14. La cabeza de Él y los cabellos eran blancos como lana blanca, como nieve
y sus ojos como llama de fuego.
I) La cabeza de Él y los cabellos
eran blancos
como lana blanca, como nieve
Notas Lingüísticas:
Allo: "λευκαὶ, etc. (blancos, etc), cabeza y
cabellera, Cfr. Dn. VII, 9 y Henoc XLVI, 1, atributos de Dios".
Comentario:
Allo: "La blancura de su cabeza ("Anciano de días" en Daniel),
significa la antigüedad, es decir la preexistencia de la persona de Jesús
(…) En otras palabras: Jesús es Dios".
Wikenhauser: "Expresión de altísima dignidad es su aspecto. Cabeza y cabello semejan
lana blanquísima (Dn. VII, 9). El color blanco no es símbolo de la
eternidad de Cristo sino del esplendor de los seres celestiales, entre los que
Él se cuenta".
Idem Gelin.
II) sus ojos como llama de fuego
Notas Lingüísticas:
Allo: "φλὸξ πυρός (llama de fuego): imagen
clásica, cfr. Dan. X, 6, descripción de un ángel".
Comentario:
Allo: "Los ojos son "como flama de fuego", es la mirada de
la que no se puede huir, la penetración de su ciencia divina que escruta
las conciencias y corazones".
Alápide: "Ribera: los ojos de Cristo inflamados significan la ira
de Cristo y la venganza contra los perseguidores de los cristianos y otros
impíos. Esto se ve en XIX, 12".
15. y sus pies semejantes a bronce bruñido, como en una fragua ardiente y su
voz como voz de muchas aguas.
I) sus pies
semejantes a bronce bruñido,
como en una fragua ardiente
Comentario:
Allo: La imagen de χαλκολιβάνῳ (bronce bruñido), por los pies, debe significar la fuerza y
estabilidad, en contraste con los pies de arcilla de la estatua de Nabucodonosor,
el poder profano (Swete). Esta materia no es un perfume (contra Andrés)
sino, según Suidas, una alianza de oro preciosísima y en latín
"aurichalcum" parece tener el mismo sentido; o tal vez de bronce
dorado, que podría ser un producto fabricado en Tiatira (Ramsay)".
Allo: "χαλκολιβάνῳ… πεπυρωμένης (bronce bruñido… encendido):
cfr. las descripciones divinas o angélicas de Ez. I, 7; VIII, 2; Dan. X, 2".
Bover: "Oriámbar: el término
original khalco-líbano (bronce-incienso) parece indicar una aleación desconocida
de oro con otras sustancias".
Bartina: "Sigue un dato difícil de precisar. Los pies del personaje de
la aparición eran como ámbar. La
palabra χαλκολιβάνος está
compuesta de χαλκὸς,
"cobre", "bronce" o "latón" y de ὸ λίβανος, que es el árbol del incienso y como producto de goma
resinosa es nombre epiceno. Sería, pues, el sentido, "resina cobriza"
o "cobre resinoso". Suidas dice que esta sustancia es parecida al electro metal, que es
hialina, está como petrificada y que se le aprecia más que el oro, lo cual
parece indicar el ámbar. Otra corriente interpretativa, fundándose
en el nombre latino aurichalcus, que
es una aleación de oro y plata en varia proporción, quiere ver en la palabra
un metal que nos es desconocido. Favorecen este punto de vista, además, las
narraciones de Ezequiel y Daniel, quienes dicen del personaje de
sus visiones que tenía los pies resplandecientes cual bronce bruñido (Ez. I,
7; Dn. X, 6). Sin embargo, parece más probable la primera interpretación.
Se aumenta el expresivismo comparando el resplandor de esta parte del personaje
apocalíptico con el metal en fundición".
Caballero Sánchez: “Los
intérpretes, en general, comprenden que hay un contraste buscado entre el
oriámbar encendido de los pies del Rey-Pontífice y el barro mezclado de los
pies de la estatua daniélica: repugnante este y deleznable, espléndido
y firmísimo aquél… Tienen razón. Y pensamos nosotros que el contraste va mucho
más allá de lo que ellos creen, porque los dos símbolos se sitúan frente a
frente en el tiempo del fin…”.
II) su voz
como voz de muchas aguas
Comentario:
Alápide: “Su voz
como voz de muchas aguas”, Juan alude al comienzo del capítulo XLIII
de Ez., donde se dice: “He aquí que la gloria del Dios de Israel venía del
oriente. Su voz era como el estruendo de una gran mole de aguas; y la
tierra resplandecía de su gloria”.
No debe perderse de vista que este pasaje del Profeta
Ezequiel se refiere al Templo durante el Milenio.