A esta
altura ya debería estar claro el lugar preciso en el cual estará la Mujer, pero
pareciera que Dios ha querido acumular testimonio sobre testimonio para que nos
cuidemos bien de no alegorizar todos estos pasajes; y como si nada de esto
fuera suficiente, parece habernos indicado hasta el nombre mismo del desierto, para lo cual tendremos que volver, como
lo habíamos prometido más arriba, a Isaías
XVI y repasar la traducción del versículo
1.
Antes
que nada debemos notar que caben dos versiones posibles y que la interpretación
variará, en lo accidental, según la que se adopte.
La primera dice:
Envía el Cordero dominador de la tierra, desde Petra por medio del desierto al monte de la hija de Sión.
Ya San Jerónimo había reconocido que el
hebreo admite otra variante:
Envía
el Cordero al dominador de la tierra,
desde Petra
por medio del desierto al monte de la hija de Sión.
Antes
de entrar en el análisis de ambas traducciones notemos lo más importante para
nuestro ensayo y es el cambio radical con respecto a la traducción de Lacunza.
Aquí tenemos, después de mucho andar, el lugar preciso
donde habitará la Mujer los tres años y medio del reinado del Anticristo.
Monte Nebo - Petra |
Petra no es
un sustantivo común (piedra) sino un
nombre propio, al igual que Sión, que es el término a donde se dirige el
Cordero.
Como
indica el P. Abel, O.P.[1]:
“Petra es la traducción de ha-Séla,
“la Roca”[2],
en los LXX”.
No es necesario haber visitado
sus imponentes construcciones en las rocas para saber, o al menos sospechar,
que Petra es “como una fortaleza natural”.
Se trata de un lugar propísimo para proteger a la Mujer.
Petra |
Antes de continuar con las citas
bíblicas abramos un pequeño paréntesis para analizar las dos posibles
variantes.
Si dominador se trata de un adjetivo, entonces el Cordero va desde
Petra a Sión. Esta interpretación tiene a su favor los siguientes argumentos:
a)
Primero y principal, la interpretación
literal de ambos lugares. Esta exactitud no se da en el segundo caso, como
luego veremos.
b)
Si el Cordero va con la Mujer desde Petra a Sión, entonces es aquí donde hay
que colocar los sucesos descriptos en el Antiguo Testamento cuando nos hablan
del florecimiento del Néguev, el famoso desierto situado al sur de Israel.
Petra |
Primero veamos algunos textos que
narran la vuelta a través del desierto:
Sal.
LXVII, 5-9:
Celebrad
a Dios, entonad salmos a su Nombre; abrid
camino al que viene a través del desierto. “El Señor” es su nombre, gozaos
delante de Él. Padre de los huérfanos y defensor de las viudas, Dios está en su
santa morada. Dios prepara un hogar a los desamparados, saca a prosperidad a los
cautivos, sólo los rebeldes se quedan en el tórrido desierto. Dios cuando Tú
saliste a la cabeza de tu pueblo, cuando avanzabas por el desierto, se
estremeció la tierra; también los cielos destilaron a la vista de Dios, [el
mismo Sinaí tembló delante de Dios] el Dios de Israel.
Cant.
III, 6:
¿Qué cosa es ésta que sube del desierto,
como columna de humo perfumada de mirra e incienso con todos los aromas del
mercader?
Cant.
VIII, 5:
¿Quién es ésta que sube del
desierto, apoyada sobre su amado?
Y continuando con el florecimiento:
Sal.
LXIV, 10-14:
Has
visitado la tierra, la has embriagado y colmado de riquezas. El río de Dios
rebosa de aguas; Tú preparas sus trigales, aparejando la tierra, regando sus
surcos, y allanando sus terrones; las ablandas con lluvias, y fecundas sus
gérmenes. Coronas de benignidad el año, y tus huellas destilan grosura. Las praderas del desierto destilan, y los
collados se visten de exultación. Llenos están los campos de rebaños, y los
valles se cubren de mieses; se alegran y cantan.
Sal.
LXXXIII, 6-9:
Felices
aquellos cuya fuerza viene de Ti, y tienen
su corazón puesto en tu camino santo. Atravesando
el valle de lágrimas ellos lo convierten en lugar de manantiales, que la lluvia
temprana cubrirá de bendiciones. Y suben con vigor creciente hasta que Dios se
hace ver de ellos en Sión. Yahvé de los ejércitos, oye mi oración; escucha,
oh Dios de Jacob.
Sal.
CVI, 35-38:
Él mismo ha convertido el desierto en lago y la tierra
árida en manantiales, allí coloca a los hambrientos, y
fundan una ciudad para habitarla. Siembran los campos y plantan viñas, y
obtienen de ellos los frutos. Bendecidos por Él se multiplican en gran manera, y
sus ganados no disminuyen nunca.
Is.
XXXII, 15-16:
El desierto se convierta en campo fértil, y el campo
fértil sea reputado como selva. Entonces
la rectitud morará en el desierto, y la justicia habitará en el campo fértil. La
obra de la justicia será la paz, y el fruto de la justicia, la tranquilidad y
la seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en mansión de paz, en
habitación segura, en morada tranquila.
Is.
XXXV, 1-10:
Alégrese el desierto y la tierra árida, regocíjese el
yermo y florezca como el narciso[3]. Florezca magníficamente y exulte, salte de
gozo y entone himnos. Pues le será dada la gloria del Líbano, la hermosura del
Carmelo y de Sarón; se manifestará la gloria de Yahvé, y la magnificencia
de nuestro Dios. Fortaleced las manos flojas, y robusteced las rodillas vacilantes;
decid a los de corazón tímido: “¡Buen ánimo! no temáis. Mirad a vuestro Dios. Viene
la venganza, la retribución de Dios; Él mismo viene, y os salvará.” Entonces se
abrirán los ojos de los ciegos, y serán destapados los oídos de los sordos; entonces
el cojo saltará cual ciervo, exultará la lengua del mudo. Entonces brotarán aguas en el desierto, y arroyos en la tierra árida. El
suelo abrasado se convertirá en estanque, la tierra sedienta en manantiales de
agua, y la guarida y morada de los chacales en parque de cañas y juncos. Y
habrá allí una senda, una calzada, que se llamará camino santo. Ningún inmundo
lo pisará, será solamente para ellos; los que siguen este camino, aun los
sencillos, no se extraviarán. No habrá allí león; ninguna bestia feroz
pasará por él, ni será allí hallada. (Allí)
marcharán los redimidos, y los rescatados de Yahvé volverán; vendrán a Sión
cantando; y regocijo eterno coronará sus cabezas. Alegría y gozo será
su suerte, y huirán el dolor y el llanto.
Is.
XLI, 18-20:
Les
abriré ríos en los altos montes, y fuentes en medio de los valles; convertiré el desierto en estanque, y la
tierra árida en corrientes de agua. En el despoblado plantaré cedros y acacias,
mirtos y olivos; y en el yermo pondré abetos, olmos y bojes juntamente; para
que vean y conozcan y atiendan y comprendan todos que la mano de Yahvé ha hecho
esto, y el Santo de Israel lo ha creado.
Is.
XLIII, 19-21:
Pues
ved que voy a hacer una cosa nueva[4], que ya
está por aparecer; ¿no lo sabéis? Haré
un camino en el desierto, y ríos en el yermo. Las bestias del campo, los
chacales y los avestruces, me glorificarán, porque haré brotar aguas en el desierto, y ríos en el yermo, para dar de beber
a mi pueblo, a mi escogido, a este pueblo que he formado para Mí, y que narrará
mis alabanzas.
Is.
LI, 3:
Así
Yahvé consolará a Sión, consolará todas
sus ruinas y convertirá su desierto en paraíso, y su soledad en jardín de Yahvé,
donde habrá gozo y alegría, alabanza y voz de júbilo.
Joel
II, 21-23:
No temas, tierra, gózate y alégrate, porque Yahvé ha
hecho cosas maravillosas. No temáis, animales del campo; pues
reverdecen los pastos del desierto; los
árboles dan su fruto, y la higuera y la vid sus riquezas. Saltad de gozo,
hijos de Sión, y regocijaos en Yahvé, vuestro Dios; porque Él os dará al
Maestro de la justicia; y hará caer sobre vosotros las lluvias, la lluvia
temprana y la tardía, como anteriormente.
[1] Géographie de la Palestine, vol. II (1938), pag. 407.
[2] No confundir ha-Séla con Sur (צּ֑וּר) citado más
arriba en el Sal. XXVI, 5, etc.
[3] “El
desierto por donde retorna Israel se convierte en un país fértil; el pueblo
de los rescatados gozará en Sión de una felicidad eterna” (Crampon, citado por Straubinger).
[4] Tal vez este pasaje esté relacionado con lo
que dice Jer. XXXI, 22:
“Pues Yahvé ha hecho una cosa
nueva sobre la tierra: la mujer
rodeará al varón”.
Cfr. Sal. CXVII, 25-26 y Cant. VIII, 5.
Sobre este
versículo ver la exégesis de E. Nácar
“Sobre la interpretación de “Femina circumdabit Virum”, Est. Bib. I
(1941-1942), pag. 405-436.