viernes, 13 de julio de 2012

Lettre de Léon Bloy a Philippe Raoux- Carta de León Bloy a Felipe Raoux

   Nota del Blog: la siguiente rareza está tomada del libro "Lettres a Philippe Raoux par Léon Bloy", publicado por Desclée en 1937.

   Va primero el texto original y luego su traducción al español.

León Bloy


"Bourg-la-Reine, 6 mars 1914

Mon cher Philippe,

...Heureusement je peux vous offrir une histoire juive qui peut être leu en Pologne[1].
J`ai un ami de mes livres et de ma personne, passionné tout particulièrement pour le "Salut par les Juifs", préférence fort singulière déjà de la part d`un homme très peu cultivé, surtout dans le sens qu`il faudrait pour apprécier un tel ouvrage qui est certainement ce que j`ai fait de plus important. Cet ami, voyageur de commerce, ne se met jamais en route sans ce livre qu`il a lu, me disait-il, plus de 40 fois. 
Il est à Tours, le 21 février, forcé d´attendre une heure dans le voisinage de la poste. La pluie l´oblige à se réfugier dans un café, où naturellement il se met a relire le "Salut pas les Juifs". Une ombre, tout a coup, tombe sur son papier. Cette ombre persiste. 
Relevant la tête, il voit un vendeur de tapis, en costume arabe, qui le regarde silencieusement. Cet étranger, sale et fétide, parait avoir de 60 à 500 ans, aucune évaluation n`étant possible. Beau comme un prophète, ses yeux d`une fixité, d`un éclat insoutenable, avaient une telle profondeur qu´il semblait qu´en s´y plongeant, on aurait pu aller jusqu`au bout de siècles. Telles son, à peu près, les expressions du narrateur me racontant, le surlendemain, cette aventure. 
Extraordinairement impressionné, mon ami invite l´ étranger à s`asseoir, lui demandant s`il est israélite. Sur son affirmation, il lui met mon livre sous les yeux. - Connaissez-vous cela?
Pour toute réponse, l´homme tire de sa poche 7 petits carnets pleins de caractères hébraïques. - Ceci, dit-il, et cela (montrant mon livre) c`est la même chose. 
Mon ami apprend alors que ces carnets sont réellement le "Salut par les Juifs" traduit en hébreu et divisé en 7 parties pour que le livre entier, lu chaque jour, puisse être achevé en une semaine. - Il y a, dit cet inconnu, deux de mes frères en Israël qui font la même chose et qui ont sur eux ces 7 carnets. L´un d`eux est à Hambourg, l`autre à Londres. Chaque soir, notre travail fini, à la même heure, nous sommes trois à lire la même septième partie du livre de Léon Bloy, et la semaine suivante, nous recommençons. 
Ayant donné cette explication et dit quelques autres paroles prouvant qu`il connait admirablement mon livre, l`inconnu s`en va majestueusement, comme un prophète des anciens jours, de grosses larmes coulant sur sa face...”  





[1] cfr. le Post-scriptum du Pelerin de l`Absolu, pp. 399 et 400. 



"Bourg-la-Reine, 6 de Marzo de 1914

Mi querido Felipe:

                         ... felizmente puedo ofrecerte una historia judía que puede ser leída en Polonia.

Tengo un amigo de mis libros y de mi persona, apasionado muy particularmente por “La Salvación por los judíos”, preferencia muy singular de parte de un hombre muy poco culto, sobre todo teniendo en cuenta que se requiere cierta cultura a fin de poder apreciar semejante obra, que es ciertamente la mas importante de las mías.

Este amigo, viajante de comercio, jamás viaja sin este libro que ha leído, me dice, más de 40 veces.

Estaba en Tours el 21 de Febrero, forzado a esperar una hora cerca del puesto. La lluvia lo obligó a refugiarse en un café, donde, naturalmente, se puso a releer “La Salvación por los judíos”. De repente una sombra cae sobre su papel. Esta sombra persiste.

Al levantar la cabeza ve a un vendedor de alfombras, con vestimentas árabes que lo mira silenciosamente. Este extraño, sucio y hediondo, parece tener entre 60 y 500 años, puesto que no es posible evaluación alguna.

Bello como un profeta, sus ojos de una fijeza, de una luminosidad insostenible, tenían una profundidad tal que parecía que si uno se sumergía en ellos podía remontarse hasta el fin de los siglos. Tales son, más o menos, las expresiones del narrador, contándome esta aventura dos días después.

Mi amigo, extraordinariamente impresionado, invita al extraño a sentarse, preguntándole si es israelita; sobre su afirmación le muestra mi libro,

-“¿Lo conoce?”.

El hombre como única respuesta, sacó de su bolsillo 7 pequeños carnets lleno de caracteres hebreos.

-“Esto, le dijo, y eso (señalando mi libro) son la misma cosa”.

Mi amigo supo que estos carnets son realmente “La Salvación por los judíos” traducido al hebreo y dividido en siete partes a fin de que todo el libro, leído todos los días, pueda ser terminado en una semana.

-“Hay, dijo el desconocido, dos hermanos míos Israelitas que hacen lo mismo y que llevan sobre sí estos siete carnets. Uno déllos es de Hamburgo y el otro de Londres; cada noche, al terminar nuestro trabajo, a la misma hora, nos ponemos a leer la misma séptima parte del libro de León Bloy y a la semana siguiente volvemos a empezar.

Habiendo dado esta explicación y dicho otras cosas probando que conocía admirablemente mi libro, el desconocido se fue majestuosamente, como un profeta de los días antiguos, con gruesas lágrimas corriendo sobre su rostro...”.