III. Evangelio según San Lucas
1. Nombre: Tal vez es la abreviación de Lucanos y se lo nombre 3 veces en las epístolas de San Pablo (Col. IV, 14; Filem. I, 24; II Tim. IV, 11).
2. Nación: Era de Antioquía, Siria, y no era judío, sino gentil.
3.
Profesión: Era un helenista culto, como se ve por el
griego con que escribe tanto el Evangelio como los Hechos; San Pablo lo llama “médico
muy amado” en la primera de las tres citas del punto 1. También se cree que
pintaba y algunos dicen que incluso tenía conocimientos bastantes
sólidos de derecho.
No era uno de los 72 discípulos de Cristo, a quien nunca conoció personalmente.
4. Citado: Ya era conocido desde fines del siglo I (San Clemente Romano, San Ignacio mártir, el Pastor Hermas, San Justino, Taciano).
5.
Lucas, seguidor de Pablo, es el autor del tercer
Evangelio:
a) Es
muy antiguo, ya que era contemporáneo de los primeros oyentes de Cristo.
b) El
griego es su lengua materna y no el hebreo: riqueza
de lenguaje (373 palabras propias que no están en los otros evangelios),
escribe por lo general conforme a las reglas del griego.
Sobre las leyes y costumbres de los judíos, habla en la medida en que se requiere para narrar fielmente la vida de Cristo. En lo que tiene de propio (y es mucho), no narra nada relacionado con los judíos.
c) Conoce la terminología médica y son propios de él estas palabras o frases:
IV, 23: “Y les dijo: “Sin duda me aplicaréis aquel refrán: Médico, cúrate
a ti mismo”.
IV, 38: “Se levantó de la sinagoga y entró en casa de Simón. La suegra de
Simón padecía de una fiebre grande, y le rogaron por ella”.
V, 18.24: “Y sucedió que unos hombres, que traían postrado
sobre un lecho un paralítico, trataban de ponerlo dentro y colocarlo
delante de Él… ¡Y bien! para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la
tierra potestad de perdonar pecados— dijo al paralítico— «A ti te digo:
Levántate, toma tu camilla y ve a tu casa»”.
XIV, 2: “Estaba allí, delante de Él un hombre hidrópico”.
XXI, 34: Mirad por vosotros mismos, no sea que vuestros
corazones se carguen de glotonería y embriaguez, y con cuidados de esta
vida, y que ese día no caiga sobre vosotros de improviso”.
d) Vocabulario muy similar al de San Pablo: Tiene casi 175 palabras en común, y también abundan en ambos las mismas palabras singulares y frecuentes; y los mismos temas (ej. universalidad de la predicación para la salvación), lo cual se ve en lo que tiene de propio con respecto a los demás evangelistas: la salvación es ofrecida incluso a los grandes pecadores y a los impíos: la pecadora, Zaqueo, buen ladrón, parábolas del buen Samaritano, dracma perdida, hijo pródigo, fariseo y el publicano; cesación de la ley mosaica.
6.
Plan general: Escribe después de los otros dos Evangelistas y en
parte intenta completar algunas cosas.
Se puede dividir de la
siguiente manera:
a)
Prólogo y narración del nacimiento e infancia de Jesús y del Bautista.
b)
Preparación para la vida pública: predicación del Bautista,
bautismo de Jesús.
c)
Ministerio en Galilea.
d)
Varios viajes del Señor a Jerusalén (sección propia de
San Lucas).
e)
Última semana en Jerusalén.
f) Pasión, muerte y resurrección y ascensión.
7)
Destinatarios: Los destinatarios principales son los cristianos
venidos de la gentilidad.
Pruebas:
a)
Calla todo cuanto pueda parecer ofensivo a los gentiles: por ej. en el sermón del Monte, en lugar de decir como San Mateo: “¿No
hacen otro tanto los gentiles?” (V, 47), dice: “También los pecadores
hacen lo mismo” (VI, 33).
b)
Calla todo cuanto pueda parecer sin importancia a los gentiles, como las palabras de Cristo a los Apóstoles: “No vayáis hacia los
gentiles” (Mt. X, 5); “No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa
de Israel” (Mt. XV, 21).
c) Por el contrario, trae todo aquello que demuestra la universalidad de
la salvación mesiánica o la misericordia de Dios incluso para con los grandes
pecadores; con esta finalidad lleva la genealogía hasta Adán.
8) Finalidad: Tiene una doble finalidad:
a)
Próxima: narrar los dichos y hechos del Señor con
orden y desde el comienzo;
b)
Remota: reforzar la fe de los cristianos de la
gentilidad, mostrando sobre todo que Cristo trajo la salvación a todos.
9. Fecha de composición: Todos concuerdan en que es posterior al Evangelio de Marcos. Muchos coinciden que fue escrito entre los años 59-63, ya que los Hechos de los Apóstoles, que es posterior a San Lucas, fue escrito entre el 63-64.
Para terminar, cito unas palabras del P. Bover:
“Desde el punto de vista propiamente literario, la obra de Marcos pertenece a la literatura oral o hablada; la de los demás, a la literatura escrita.
Desde el punto de vista histórico, la obra de Marcos
pertenece a la historia popular; la de Mateo, a la historia
erudita semítica; la de Lucas, a la historia erudita helénica;
la de Juan, a la historia filosófica o trascendental.
El rasgo distintivo de Marcos es la viveza fresca y
espontánea; el de Mateo, la coherencia y precisión algo
esquemática; el de Lucas la delicadeza penetrante; el de Juan,
la elevación y luminosidad.
Sobrepuestas las cuatro narraciones, Mateo da la línea, Marcos el
colorido, Lucas los matices, Juan la luz.
Marcos suministra el elemento humano, Mateo el elemento
judaico, Lucas el elemento helénico, Juan el elemento
divino.
De ahí resulta la imagen única en la historia: la del judío que
supera el judaísmo; la del hombre que supera la humanidad; la del Hombre-Dios,
Jesús de Nazaret, el héroe y protagonista de la cuádruple narración que forma
los cuatro libros del único Evangelio, que es el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo,
el libro más hermoso que jamás se ha escrito”.
Para resumir, y estos datos nos van a servir para analizar el Discurso Parusíaco:
Mateo: Escribe por temas (orden lógico y no cronológico); además del Discurso Parusíaco, agrega otros discursos de Nuestro Señor pronunciados en otras oportunidades (última parte del cap. XXIV y todo el XXV).
Marcos: trae exclusivamente el discurso Parusíaco tal cual fue pronunciado por Jesús el martes Santo (aunque con algunos detalles propio de su evangelio, por ej. no alude al sábado, a diferencia de Mateo).
Este
es el evangelio que debemos tener como guía.
Lucas: escribe el último de los tres y completa a los otros dos (tesis central de la exégesis, tal como veremos a partir de la próxima charla).