domingo, 31 de enero de 2021

La Disputa de Tortosa (XXXVII de XXXVIII)

   Memoria de R. Ferrer

Las Escrituras (en concreto, el Talmud) deben interpretarse de modo que concuerden con los artículos de la fe y no a la inversa. Pero el judío tiene como artículo de fe esperar al Mesías mientras los judíos estén en cautividad. Luego toda autoridad de las Escrituras (= del Talmud) hay que interpretarla de modo que concuerde con este artículo de la fe judía. 

Por lo demás, es digno de notarse que considera al Talmud como escritura revelada, ya que en la octava conclusión dice que el judío ha de proceder con el Talmud al igual que el cristiano procede con el Evangelio. En esto coincide con R. Ishaq, quien, más tarde (en la ses. 65), comparó el Talmud con la Biblia, diciendo se habían de seguir para ambos las mismas reglas de interpretación. 

R. Ferrer, en el prólogo de su Memoria, manifestó su intención de entablar discusión con Jerónimo, una vez éste le respondiese; pero, oída la réplica de Jerónimo, desistió, porque sus argumentos quedaron tan malparados, que toda insistencia era imposible. 

 

Respuesta de Jerónimo: 

Jerónimo negó la mayor y la menor. 

Respecto a la menor, probó plenamente que el esperar al Mesías mientras los judíos estén en cautividad, ni es ni puede ser artículo de la fe judía porque el que niega un artículo de fe es tenido por todos como hereje y, sin embargo, R. Astruch había afirmado en su Memoria que, si algún judío dijese que el Mesías ya había venido, a pesar de permanecer Israel en cautividad, no por eso sería tenido por hereje y todos los demás rabinos le dieron la razón, y esto con juramento. 

La falsedad de la mayor la probó en la ses. 61, después de explicar debidamente lo que es fe, Escritura y artículo. 

Los artículos se extraen de la Escritura revelada para que los que no pueden estudiarla debidamente tengan fácil conocimiento de las principales verdades de la fe. Esto lo prueba por la autoridad de Santo Tomás (II-II, q. 1, art. 9, ad 1), y por el mismo Maimónides quien, al formular los trece artículos de la fe judía, los extrajo todos de las Escrituras reveladas, a saber, de la Biblia y del Talmud, demostrándolos con textos sacados de ambos. 

Si, pues, los artículos se extraen de la Escritura revelada, han de extraerse de modo que concuerden con ella. Si no concuerdan, no es la Escritura lo que hay que corregir, sino el artículo, que es evidentemente falso desde el momento que se opone a la Escritura revelada de la que debía haberse sacado. 

Y como para los judíos el Talmud es Escritura revelada, síguese que hay que ajustar los artículos al Talmud y no el Talmud a los artículos. Si, pues, un pretendido artículo de fe se opone a un texto talmúdico, no hay más remedio que concluir que no es tal artículo de fe, sino mera invención humana, basada en un error. 

Conclusión: Ferrer no contestó y en vista de su silencio, Jerónimo dedicó la sesión siguiente (ses. 62) a hacer un resumen de toda la disputa, desde que comenzó hasta la fecha. 

Por este resumen sabemos que, con la refutación de la última Memoria de Ferrer, se inició un verdadero desplome en el frente judío, con un movimiento de conversiones incontenible.