domingo, 18 de agosto de 2013

El Misterio de la Iglesia, por el P. Humbert Clérissac. Cap. IX

IX

LAS FIESTAS DEL MISTERIO DE LA IGLESIA

(Este capítulo no ha sido redactado. En el manuscrito, sólo se encuentran las indicaciones siguientes).


I.

FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS


Todos los Santos corresponde a Epifanía.

"Nec sane tunc unctus est Christus Spiritu Sancto, quando super eum baptizatum velut columba descendit: tunc enim Corpus suum, id est Ecclesiam suam, praefigurare dignatus est, in qua praecipue baptizati accipiunt Spiritum Sanctum". (San Agustín, De Trin., lib. XV, c. 26, 46.) [Por cierto que Cristo no fué ungido por el Espíritu Santo en el momento de su bautismo, cuando el Espíritu Santo descendió sobre Él como paloma. Lo que entonces se dignó prefigurar fué su Cuerpo, es decir, su Iglesia, en la cual los fieles reciben por primera vez el Espíritu Santo al ser bautizados].

EPIFANÍA:
              el Bautismo (Adopción).
              las Bodas de Caná (Desposorios divinos).
              los Reyes Magos (Universalidad).

TODOS LOS SANTOS:
              los Angeles.
              los Santos del Antiguo Testamento.
              la Cristiandad al fin realizada.

*

Lectio IV. [Maitines de la Fiesta de todos los Santos, en el Breviario dominicano]. —"Esta solemnidad no está solamente dedicada a los Ángeles, sino a todos los Santos habidos desde el origen del mundo. Los primeros son los Patriarcas, padres de los Profetas y de los Apóstoles. Fueron hallados dignos de Dios, eminentes en fe, sabios en sus obras, reparadores de la raza, insignes por su justicia, llenos de una esperanza indefectible, sumisos a los Preceptos, confiados en el cumplimiento de las Promesas, huéspedes de los Angeles.
"Después de ellos, los Profetas escogidos, interlocutores de Dios, confidentes de sus secretos; entre los cuales profetas, algunos santificados en el vientre materno, y otros en su infancia, o en su juventud, o en su vejez; llenos de fe, y en devoción incomparables, fértiles en recursos (industria solertes), señores por la inteligencia, dueños, por experiencia, de todos los secretos de la disciplina espiritual, asiduos en la meditación de las cosas santas, ante la muerte intrépidos, azote de las tiranías, afligidos hasta llorar por los pecados del pueblo, gloriosos por el don de prodigios." (Ex Sermone Rabani, vel Maximi Tarentini).


§ Sobre nuestra unión con los Santos del Antiguo Testamento —Canon de la Misa—. "Omnes in nube baptizati sunt; bibebant de spiritali..." (I Cor., X, 2-4.) [Y todos fueron bautizados en Moisés, en la nube y en la mar; y todos comieron una misma vianda espiritual, y todos bebieron una misma bebida espiritual: (porque bebían de una piedra espiritual, que los iba siguiendo: y la piedra era Cristo)]. "In labores eorum introistis." (Joan. IV, 38). [Otros lo labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores].
"Abraham exsultavit" [Abraham vuestro padre deseó con ansia ver mi día. —San Juan, VIII, 56.]— "Idem est motus in imaginem in quantum est imago et in rem... et ideo antiqui Patres, servando legalia sacramenta, ferebantur in Christum per fidem et dilectionem eamdem, qua et nos in ipsum ferimur." (Sto. Tomás, Sum. theol., III q. 8, a. 3 ad 3.) [Un mismo movimiento nos lleva hacia la imagen en tanto que tal y hacia la cosa de la cual es imagen... Es así cómo los antiguos Padres guardando los preceptos figurativos de la Ley, eran llevados hacia Cristo por la misma fe y el mismo amor que hoy nos lleva a nosotros hacia Cristo].
"Qui ex fide sunt filii Abraham". (Gal., III, 7). [Conoced, pues, que los de la fe, éstos son hijos de Abraham.] —"Ut in gentibus benedictio Abrahae fieret in Christo Jesu." (Gal. III, 14). [Para que la bendición de Abraham se verificase a favor de las gentes en Cristo Jesús].
"Cristianismus non in judaismum credidit, sed judaismus in christianismus." (San Ignacio de Ant., ad Magn., X, 3). [El cristianismo no ha creído en el judaísmo, sino el judaísmo en el cristianismo].

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Penetración de la idea de Iglesia en la Doxología trinitaria de la parte final del Canon primitivo, atestiguada por la fórmula de anáfora (o Canon) de los Palimpsestos de Verona publicados por Hauler, y por los Estatutos Etíopes, dos documentos que, según la demostración de Dom Cagin, parecen, con mucha probabilidad, contener el tema apostólico de la anáfora[1]:
"Per quem tibi gloria et honor, Patri et Filio cum Sancto Spiritu, in Sancta Ecclesia tua et nunc et in saecula saeculorum. Amen" (Verona). [Por quien gloria y honor a ti, Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, en tu Santa Iglesia, ahora y por los siglos de los siglos].
"In quo tibi laus et potentia in sancta Ecclesia". (Est. Etíop.) [En quien a Ti alabanza y poder en la Santa Iglesia].

§ San Pablo había escrito (Ephes. III, 21): "Ipsi gloria in Ecclesia et in Christo Jesu, in omnes generationes saeculi saeculorum. Amen". [A El la gloria en la Iglesia y en Jesucristo por todas las edades del siglo de los siglos. Amen].
(Cf. Dom Cagin, Eucharistia, — Canon primitivo de la Misa, Desclée, 1912).

§ Las dos oraciones eucarísticas de la Didaché (IX, X) hacen mención de la Iglesia, entre la acción de gracias y la doxología.
La primera, de Pane fracto: "Gratias tibi agimus, Pater noster, pro vita et scientia quam indicasti nobis per Jesum puerum tuum: gloria tibi in saecula. Sicut hic panis fratus dispersus erat supra montes et collectus factus est unus, ita colligatur Ecclesia tua a finibus terrae in regnum tuum, quoniam tua est gloria et virtus per Jesum Christum in saecula". [Gracias te damos, Padre nuestro, por la vida y la ciencia que nos has revelado por Jesús tu Hijo: gloria a Ti en los siglos. Como este pan que rompemos estaba disperso sobre los montes, y recogido ha venido a ser uno, así tu Iglesia, desde los extremos de la tierra sea reunida en tu reino, pues que tuya es la gloria y el poder por Jesucristo en los siglos].

II

DEDICACIÓN DE LAS IGLESIAS

La Dedicación corresponde a Pentecostés.

Et Angelis coronata
Ut Sponsata comite[2].

Coronada de Angeles, ya que coronada de Dios.
Nuestro Señor llamado Ángel (Magni Consilii AngelusIsaías, IX—, versión adoptada en el introito de la tercera Misa de Navidad).
Los Pontífices también. (Malaquías, II, 7; Apoc., II, III).
Los Angeles sirven a Nuestro Señor. Legiones a sus órdenes. —El es Cabeza de ellos. (San Pablo, Colos., II, 10; Ephes., I, 21).
La Ley y los Angeles. [La Ley fué ordenada por Angeles en mano de un mediador. —Gal., III, I9.] — [Que recibisteis la Ley por ministerio de Angeles y no la guardasteis.  Act., VII, 53]. Cf. Deuter., XXIII, 2 (Septantes).
El Himno Angélico. — La Salutación Angélica.
"Spectaculum facti sumus mundo, et angelis". [Somos hechos espectáculo al mundo, y a los Angeles. —San Pablo, 1 Cor., IV, 9].
"Separabunt malos de medio justorum." [Saldrán los Angeles, y apartarán a los malos de entre los justos. —San Mateo, XIII, 49].
"Gaudium in coelo pro uno peccatore." [Habrá más gozo en el cielo sobre un pecador que hiciere penitencia, que sobre noventa y nueve justos que no han menester penitencia. San Lucas, XV, 7].
"Corpus Ecclesiae mysticum non solum consistit ex hominibus, sed etiam ex angelis: totius auttem hujus multitudinis Christus est caput." (Santo Tomás, Sum. Theol., III p. q. 8, a. 4). [El Cuerpo místico de la Iglesia no está constituido por los hombres solamente, sino también por los Angeles: y de toda esa multitud Cristo es la Cabeza].
La herencia de ellos (de los Angeles) está en los Cielos, dulce país de la luz. (Dionisio, Jer. Cel., XV).

§ Véase el maravilloso capítulo XV de la Jerarquía Celeste: "Entre todos los símbolos angélicos, la Teología emplea con una especie de predilección, el símbolo del fuego. Nos habla de ruedas ardientes, animales enteramente hechos de llamas, hombres como relámpagos candentes; nos muestra a las esencias celestiales rodeadas de brasas encendidas y de ríos que llevan olas de fuego, con ruido y rapidez. En su lenguaje, los Tronos son de fuego, los augustos Serafines, de acuerdo con la significación de su mismo nombre, están abrasados, y calientan y devoran como el fuego. En fin, tanto en el más alto como en el más bajo grado del ser, reaparece constantemente el glorioso símbolo del fuego...". Viene a continuación la espléndida descripción de los efectos del fuego como imagen de la naturaleza divina.

§ Dionisio se refiere muchas veces al doble ímpetu que mueve a las esencias angélicas; por el cual son primero arrebatadas hacia Dios, y luego traídas hacia los seres que están por debajo de ellas, para comunicarles sus luces.

§ "Inferiora gubernat per superiora, non propter defectum suae virtutis, sed propter abundantiam suae bonitatis, ut dignitatem causalitatis etiam creaturis communicet." (Santo Tomás, Sum. theol., I q. 22, a. 3). [Dios gobierna los seres inferiores por los superiores, no por defecto de su poder, sino por abundancia de su bondad, a fin de comunicar a las mismas criaturas la dignidad de ser causas].

§ [A los Angeles de la primera jerarquía] les es dado imitar a Jesucristo de una manera más elevada; y participan de la primera efusión de sus virtudes divinas y humanas. (Jer. cel., VII).

§ "Usque ad diem judicii semper nova aliqua supremis angelis revelantur divinitus de his quae pertinent ad dispositionem mundi et praecipue ad salutem electorum. (Santo Tomás. Sum. theol., q. 106, a. 4). [Hasta el día del juicio continuarán revelándose divinamente a los Angeles superiores nuevos misterios que se refieren a la constitución del mundo y principalmente a la salvación de los elegidos].

§ Comparación del ministerio de los Angeles en la Iglesia, con el ministerio del Sacerdote.
"Por el ejercicio de las funciones sagradas nos asemejamos a los Angeles, tratando de colocarnos como ellos en un estado de inmutable santidad." (Jer. ecles. I.) —Esta idea está expresamente tratada en Jer. cel., XII.
"Tota virtus sacramentorum a passione Christi derivatur, quae est Christi secundum quod est homo, cui in natura conformantur homines non autem angeli, sed potius secundum passionem dicitur modico ab angelis minoratus (Hebr., II), et ideo ad homines pertinent dispensare sacramenta et in eis ministrare, non autem ad angelos: sciendum tamen quod sicut Deus virtutem suam non alligavit sacramentis quin possit sine sacramentis effectum sacramentorum conferre ita etiam virtutem suam non alligavit Ecclesiae ministris quin etiam angelis possit virtutem tribuere ministrandi in sacramentis." (Sum. theol., III q. 64, a. 7). [Toda la virtud de los sacramentos deriva de la Pasión de Cristo, que Cristo ha padecido en cuanto hombre, de quien los hombres son semejantes en naturaleza, y no los ángeles; y de quien se dice, por su Pasión, que fué hecho un poco menor que los Angeles (Hebr., II). Por eso corresponde a los hombres, y no a los Angeles, dispensar los Sacramentos y ejercer un ministerio a propósito de ellos. Pero debe saberse que, así como Dios no ha ligado su poder a los Sacramentos de modo que no pueda sin los Sacramentos producir el efecto de los Sacramentos, tampoco ha ligado su poder a los ministros de la Iglesia, de modo que no pueda otorgar también a los Angeles el poder de ejercer el ministerio sacramental]. Santo Tomás piensa, al decir esto, en ciertos hechos milagrosos, pues agrega: "Sicut quaedam templa dicuntur angelico ministerio consecrata". [De esta manera se refiere que algunos templos han sido consagrados por el ministerio de los Angeles]. De ahí resulta que el poder sacramental no hace al hombre, necesariamente, superior a los Angeles...

§ El Ángel vengador del Paraíso terrestre reemplazado en la Iglesia por los Angeles que la coronan, guardianes de sus torres, luces de su palacio.

*

Los Angeles Malos. — La Iglesia "tentada" como Nuestro Señor por el demonio.
"Nescitis quoniam Angelos judicabimus?" [¿No sabéis que hemos de juzgar a los Angeles?— 1 Cor. VI, 3].
La vista de ellos está ciega para la hermosura de la Iglesia, en tanto que los Angeles Buenos la ven con arrobamiento.
"Si cognovissent, numquam Dominum gloriae crucifixissent." (I Cor., II, 8.) [Si ellos (los ángeles malos, los príncipes de este mundo) la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria]. —"... Si autem perfecte, et per certitudinem cognovissent, ipsum esse Filium Dei, et effectum passionis ejus, nunquam Dominum gloriae crucifigi procurassent". (Sum. theol., q. 64, a. 1, ad 4.) [Si hubieran conocido perfectamente y con certidumbre que Él era el Hijo de Dios, y cuál sería el efecto de su Pasión nunca hubieran procurado que se crucificase al Señor de la gloria]. De este modo, Santo Tomás parece inclinado a sacar en consecuencia, conforme con el sentir de San Agustín, que menciona, que el misterio de la Encarnación no les fue conocido sino lo bastante para mantenerlos en el temor, y por lo tanto no previeron sus efectos benditos. De otro modo, se hubieran guardado de procurarlos indirectamente, incitando a los hombres a crucificar al Hijo de Dios.

§ Las Puertas de Dite coronadas de demonios. (Infierno, VIII, 82.)



[1] He aquí el texto completo de la anáfora primitiva (palimpsestos de Verona) que puede considerarse, según los trabajos de Dom Cagin, como el que más se acerca al tema apostólico del Canon. (Cf. Dom Paul Cagin: L'Eucharistia, canon primitif de la Messe, Rome, Paris, Tournai, Desclée, 1912, in 4, 334 p.; l'Eucharístia, Fragntents de la 3 partie, Desclée, in - fol., 48 p.; el abate A. Vigourel ha publicado un resumen de los trabajos de Dom Cagin en la Revue pratique d'Apologetique, 1 de mayo de 1915, págs. 146-160).

Texto latino:

Gratias tibi referimus, Deus, Per dilectum Puerum tuum Jesum Christum, Quem in ultimis temporibus Misisti nobis Salvatorem Et Redemptorem Et Angelum voluntatis tuae; Qui est Verbum tuum inseparabile, Per quem omnia fecisti Et beneplacitum tibi fuit; Misisti de coelo in matricem Virginis, Quique in utero habitus incarnatus est Et Filius tibi ostensus est Ex Spiritu Sancto Et Virgine natus. Qui voluntatem tuam complens Et populum sanctum tibi adquirens, Extendit manus, cum pateretur, Ut a passione liberaret Eos qui in te crediderunt. Qui cumque traderetur voluntariae passioni Ut mortem solvat Et infernum calcet Et justos illuminet Et terminum figat Et resurrectionem manifestet Accipiens panem, Gratias tibi agens, Dixit: Accipite, manducate: Hoc est Corpus Meum, Quod pro vobis confringetur; Similiter et calicem, Dicens: Hic est Sanguis Meus, Qui pro vobis effunditur. Quando hoc facitis, Meam commemorationem facitis. Memores igitur mortis Et resurrectionis ejus Offerimus tibi panem et calicem, Gratias tibi agentes Quia nos dignos habuisti Adstare coram te Et tibi ministrare. Et petimus Ut mittas Spiritutn tuum sanctum In oblationem Sanctae Ecclesiae. In unum congregans des omnibus Qui percipiunt sanctis. In repletionem Spiritus Sancti, Ad confirmationem fidei in veritate, Ut te laudemus et glorificemus Per Puerum tuum Jesurn Christum, Per quem tibi gloria et honor Patri et Filio cum Sancto Spiritu In sancta Ecclesia tua Et nunc et in saecula saeculorum. Amen.

Traducción castellana.

Te damos gracias, oh Dios, Por tu amado Hijo Jesucristo, Que en los últimos tiempos Nos enviaste, Salvador, Redentor Y Ángel de tu voluntad; Que es tu Verbo inseparable, Por quien hiciste todas las cosas Y a tu agrado; Le enviaste del cielo al seno de la Virgen, Y se encarnó en sus entrañas Y se manifestó a Tí como Hijo, Por el Espíritu Santo Nacido de Virgen. Quien, cumpliendo tu voluntad, Y adquiriendo para Ti un pueblo santo, Extendió las manos, padeciendo, Para librar de padecimiento A los que en Ti han creído. Y cuando fué entregado (porque lo quiso) a la pasión Para destruir la muerte, Pisotear el infierno, Iluminar a los justos, Fijar el término Y manifestar la resurrección, Tomando pan, Dándote gracias Dijo: Tomad, comed: Este es Mi Cuerpo, Que por vosotros será quebrantado; E igualmente el cáliz, Diciendo: Esta es Mi Sangre, Que por vosotros será derramada. Cuando hacéis esto, Hacéis mi conmemoración. En memoria pues de su muerte Y de su resurrección Te ofrecemos el pan y el cáliz, Dándote gracias Porque nos hiciste dignos De estar en tu presencia Y servirte. Y pedimos Que envíes a tu Espíritu Santo Sobre la oblación de la Santa Iglesia; Y reuniendo en uno, des a todos Los santos que participan, La plenitud del Espíritu Santo, Para confirmación de la fe en la verdad. A fin de que te alabemos y glorifiquemos Por tu Hijo Jesucristo, Por quien gloria y honor a Ti Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, En tu Santa Iglesia. Ahora y por los siglos de los siglos. Amén.

[2]
     Jerusalén, ciudad venturosa,
     Llamada visión de paz,
     Que está construida en los cielos
     Con piedras vivientes,
     Y que los Angeles rodean
     Como el cortejo a la Esposa...

(Himno de Vísperas de la Dedicación de una Iglesia.)