7. sino que
en los días de la voz del séptimo ángel, cuando vaya a trompetear, también se
consumó el misterio de Dios como evangelizó a sus siervos los profetas.
Concordancias:
ἐτελέσθη (se consumó): cfr. Mt. VII, 28; X, 23;
XI, 1; XIII 53; XIX, 1; XXVI, 1; Lc. XII, 50; XVIII, 31; XXII, 37; Jn. XIX, 28.30;
Hech. XIII, 29; II Tim. IV, 7; Apoc. XI, 7; XV, 1.8; XVII, 17; XX, 3.5.7.
εὐηγγέλισεν (evangelizó): cfr. Mt. XI, 5; Lc. III,
18; IV 18.43; VII, 22; VIII, 1; IX, 6; XVI, 16; XX, 1; Apoc. XIV, 6.
δούλους
τοὺς προφήτας (siervos los profetas): cfr. Apoc. XI, 18; XXII, 6.
Notas Lingüísticas:
Zerwick: "καὶ
("y", después de trompeta): ¿Apódosis?[1]
Hebraísmo".
Allo: "καὶ
como apódosis, hebraísmo, podría ser, como lo indica Bousset, el waw, consecutivo antes del perfecto con el
sentido de futuro".
Citas Bíblicas:
Amós III, 7: "Pues Yahvé, el
Señor, no hará nada sin revelar su secreto a sus siervos los profetas".
Comentario:
Se
consumó: es decir, terminó
el ministerio de los dos Testigos. En los lugares paralelos se vé siempre
que la consumación trata de una prédica o profecía.
Ἐτελέσθη: en
el sentido de terminado o completado, y no en el sentido técnico de συντέλεια.
Cfr. el comentario de Caballero Sánchez a XVI, 2.
Straubinger: “… sobre esto que San Pablo llama por antonomasia el misterio,
véase Mt. XXIV, 14; Rom. XVI, 25; Ef. I, 1 ss; III,
1-12; Col. I, 26; I Ped. I, 10 ss y las notas respectivas”.
Gelin: “Después de la
interrupción de los Truenos, el ángel fuerte continúa su misión. La
proclamación que acaba de hacer interesa a todo el universo: por eso para jurar
toca las tres partes: tierra, mar y cielo. Desde ahora se sabe que la hora
de la consumación será marcado por la séptima trompeta (3er ay: XI, 15-19),
que introduce todo el período final. Este período verá el advenimiento efectivo
y reconocido de la soberanía divina. Satanás y sus agentes los Anticristos
serán destruidos (XI, 17-18)… Plan grandioso llamado, en razón de su carácter
secreto, el misterio de Dios. Se halla en Ef. I, 9-11 y Col. II, 2 la
misma expresión y concepción: el plan divino comporta la unificación de todas
las cosas bajo el Cristo que las reúne…”.
Fillion: “Sed in diebus…
el plural diebus indica que esta época será un período de una cierta
duración...”.
Fillion: "Consummabitur:
En aoristo profético en griego; el hecho
está como ya realizado por el ángel".
Charles: "καὶ ἐτελέσθη: esto puede explicarse
como un hebraísmo o como un aoristo de anticipación, "en los días cuando
el tercer[2] ángel sonará la trompeta,
entonces el secreto de Dios está terminado". Καὶ introduce la
apódosis en XIV, 6".
Comblin:
“La sección IV-XX del Apocalipsis parece dividirse en dos partes. Tenemos en
primer lugar la evocación del misterio
que han anunciado los profetas[3]; se trata del anuncio del reino de Dios para la salvación del resto de
Israel en medio de los acontecimientos escatológicos. San Juan renueva, pues,
en la primera parte, los oráculos y las visiones de los profetas[4].
8. Y la voz
que oí del cielo, (la oí) de nuevo hablando conmigo y diciendo: “Ve, toma
el libro, el abierto, (que está) en
la mano del ángel, el que está de pie sobre el mar y sobre la tierra”.
Notas Lingüísticas:
Charles: "La expresión Ὕπαγε λάβε (ve y toma) es un
hebraísmo y reproduce exactamente la cláusula en Gen. XXVII, 13; Os. I, 2.
Cfr. Gen. XXIX, 7; XXXVII, 14, en total 57 veces. Ocurre también en Mt.
V, 24; VIII, 4; XIX, 21, etc. Jn. IV, 16; IX, 7".
Citas Bíblicas:
Ez. II, 7- III, 9:
"Les dirás mis palabras, ora que oigan, ora que no oigan; porque son
rebeldes. Oye pues, oh hijo de hombre, lo que te voy a decir: No seas tú
rebelde como esa casa de rebeldía; abre tu boca, y come lo que te voy a
dar." Yo miré, y ví una mano que se tendía hacia mí, y he aquí en ella el rollo de un libro. Lo desenvolvió delante de mí, y estaba escrito por dentro y por fuera;
y lo escrito en él eran cantos lúgubres, lamentaciones y ayes. Y me dijo: "Hijo de hombre, come lo
que tienes delante; come, come este rollo; y anda luego y habla a la casa de
Israel." Abrí, pues, mi boca, y dióme de comer aquel rollo. Y me dijo:
"Hijo de hombre, con este rollo que te doy, alimentarás tu vientre y
llenarás tus entrañas." Y yo lo comí, y era en mi boca dulce como miel.
Y me dijo: "Hijo de hombre, anda, dirígete a la casa de Israel, y
anúnciales mis palabras. Porque no eres enviado a un pueblo de habla
incomprensible y lengua difícil, sino a la casa de Israel; ni mucho menos a
numerosos pueblos de habla incomprensible y lengua difícil, cuyas palabras no
puedas entender. Si a tales te enviara, ellos te escucharían. Mas la casa de
Israel no querrá escucharte, porque no quieren escucharme a Mí, pues toda la
casa de Israel tiene frente obstinada y corazón endurecido. He aquí que hago tu
rostro duro contra los rostros de ellos, y tu frente dura contra sus frentes.
Hago tu frente como el diamante, más dura que el pedernal; no los temas, ni
tengas miedo de sus rostros, pues son una casa rebelde."
Comentario:
Esta voz es la misma del v. 4
y el ángel es San Gabriel.
Straubinger: “Comer
el libro recuerda a Ez. II, 8 s; III, 1 y simboliza
que el Apóstol ha de enterarse por completo de su contenido. Su gusto
dulce (cf. Jer. XV, 16) y luego amargo, significa la dulzura de la divina
Palabra y el horror del santo Apóstol al contemplar en espíritu, como en XVII,
6 y como Jesús en Getsemaní, los abismos de la apostasía y sus
castigos (…) Los modernos ven más bien (en este libro) las profecías que siguen desde la
séptima trompeta (cfr. XI, 15 etc.), lo cual en definitiva es un desarrollo
de lo anunciado por Jesús en sus predicciones escatológicas. Pirot
considera en este sentido que el librito debe comprender las visiones que
siguen y “que tienen el color político de los cap. XI a XX; en particular, los
reyes aludidos no pueden ser sino los de XVII, 10 y 12”.
[1] En Graecitas 457 (318) el
autor dice: "καὶ que corresponde al hebreo "waw de
apódosis", por el cual la proposición principal (apódosis) se introduce
después de la secundaria" y cita Lc. II, 21; VII, 12; Hech. I, 10;
Apoc. III, 20.
[2] Dice "tercer" y no
"séptimo" debido a su extraña y errónea teoría sobre las trompetas
que no vale la pena detenerse a analizar.
[3] “El
misterio del Dios es el conjunto de los acontecimientos escatológicos que
dependen de los decretos de Dios y son significados a los hombres por mediación
de los profetas. Cf. Apoc. I, 20; X,
7; XVII, 5.7 (…) Es el sentido apocalíptico, del que por lo demás deriva el
sentido de los evangelios y de san Pablo”.
[4] “Por ello el
esquema de la primera parte (VI-IX) está tan estrechamente ligado con los
discursos escatológicos de los evangelios, los cuales podían representar
para los primeros cristianos un como resumen de las profecías. Ver Charles”.