lunes, 2 de julio de 2012

Los Falsos Profetas del llamado “Discurso Parusíaco”.

Nota del Blog: El presente trabajo, modificado a los fines de la presente publicación, forma parte de un largo estudio, todavía inédito, sobre el “discurso parusíaco”. Dios mediante, iremos publicando cosas sueltas y tal vez algún día podremos publicarlo todo entero.

 Los Falsos Profetas del llamado “Discurso Parusíaco”.


¡Ay de los Pastores de Israel que se apacientan a sí mismos!
¿No es más bien el deber de los pastores
apacentar el rebaño? (Ez. 34, 2)


Una lectura siquiera superficial del “discurso Parusíaco” tal como se encuentra en S. Mateo (cap. 24) y S. Marcos (cap. 13) nos muestra que Nuestro Señor nos advierte en dos ocasiones sobre los falsos profetas. La idea es averiguar si ambas clases de falsos profetas son los mismos o no.
A excepción de aquellos autores que distinguen en el discurso una primera parte que versa exclusivamente sobre la ruina de Jerusalén y la segunda que se refiere a los últimos tiempos, por lo general los autores directamente o no se plantean el problema o, lo que es más común, suelen entenderlo como una repetición, o para ser más exactos, como una precisión o aclaración.
Sin embargo somos de la idea que Nuestro Señor claramente distinguió a las dos clases de falsos profetas. Las diferencias entre ellos son esenciales. Dejaremos para más adelante el análisis de la exégesis de aquellos que coinciden con nosotros en este tema, y pasemos a analizar los textos.


Primera mención.

Mateo XXIV:

5 Porque muchos vendrán bajo mi nombre, diciendo: "Yo soy el Cristo", y a muchos engañarán.

Marcos XIII

6 Muchos vendrán bajo mi nombre y dirán: "Yo soy (el Cristo)", y a muchos engañarán.

Segunda mención:

Mateo XXIV

23 "Si entonces os dicen: "Ved, el Cristo está aquí o allá”, no lo creáis.
24 Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, y harán cosas estupendas y prodigios, hasta el punto de desviar, si fuera posible, aún a los elegidos.

Marcos XIII

21 Entonces, si os dicen: "Hélo a Cristo aquí o allí”, no lo creáis.
22 Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán señales y prodigios para descarriar aún a los elegidos, si fuera posible.

Hasta aquí los textos de los Evangelistas. Creemos que hay una triple diferencia entre los mencionados la primera y la segunda vez. Estas diferencias se refieren al momento en que aparecen, a lo que dicen y a lo que hacen.

I) Momento en que aparecen.

El discurso Parusíaco está claramente dividido en dos grandes secciones: antes y después de la abominación de la desolación, es decir un período llamado “tribulación” (Mt. vers. 9) y el período llamado “gran tribulación” (Mt. vers. 21) “tribulación tal, cual no la hubo desde el principio de la creación que hizo Dios, hasta el presente, ni la habrá” (Mc. vers. 19). En estos últimos dos casos (Mt 21 y Mc 19) la referencia a Daniel XII, 1 es clara. 
Con esto en mente vemos que los primeros falsos profetas aparecen antes de la gran Tribulación y el segundo grupo aparece después.

II) Lo que dicen.

Como se puede ver por los textos, los falsos profetas del primer grupo van a decir de sí mismos que ellos son el Cristo, el Mesías esperado, mientras que el segundo grupo no se va a autoproclamar como Cristo sino que, por el contrario, los falsos profetas van a señalar a alguien más como Mesías, exactamente en la misma forma que San Juan presentó a Jesucristo ante el pueblo como “el Cordero de Dios, el que quita los pecados del mundo” (Jn I, 36).

III) Lo que hacen.

De los primeros no se dice que hagan nada en particular, como si toda su fuerza estuviera en la predicación, mientras que de los segundos se dice, además, que harán “señales y prodigios” con los cuales embaucarán “si fuera posible, aún a los elegidos” y harán así más creíble su prédica (punto II).

Hasta aquí, lector amice, dos palabras sobre los falsos profetas. Se podrían decir todavía muchas cosas más al respecto pero no hemos querido extendernos en demasía ni prejuzgar la cuestión. Nos basta con que se nos acepte por lo menos la verosimilitud de lo que exponemos y, a menos que haya argumentos en contrario, nos quedamos con nuestra hipótesis.

Sin embargo nos parece que, para poder profundizar el tema, se deberá responder estos dos puntos:

1) El lector atento habrá notado de inmediato la falta de la cita correspondiente a San Lucas XXI, 8 pero esto fue hecho a propósito. La pregunta en concreto es: ¿los falsos profetas de los que habla S. Lucas son los mismos que los de San Mateo y San Marcos? ¿Si son los mismos, y teniendo en cuenta que San Lucas los nombra una sola vez, a cuál de los dos grupos corresponde? Si, por el contrario, no son los mismos, ¿es un hecho todavía futuro para nosotros o ya pasado?, y en este último caso, ¿quiénes fueron?

2) ¿Los dos grupos de falsos profetas son un hecho pasado o futuro? Si es futuro, ¿en dónde encajan en las profecías bíblicas? ¿Hay alguna alusión a estos dos grupos en San Pablo y en el Apocalipsis?

Creemos que la respuesta a estos interrogantes arrojará una gran luz que nos ayudará a entender no sólo los discursos de Mt 24, Mc 13 y Lc 21, sino también numerosos otros textos y muy particularmente el Apocalipsis en su conjunto.

Valete