22. He aquí que a ella la arrojo en cama y a los que adulteren con ella, (los
arrojo) en grande tribulación, si no se arrepienten de las obras de ella.
Notas
Lingüísticas:
Zerwick: “κλίνην, cama; aquí: “de enfermo”.
Comentario:
Allo: “… si αὐτῆς (de ella) es la vera
lección, entonces Jezabel sería más bien una colectividad personificada. Jesús la
amenaza “arrojarla en la cama”, sobre la cama de enfermo, contraste sarcástico
con el lecho del adulterio o el triclinium de los banquetes sacros. Pero esta enfermedad es una figura y se
identifica con el conjunto de calamidades significadas por θλίψιν μεγάλην (tribulación magna), término casi técnico en el Apocalipsis. “Los que
adulteran con ella” son todos aquellos que comparten la falsa doctrina, y no
los amantes de Jezabel en sentido literal; no hay razón alguna en distinguirlos
de los τέκνα (hijos) del
versículo siguiente.”
Castellani: “El
instrumento del adulterio se convierte en instrumento de tortura; el lecho de
los malos amores se vuelve cama de enfermo. No puede uno menos de recordar las
tremendas epidemias de la Edad Media, y su culminación en la Muerte Negra,
tremenda pestilencia desconocida que invadiendo desde los puertos del
Mediterráneo cubrió casi toda Europa, diezmó su población en un tercio por lo
menos, sembró el terror y el desaliento, paralizó el progreso –muchas de las
catedrales góticas han quedado hasta nuestros días inconclusas a causa del
flagelo- y prácticamente cerró el auge de la Edad Media. Basta leer la vida
de Santa Catalina de Siena por Saurio o por San Francisco de
Capua para ver la Tribulación Magna en que zozobró el siglo XIV. Guerras
nacionales, cisma de Occidente, guerras feudales, conflictos eclesiásticos, corrupción
del clero, divisiones en las familias, amenaza del Turco, bandidismo, epidemias,
hambres, sediciones (…) Así como fue grande la gracia otorgada a esta época,
así fue grande el castigo que cayó sobre sus abusos”.
Bartina: "El castigo no sólo es justo (muchas
veces menos de lo merecido), con lo cual, por contraposición, aparece la
gravedad de la culpa, sino que, conforme a una constante bíblica, está en la misma línea que el pecado, al
menos según la finura del pensamiento semítico en sentido figurado. Jezabel
inducía por principio doctrinal a los cristianos de Tiatira a tenderse en el
lecho de los banquetes sacrificales idolátricos, conforme al uso del tiempo, y
al lecho del adulterio, en sentido real y traslaticio. Pues bien, va a suceder
algo terrible (ἰδοὺ), el Juez,
justísimo, va a arrojarla (βάλλω, con
modalidad semítica) en un lecho. La frase hebrea nfl l-mskb, "caer en un
lecho" (Ex. XXI, 18; I Mc. I, 5; Jue. VIII, 3), significa enfermar. El lecho con que se amenaza a Jezabel es de enfermedad,
dolor y sufrimiento. A sus colaboradores se les promete una tribulación grande,
que no se especifica; pero por el paralelismo ha de entenderse del mismo género
corporal".
Charles: "ἰδοὺ βάλλω αὐτὴν εἰς κλίνην (He
aquí que a ella la arrojo en cama)
καὶ τοὺς μοιχεύοντας μετ’ αὐτῆς εἰς θλῖψιν μεγάλην (y
a los que adulteren con ella, (los arrojo) en grande tribulación).
Tenemos
aquí un claro ejemplo de paralelismo hebreo y también de un modismo hebreo (…) Mientras
algunos eruditos han interpretado bastante mal κλίνην (cama) para
significar un lecho de los banquetes, muchos otros han reconocido correctamente
en él un lecho de enfermedad o sufrimiento, pero no han explicado la
justificación de esta interpretación. Ahora, si lo re traducimos literalmente
al hebreo descubrimos que hay aquí un modismo hebreo "ir hacia la propia
cama", "enfermarse" (Ex. XXI, 18). De aquí que "arrojar en
cama" significa "arrojar en un lecho de enfermo". Este modismo
se encuentra en I Mac. I, 5 y en Jue. VIII, 3, libros que están traducidos del
hebreo".
Škrinjar S.J.: “Razón por la cual la gran tribulación de Mt.
XXIV, 21 coincide con la de Apoc. VII, 14:
La gran tribulación de
la cual Apoc. VII, 14 dice que vienen los bienaventurados, está
determinada por el uso doble del artículo: ἐκ τῆς θλίψεως τῆς μεγάλης. Consta
que el autor del Apocalipsis le da gran importancia al artículo griego, de
forma tal que Allo, al comentar XII, 14 con razón advierte que se
debe admitir, por el uso de los artículos (τοῦ ἀετοῦ τοῦ μεγάλου = el
águila, la grande) que aquí la figura está puesta como una metáfora
conocida en el género apocalíptico. La misma conclusión se saca de los
artículos que determinan la gran tribulación de Apoc. VII, 14[1]…”.
De aquí se ve que el uso del término “gran tribulación”
en esta carta no es el mismo del que luego hablará en el capítulo VII,
como lo da a entender Allo.
23. Y mataré sus hijos con peste, y conocerán todas las Iglesias que Yo soy
el que escudriño riñones y corazones y daré a cada uno de vosotros según vuestras
obras.
Notas
Lingüísticas:
Zerwick: “ἀποκτενῶ (mataré), vers. 13;
Zerwick: “ἐν θανάτῳ pleon. hebr.; cfr. Ez. XXXIII, 27 en donde significa “peste”.
Mismo giro en VI,
8.
Cfr. sin embargo Gen.
II, 17.
Zerwick: “νεφροὺς: riñones; para los hebreos es la sede de
los deseos, de los afectos”.
Zorell: “Θάνατος” = por extensión significa peste letal, Apoc.
II, 23, VI, 8b (Job XXVII, 15; Jer. XV, 2)”.
Charles: "ἐν θανάτῳ: por medio de la peste, como en VI, 8".
De aquí la traducción
que coincide perfectamente con la peste negra a la que alude Castellani
en el versículo anterior. Todas las versiones traen “muerte”, excepto Wikenhauser
que dice:
“Su muerte, para
otros intérpretes, será efecto de la peste o de alguna otra epidemia mortal
(cfr. Ez. XXXIII, 27)”.
Comentario:
Allo in VI,
8: “Muerte” e “Infierno” asociados como en I,
18; XX, 13-14… Por el trío de calamidad “Guerra, Hambre, Peste” cfr. Is
LI, 19; Jer. XIV, 12; Ez. V, 2 etc. θάνατος,
en los LXX traduce a menudo el término hebreo דֶּבֶר, peste: Am. IV, 10;
Jer. XIV, 12; XXIV, 10; Ez. V,
12.17; VI, 11-12, etc. (…) Después de la guerra y
el hambre sigue la Peste, montado en un caballo verde (o verdoso, lívido) (…)
es el color de un cadáver putrefacto, o si se prefiere, el de un rostro
descompuesto de temor. Así el trío clásico de las plagas queda constituído,
pues θάνατος no puede significar aquí sino “Peste”, según la
analogía bíblica; si se tratara de la muerte en general, entonces este cuarto
jinete no tendría ningún signo individual y su aparición sería más bien ociosa,
dado que las dos plagas precedentes harían su trabajo.”
Sin embargo el mismo Allo
comentando este versículo de la Iglesia de Tiatira, explícitamente dice que
aquí se debe traducir “muerte” y no “peste” como en VI, 8. La razón que
da no se entiende:
“θάνατος, en efecto, contra Hort, significa aquí “muerte” y no “peste” como en VI, 8, pues los “hijos” o discípulos –los mismos,
desde otro punto de vista, que los amantes del 22- son llamados así a causa del uso simbólico del
nombre Jezabel, cuyos hijos fueron degollados por Jéhu (II Reg. X, 7).
Así Dios hará de ellos un ejemplo para todas las iglesias, lo que hace suponer
que Tiatira había dado un gran escándalo” (?)
Bover: “El que escudriña: guarda conexión con
“los ojos como llamas de fuego” (v. 18)”.
Bartina: "La frase "mataré con muerte" (ἀποκτενῶ ἐν θανάτῳ) es un hebraísmo. La
versión de los LXX traduce exactamente del mismo modo un pasaje hebreo donde la
palabra "muerte" es propiamente "peste" (dbr). Ez.
XXXIII, 27".
Bartina: "Con la palabra "riñones" se significa en la Biblia la sede de las emociones, afectos y sentimientos; por
"corazones", la sede de
los pensamientos, planes, voluntades,
deseos".
Conocerán todas las Iglesias, es
decir las tres Iglesias restantes de Sardes, Filadelfia y Laodicea.
[1] En Apoc. II, 2 Juan pone, con razón,
sin artículo otra gran tribulación (θλίψιν μεγάλην) no conocida todavía e
indeterminada.