miércoles, 3 de diciembre de 2025

El Milenarismo y el Magisterio Eclesiástico (V de V)

 c) Los dos decretos de Pío XII

 En la década del `40 el Santo Oficio emitió dos decretos que, créase o no, son los mejores argumentos en favor del Milenarismo.

Voy a dar los textos y citaré solamente la parte pertinente para luego simplemente sacar las conclusiones en base a lo que vimos antes.

        “Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio. Protoc. Nº 126-41

Del Palacio del Santo Oficio, 11 de julio de 1941.

 Excmo. y Revmo. Señor:

 En su debido tiempo llegó al Santo Oficio la carta N2 126-40, fechada 22 de abril de 1940, en la cual Su Excia. Rma. informaba que en esa Arquidiócesis había quienes defendían el sistema de los milenaristas espirituales y que aumentaban más y más los admiradores de tal doctrina; así como también de la obra del P. Lacunza: “Venida del Mesías en Gloria y Majestad”. Al mismo tiempo, solícitamente S.E. pedía, que se le dieran normas oportunas de parte de la Santa Sede.

Llevado el asunto a la sesión plenaria del miércoles 9 de este mes, los Exmos. y Revmos. Cardenales de esta Suprema Sagrada Congregación mandaron responder:

El sistema del milenarismo, aun el mitigado, es decir, el que enseña que, según la revelación católica, Cristo Nuestro Señor antes del juicio final, ha de venir corporalmente a esta tierra a reinar, ya sea con resurrección anterior de muchos justos o sin ella, no se puede enseñar sin peligro”.

Por tanto, apoyado en esta respuesta y teniendo presente, como S.E. mismo lo dice, la prohibición del libro del P. Lacunza, hecha ya por el Santo Oficio, tratará de velar cuidadosamente para que dicha doctrina, bajo ningún pretexto, sea enseñada, propagada, defendida o recomendada de viva voz o por cualquier clase de escritos.

Para realizarlo S.E. podrá emplear los medios oportunos no sólo con amonestaciones, sino también empleando la autoridad; dadas, si fuera el caso, las instrucciones que sean necesarias a los que enseñan en el Seminario o en otros institutos. Y si algo más grave ocurriere, no deje de comunicarlo al Santo Oficio.

Aprovechando la ocasión, le aseguro los sentimientos de mi grande estimación, quedando de su Excia. Revma. Adictísimo,

 

F. Card. Marchetti Selvaggiani

Secretario.

 

Este primer decreto presenta algunas características interesantes que vamos a analizar enseguida.