viernes, 9 de agosto de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVIII, 8-9

 8. A causa de esto, en un día vendrán sus plagas: muerte (¿peste?) y luto y hambre y con fuego será incendiada, porque fuerte (es) Jehová Dios, el que la ha juzgado. 

Concordancias: 

ἥξουσιν (vendrán): cfr. Apoc. II, 25; III, 3.9; XV, 4. 

Πληγαὶ (plagas): cfr. Lc. X, 30; XII, 48; Apoc. IX, 18.20; XI, 6; XIII, 3.12.14; XV, 1.6.8; XVI, 9.21; XVIII, 4; XXI, 9; XXII, 18. 

Θάνατος (la muerte): cfr. Apoc. I, 18; IX, 6 (?); XX, 13.14 (muerte y hades); II, 11; XX, 6; XXI, 8 (segunda muerte); II, 23; VI, 8 (peste); II, 10; XII, 11; XIII, 3.12; XXI, 4 (muerte). 

Πένθος (luto): cfr. Sant. IV, 9; Apoc. XVIII, 7; XXI, 4. Ver Lc. VI, 25; Apoc XVIII, 11.15.19. 

Λιμός (hambre): cfr. Mt. XXIV, 7; Mc. XIII, 8; Apoc. VI, 8. Ver Lc. XXI, 11. 

Πυρὶ (fuego): cfr. Lc. IX, 54; XII, 49; XVII, 29; Hech. II, 19; Apoc. I, 14; II, 18; III, 18; IV, 5; VIII, 5.7-8; IX, 17-18; X, 1; XI, 5; XIII, 13; XIV, 10.18; XV, 2; XVI, 8; XVII, 16; XIX, 12.20; XX, 9-10.14-15; XXI, 8. Ver Apoc. IX, 17a. 

Κατακαύσουσιν (incendiada): cfr. Apoc. VIII, 7 y XVII, 16 (ambos sobre Babilonia). Ver Mt. III, 12; XIII, 30.40; Lc. III, 17. 

Ἰσχυρὸς (fuerte): cfr. Mt. III, 11; XII, 29; Mc. I, 7; III, 27; Lc. III, 16; XI, 21-22; Apoc. V, 2; VI, 15; X, 1; XVIII, 2.10.21; XIX, 6.18. 

Κύριος Θεός (Jehová Dios): cfr. Apoc. I, 8; IV, 8; XI, 17; XV, 3; XVI, 7; XIX, 6; XXI, 22; XXII, 5-6. Ver Apoc. IV, 11. Cfr. Zerwick, Graecitas, n. 33. 

Κρίνας (ha juzgado): cfr. Jn. IX, 39; XII, 48; II Tes. II, 12; Apoc. VI, 10; XVI, 5 (habitantes de la tierra); XVIII, 20; XIX, 2 (Babilonia por muerte a mártires del Anticristo).11 (Anticristo - Juicio de las Naciones). Ver Apoc. XI, 18; XX, 12-13. 

Siempre en sentido peyorativo. 

 

Notas Lingüísticas: 

Zerwick: “θάνατος: muerte, tal vez peste”. 

Allo: “θάνατος es tal vez la peste, como en VI, 8”. 

 

Citas Bíblicas:

Is. XLVII, 9: “Precisamente estas dos cosas vendrán de repente sobre ti, en un mismo día perderás los hijos y quedarás viuda. Vendrán sobre ti en toda su plenitud, a pesar de tus muchas hechicerías y de tus poderosos encantamientos”. 

Jer. L, 31-34: “Heme aquí contra ti, oh soberbio, dice el Señor, Jehová de los ejércitos; pues ha llegado tu día, el tiempo de tu castigo. Tropezará el soberbio y caerá, sin que haya quien lo levante; pues pegaré fuego a sus ciudades que devorará a todos sus alrededores. Así dice Jehová de los ejércitos: viven oprimidos los hijos de Israel juntamente con los hijos de Judá, y todos los que los cautivaron los retienen y rehúsan soltarlos. Pero su libertador es fuerte, Jehová de los ejércitos es su nombre; Él no tardará en defender la causa de ellos, para dar descanso al país y hacer temblar a los habitantes de Babilonia”. 

Jer. LI, 25: “Heme aquí contra ti, oh monte destructor, que has destruido toda la tierra, dice Jehová. Yo extenderé mi mano contra ti, y te haré rodar desde lo alto de las peñas: y te convertiré en monte consumido por las llamas”. 

 

Comentario: 

Straubinger: “Será abrasada en fuego: La pena de fuego (XVII, 16; XIX, 3) era el castigo reservado por la Ley para el adulterio o la fornicación de carácter sacrílego (Cf. Lev. XXI, 9)” (Iglesias)”. 

Castellani: “Hay que notar que el adverbio en un día, luego se convertirá en una hora”. 

 

9. Y llorarán y harán luto por ella los reyes de la tierra, los que con ella fornicaron y (¿esto es?) vivieron en el lujo, cuando vean el humo de su incendio. 

Concordancias: 

Κλαύσουσιν (llorarán): cfr. Lc. VI, 25; Apoc. V, 4-5; XVIII, 11.15.19. 

Κόψονται (harán luto): cfr. Mt. XXIV, 30; Apoc. I, 7. Ver Lc. VIII, 52; XXIII, 27. 

οἱ βασιλεῖς τῆς γῆς (los reyes de la tierra): cfr. Mt. XVII, 25; Hech. IV, 26; Apoc. I, 5; VI, 15; XVII, 2.18; XVIII, 3; XIX, 19; XXI, 24. 

γῆς (tierra): cfr. Apoc. I, 5.7; V, 3.6.10.13; VI, 13.15; X, 2.5-6.8; XI, 4; XIV, 7; XVII, 2.5.18; XVIII, 1.3.9; XIX, 2.19; XX, 8-9.11; XXI, 1.24. Ver Apoc. III, 10; VI, 4.8.10; VII, 1-3; VIII, 5.7.13; IX, 1.3-4; XI, 6.10.18; XII, 4.9.12-13.16; XIII, 3.8.11-14; XIV, 3.6.15-16.18-19; XVI, 1-2.18; XVII, 8; XVIII, 3.11.23-24. 

Πορνεύσαντες (fornicaron): cfr. Apoc. II, 14.20; XVII, 2; XVIII, 3. Ver Mt. V, 27-28.32; XIX, 18; Mc. X, 19; Lc. XVI, 18; XVIII, 20; Hech. XV, 20.29; XXI, 25; Apoc. II, 21; IX, 21; XIV, 8; XVII, 4; XIX, 2; XXII, 15. 

Στρηνιάσαντες (vivieron en el lujo): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. XVIII, 7. 

Βλεπόντων (viendo): cfr. Mt. V, 28; Apoc. I, 11-12; III, 18; V, 3-4; IX, 20; XI, 9; XVI, 15; XVII, 8; XVIII, 18; XXII, 8. 

Καπνὸν (humo): cfr. Hech. II, 19. Apoc. VIII, 4; IX, 2-3.17-18; XIV, 11; XV, 8; XVIII, 18; XIX, 3. 

Πυρώσεως (incendio): cfr. Apoc. XVIII, 18. Ver I Ped. IV, 12. 

 

Citas Bíblicas: 

Is. XXXIV, 9-10 (sobre Edom): “Sus ríos se convertirán en pez, y su polvo en azufre, y su tierra será como pez ardiente, que no se apagará ni de noche ni de día y cuyo humo subirá eternamente”. 

Cfr. Apoc. XIX, 3. 

Jer. L, 46: “A la noticia de la conquista de Babilonia, temblará la tierra, darán alaridos las naciones”. 

Ez. XXVI, 15-18: “Así dice Jehová, el Señor, a Tiro: ¿No se estremecerán acaso las islas al estruendo de tu caída, cuando giman los traspasados en la gran matanza que se hará en medio de ti? Entonces todos los príncipes del mar bajaran de sus tronos y se quitaran sus mantos, se despojarán de sus vestimentos bordados, y se vestirán de espanto. Sentados en tierra temblarán a cada momento, y quedarán consternados a causa de ti. Y cantarán sobre tí una elegía diciéndote: ¡Cómo estás destruida tú que habitas entre las aguas, ciudad célebre, poderosa en el mar! Ella y sus moradores llenaban de espanto a todos los habitantes del (mar). Ahora las islas temblaran en el día de tu caída, las islas que están en el mar quedaran atónitas al ver tu fin”. 

 

Comentario: 

En general los autores coinciden en que aquí retoma San Juan la narración y que la voz del cielo ha cesado de hablar. 

Allo: “Los reyes son los de XVII, 2 (…) y no los “Cuernos” que deben destruirla, XVII, 12-13, 16-17”. 

Wikenhauser: “La elegía de los reyes reproduce la que en Ez. XXVI, 15-19 los príncipes de las ciudades vecinas entonan al presenciar la caída de Tiro. Éstos bajan de sus tronos, se visten de luto y lloran la suerte de aquella metrópoli: “¡Cómo! ¿Desaparecida de los mares tú, ciudad altiva, la que era el terror de cuantos la rodeaban?”. Los reyes que el autor presenta llorando sobre las ruinas de Babilonia son los mencionados en XVII, 2; XVIII, 3, no los diez reyes de XVII, 12.16”. 

Iglesias: “Va a comenzar el canto fúnebre, que sigue la pauta de las elegías proféticas contra Tiro, Babilonia o Nínive en los grandes profetas (Ez. XXVII, 5 ss.; Jer. L-LI; Is. XXIII-XXIV; etc.). Intervienen tres coros: los príncipes vasallos de Roma (vv. 9-10), los mercaderes que se enriquecían con sus negocios en la ciudad (vv. 11-17a), los navegantes que en la prosperidad de la urbe tenían la llave de sus ganancias (vv. 18-20)”.