3. Y fue visto otro signo en el cielo, y he aquí un Dragón grande, rojizo, teniendo cabezas siete y cuernos diez y sobre sus cabezas siete diademas.
Concordancias:
σημεῖον (signo):
cfr. Mt. XXIV, 3.24.30; Mc. XIII, 4.22;
XXI, 7.11.25; Hech. II, 19; II Tes. II, 9; Apoc. XII, 1; XIII, 13-14; XV, 1;
XVI, 14; XIX, 20. Ver Apoc. I, 1.
οὐρανῷ (cielo): cfr. Mt. V, 34; XXIII, 21-22; Hech. VII, 49; Apoc. III, 12; IV, 2; V, 3.13; VIII, 1; X, 1.4-6.8; XI, 12-13.15.19; XII, 1.7-8.10.12; XIII, 6; XIV, 2.13.17; XV, 1.5; XVI, 11.21; XVIII, 1.4-5.20; XIX, 1.14; XX, 1.9.11; XXI, 2.10.
δράκων (Dragón): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. XII, 4.7.9.13.16-17; XIII, 2.4.11; XVI, 13; XX, 2.
δράκων μέγας (Dragón grande): cfr. Apoc. XII, 9.
πυρρός (rojizo): cfr. Apoc. VI, 4. Ver Hech. XX, 4.
κεφαλὰς (cabeza): cfr. Apoc. I, 14; IV, 4; IX, 7.17.19; X, 1; XII, 1; XIII, 1.3; XIV, 14; XVII, 3.7.9; XVIII, 19; XIX, 12.
κέρατα (cuernos): cfr. Lc. I, 69; Apoc. V, 6; IX, 13; XIII, 1.11; XVII, 3.7.12.16.
δέκα (diez): cfr. Apoc. II, 10; XIII, 1; XVII, 3.7.12.16.
διαδήματα (diademas): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. XIII, 1; XIX, 12.
Comentario:
El Dragón es color de fuego al igual que el Segundo Jinete (VI, 4).
Al igual que en el v. 1 el sentido es: “desde el cielo vieron otro signo, etc”. En este caso, sin embargo, el Dragón parece no estar en la tierra sino sobre los aires ya que desde allí arroja la tercera parte de las estrellas sobre la tierra (v. 4) y luego baja para devorar al Hijo de la Mujer.
1) Dragón (XII, 3): 7 Cabezas, 10 Cuernos, 7 Diademas sobre las Cabezas.
2) Bestia del Mar (XIII, 1): 7 Cabezas, 10 Cuernos, 10 Diademas sobre los Cuernos.
Está claro que el Demonio busca en la Bestia una réplica de sí mismo. Sin embargo, ¿representarán esas cabezas y esos cuernos que tiene, alguna imitación de la jerarquía angélica tal como vemos en el cielo (24 Ancianos, 7 Arcángeles, 4 Tronos) de forma tal que sus 7 Cabezas correspondan a los siete Arcángeles (V, 6) y sus 10 Cuernos a los 24 Ancianos?
Satanás es llamado:
a) Rahab: Job XXVI, 12-13; Sal. LXXXVIII, 11; Is. LI, 9-10, etc.
b) Leviatán: Sal. LXXIII, 13 ss; Is. XXVII, 1.
c) Behemot: Job XL, 15-24.
d) Dragón del mar: Job VII, 12; Ez. XXIX, 3-6; XXXII, 2-8; Jer. LI, 34.36.42.
e) Serpiente: Amós IX, 2 ss.
Straubinger: “El Dragón, llamado serpiente en el v. 14, es el mismo Satanás (vv. 7 y 10; XX, 2). ¡Siete diademas! Indican, dice Fillion, su autoridad real. Son las que le corresponden como príncipe de este mundo (Lc. IV, 5 ss; Jn. XIV, 30). Pero muchas más tendrá Jesús el día de su triunfo (XIX, 12)”.
Allo: “Las “Siete cabezas”, cfr. la “Bestia” del capítulo XIII y XVII, Sal. LXXII, 14, las múltiples cabezas del Leviatán”.
Allo: “Los “Diez Cuernos”, cfr. Dan. VII, 4.7; VIII, 9-10, descripción de la Cuarta Bestia; Apoc. XIII y XVII, la Primera Bestia”.
Allo: “πυρρός, rojo o rojizo, color de fuego o de sangre, como el segundo caballo del capítulo VI; no confundir con κοκκίνος (escarlata), color de la Bestia (XVII, 3 s)”.
Allo: “Las Diademas, símbolo del poder real de este monstruo que es el Diablo, cfr. Luc. IV, 6; Jn XII, 31; XIV, 30; XVI, 11; Ef. II, 2”.
Allo: “Su color rojo lo caracteriza como asesino “homicida ab initio” y no está relacionado con la “púrpura” de los Césares, como tampoco con sus cabezas y diademas donde Andrés veía los siete espíritus más malos de entre sus ministros, y los Diez pecados opuestos al Decálogo (…) es probable que estas “Siete cabezas” estén concebidas en oposición a los “Siete Espíritus” de Dios; en cuanto a los “Diez cuernos”, vienen de Daniel VII, 7”.
Wouters: “No parece errado ver en estas siete cabezas a siete demonios; pues, así como en VIII, 2 se dice que Dios tiene sus siete ángeles primarios que sirven a la justicia y para castigo de los malos, así Lucifer, el príncipe de los demonios, según este capítulo, parecería tener los siete diablos primarios para que le sirvan en la crudelísima persecución contra los fieles de Cristo. De aquí que a ellos se les pueda apropiar las palabras de Lc. XI, 26: “Entonces se va a tomar consigo otros siete espíritus aún más malos que él mismo”.
No parece que Nuestro Señor esté hablando aquí de Satanás porque dice que busca “siete espíritus peores”, pero la idea puede servir como imagen.
Swete: “La Bestia del cap. XIII tiene diez diademas sobre sus cuernos; el divino Conquistador del cap. XIX tiene muchas diademas sobre su cabeza. Las diez diademas del Dragón representan su poder sobre los reinos de la tierra; cf. Lc. IV, 6; Jn. XII, 31; XIV, 30; XVI, 11”.
Kidushim, f. 29b (tratado judío sobre el matrimonio, citado por Swete): “El demonio fue visto con la forma de Dragón con siete cabezas”.
San Andrés de Cesarea: “Sus siete cabezas son los siete poderes más perversos que él opuestos, además, a las (siete) potencias espirituales, o bien son los siete espíritus que, como dijo Cristo en los Evangelios, van a habitar en el hombre que tiene el corazón barrido y vacío de buenos pensamientos y obras”.
Biblia de Sacy: “Se puede decir también que, así como se le da a Dios siete ángeles
para que sean los principales ejecutores de sus deseos, san Juan le da también
al diablo siete demonios principales que presiden a los siete pecados capitales,
así como el Dragón preside a todos; a lo cual se le puede relacionar las
palabras del Evangelio: “Toma otros siete espíritus peores que él”.