18. Y las naciones se airaron y vino tu ira y el tiempo
para que los muertos sean juzgados; y para dar la recompensa a tus siervos: los
profetas y los santos; y a los que temen tu Nombre: los pequeños y los grandes;
y para destruir a los que destruyen la tierra”.
Concordancias:
ὠργίσθησαν (airaron): cfr. Mt. V,
22; XVIII, 34; XXII, 7; Lc. XIV, 21; XV, 28; Ef. IV, 26; Apoc. XII, 17.
Notas
Lingüísticas:
Zerwick: “κριθῆναι
inf. aor. pass. κρίνω: juzgo;
determina a καιρὸς: tiempo en el cual los muertos debían ser juzgados”.
Zerwick: “δοῦναι: inf. aor. δίδωμι;
determina a καιρὸς: para dar.
Citas
Bíblicas:
Mt. X, 40-42: “Quien a vosotros recibe, a Mí me recibe, y quien me
recibe a Mí, recibe a Aquel que me envió. Quien recibe a un profeta a título de
profeta, recibirá la recompensa de profeta; quien recibe a un justo a título de
justo, recibirá la recompensa del justo y quienquiera diere de beber
tan sólo un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, a título de discípulo,
en verdad os digo, no perderá su recompensa”.
Sal. XCVIII, 1: “Reina Yahvé, tiemblan los pueblos. Sentado se ha sobre
los querubines; se conmueve la tierra”.
Comentario:
Este
versículo parece tener su correlato en el Sal.
II, 1: “¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos meditan cosas
vanas?”.
Los
tiempos parecerían ser los mismos. Ahora bien, en el Sal. II asistimos a la
publicación del decreto por parte del Padre, es decir, esto sucedería después de
la toma del libro sellado por parte del Hijo (cap. V), y es aquí donde el Hijo
le pide al Padre en herencia las naciones, las cuales se habían airado,
siguiendo al Dragón, en XII, 17, donde le va a hacer la guerra a la Iglesia.
Aquí aparecen las dos Bestias y tiene lugar el v. 1 del Salmo.
El orden
de los acontecimientos parecería ser el siguiente:
El libro
sellado:
1) Es dado
al Cordero en el cap. V.
2) Lo abre
(= sellos).
3) 7
Trompetas: ¿solamente castigo a Babilonia por los Mártires del 5 Sello o hay
algo más?
4) El
decreto/herencia del libro sellado abierto es publicado (Sal. II, 1) y por eso
la alegría en el cielo tras la séptima trompeta:
15. Y el séptimo ángel trompeteó y se hicieron voces
grandes en el cielo, diciendo: “Se hizo el reino del mundo de nuestro Señor y
de su Cristo y reinará por los siglos de los siglos”.
16. Y los veinticuatro Ancianos, los que delante de Dios
se sientan sobre sus tronos, cayeron sobre sus rostros y se postraron ante
Dios,
17. diciendo: “Te agradecemos, Yahvé Dios, el Todopoderoso,
el que es y el que era, porque has tomado tu poder, el grande y has reinado.
18. Y las naciones se airaron (Sal. II, 1) y vino tu
ira y el tiempo para que los muertos sean juzgados; y para dar la recompensa a
tus siervos: los profetas y los santos; y a los que temen tu Nombre: los
pequeños y los grandes; y para destruir a los que destruyen la tierra”.
19. Y se abrió el santuario de Dios, el que (está) en el cielo, y se vio el arca de
su alianza en su santuario, y hubo relámpagos y voces y truenos y terremoto y
granizo grande.
5) 7
Copas: furor de Dios (XV, 1.7; XVI, 1), juicio (XVI, 5.7);
6) Vino
del furor para Babilonia (XVI, 19; XVII-XVIII)
7)
Harmagedón: Anticristo/Falso Profeta (XIX)
8)
Juicio de las Naciones (XIX)
9)
Juicio a Satanás (XX)
La división de los grupos parece ser la siguiente:
I) Y las naciones se airaron y vino tu ira.
II) Y el
tiempo para que los muertos sean juzgados.
III) Y el
tiempo… para dar la recompensa a 1) tus siervos
a) los profetas y b) los santos y a 2) los que temen tu Nombre, a) los pequeños y b) los grandes.
IV) Y el
tiempo… para destruir a los que destruyen la tierra.
Bover: “Estos
incisos son como el índice de las narraciones que seguirán luego:
Se encolerizaron las gentes: XVI,
12-16; XIX, 19-21: es el ejército del mal que presume destronar a Dios a
su Cristo.
Llegó tu cólera: XIV,
8-20; XVI, 17-21…: es el día de la ira de Dios.
De que sean juzgados los muertos: XX,
11-15: es el juicio universal.
De dar el galardón: XXI,
1-27; XXII, 1-5: es la bienaventuranza celeste.
De arruinar… XVII,
1-18; XVIII, 1-24; XIX, 1-4; XIX, 11-21; XX, 1-20: es el exterminio de
Babilonia, de las dos bestias y del dragón”.
Allo: “La triple
enumeración “profetas, santos, temerosos de Dios”, si se conservan todos los καὶ
y todos los artículos, que están bien comprobados, suscita una dificultad de
exégesis. En un documento judío, φοβουμένοις designaría naturalmente a
los prosélitos o paganos que frecuentan la sinagoga”.
19. Y se abrió el santuario de Dios, el que (está) en el cielo, y se vio el arca de
su alianza en su santuario, y hubo relámpagos y voces y truenos y terremoto y granizo
grande.
Comentario:
Hay quienes creen que este versículo indica el
comienzo de la siguiente visión y que por lo tanto debería ir unido a ella. Sin
embargo, esta visión se repite en XV, 5 e indica el suceso próximo
anterior al comienzo del derramamiento de las copas. El capítulo XII,
por otra parte, nos retrotrae en el tiempo hasta los momentos previos a la aparición
de las dos Bestias.
Straubinger: “Hubo
relámpagos, etc., como
sucede paralelamente al final de los sellos (VIII, 5) y de las copas (XVI,
18)”.
Allo:
“Conservamos ὁ (el) antes de ἐν τῷ οὐρανῷ (en el
cielo) puesto que es conforme al uso del Apocalipsis y posee
aquí un verdadero valor determinativo”.
Allo: “El
santuario del cielo (opuesto al del XI, 1), cfr. III, 12; VII,
15; XV, 5 ss; El “arca”, cfr. II, 17 (al hablar del “maná
escondido”).
Allo: “Es
cierto que este versículo enlaza la visión precedente de las trompetas y las
visiones que siguen; parece traer una plaga (los “truenos” y el “pedrisco”) que
están relacionados al “aire”, el cuarto elemento, y que no tuvo un trato
especial en la serie de VII, 7-12, en donde la primera plaga afecta
especialmente a la tierra”.
Boismard: “En
Apoc. XI, 19 el arca de la alianza aparece en el templo, mientras que, en V, 8
se ve cómo una nube llena el templo. ¿Por qué estas dos escenificaciones? Hacen
alusión a II Mac. II, 5-8, donde se dice
que Jeremías ocultó en una cueva la tienda, el arca de la alianza y el altar de
los perfumes: “Este lugar, dice, quedará desconocido hasta que Dios vuelva
a congregar a su pueblo y tenga de él misericordia. Entonces dará a conocer el
paradero de estas cosas, aparecerá su gloria, y asimismo la nube, como se
manifestó al tiempo de Moisés y cuando Salomón pidió que el templo fuese
gloriosamente santificado”. Así la reaparición del arca y la presencia de la
nube en el templo significan que ha llegado el tiempo de la restauración
escatológica”.