, 52; Mc. VIII, 35; IX, 41; XII, 9; Lc. IX, 24-25; XIII, 3.5; XVII, 27.29.33; XX, 16; Jn. X, 10; XII, 25; XVII, 12; I Cor. I, 18-19; X, 9-10; II Cor. IV, 3; II Tes. II, 10; Sant. IV, 12; II Ped. III, 6; Jud. I, 5.11.
Οὐκέτι (ya): cfr. Apoc. X, 6; XVIII, 11.
Εὑρήσουσιν (hallarán): cfr. Apoc. II, 2; III, 2; V, 4; IX, 6; XII, 8; XIV, 5; XVI, 20; XVIII, 21-22.24; XX, 11.15.
Notas Lingüísticas:
Zerwick: “ἡ ὀπώρα σου τῆς ἐπιθυμίας τῆς ψυχῆς: frutos con los cuales se deleitaba tu alma”.
Comentario:
Allo: “ὀπώρα (fruto): fruto de otoño, bueno para cocinar”.
Zerwick: “Fin del verano, comienzo del otoño, fruto de ese tiempo”.
Garland: “οὐκέτι οὐ μὴ αὐτὰ εὑρήσουσιν: no más, no, no serán hallados”. La doble negación οὐ μὴ, combinado con no más (οὐκέτι) enfatiza fuertemente la imposibilidad de encontrar jamás estos ítems comerciales en ella. Esto señala la manera de su destrucción que es permanente e irreversible”.
Swete: “Fruto es el del otoño, maduro para ser cosechado; ver Jer. XL, 10.12; Jud. 12. Justo cuando el fruto del trabajo de muchas generaciones parecía estar listo para caer en la boca, desapareció como un sueño”.
15. Los mercaderes de estas cosas, los que se enriquecieron de ella, desde lejos, estarán de pie, por el temor de su tormento, llorando y lamentándose