lunes, 1 de septiembre de 2014

Retractatio III: Los 24 Ancianos

III

Los 24 Ancianos

Cuando propusimos una nueva división de la jerarquía angélica nos basamos en un trabajo de Ramos García que nos pareció (y nos sigue pareciendo) muy interesante. El autor, para probar la identidad de las Dominaciones con los 24 Ancianos, se basaba en un pasaje del capítulo VII del Apocalipsis, idea que nos había parecido muy buena y concluyente hasta el punto de llegar a afirmar:

"Que las Dominaciones (κυριότητες) se identifican con los 24 Ancianos, tal como se ve por la respuesta de San Juan a uno de ellos cuando le dice: “Señor (Κύριέ) mío, tú lo sabes…” (VII, 14), nos parece un hallazgo fantástico de Ramos García que corta por el medio la famosa discusión sobre la identidad humana o angélica de los mismos."

Ver AQUI.

Posteriormente leímos un artículo[1] del P. Albinus Škrinjar S.J. que mostró la falsedad de esta afirmación. El Padre dice (negritas nuestras):

"Esta última conclusión[2] no se contradice por el otro nombre que el vidente da a uno de los señores al llamarlo Dominus (Κύριέ), aunque en efecto, tanto en los libros sagrados como en la literatura apocalíptica este es un título de un ángel, el intérprete de la visión…".

Y luego continúa defendiendo que el título Κύριέ no se dice sólo de los ángeles sino también de los humanos.
Sea de esto lo que sea, lo cierto es que el autor trae en pie de página las citas bíblicas que aplican el mismo título no ya a las Dominaciones sino a otra clase de ángeles, como es el caso de San Gabriel.

Daniel X, 15-21: "Mientras me dirigía estas palabras, incliné mi rostro hacia el suelo y guardé silencio. Y he aquí que uno que parecía hijo de hombre me tocó los labios; entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: "Señor mío, al ver esta visión me sobrecogieron angustias y perdí la fuerza. "¿Cómo, pues, podrá el siervo de este mi señor hablar con este señor mio? Pues al presente no tengo fuerza alguna y hasta el aliento me falta." Entonces aquel que tenía semejanza de hombre volvió a tocarme y me dio fuerza, diciendo: "No temas, oh varón muy amado! ¡La paz sea contigo! ¡Animo, animo!" Y mientras me estaba hablando, recobré las fuerzas, y dije: "Habla, señor mío, pues me has dado fuerzas. Y dijo: "¿Sabes por qué he venido a ti? Ahora volveré para luchar con el príncipe de Persia; pues al salir yo, he aquí que vino el príncipe de Grecia. Pero te anunciaré lo que está escrito en la Escritura de la verdad; y no hay nadie que me ayude contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe."

Daniel XII, 8: "Yo oí pero no comprendí. Dije, pues: "Señor mío: ¿cuál será el fin de estas cosas?".

Ver también Zac. I, 9; IV, 5.13; VI, 4.

Siendo esto así, ¿cómo queda la división de la jerarquía angélica?

Creemos que en lo sustancial no hay razones para modificar nada, si bien una de las pruebas que se daban no era correcta. Decimos que no hay razones para cambiar nada porque nos parece que la división en tres grandes grupos: Tronos-Carro de Dios; Dominaciones-Consejeros y Arcángeles-Enviados con sus respectivos grupos subordinados de Potestades y Virtudes, permanece en pie, como mera posibilidad, hasta tanto no se demuestre su falsedad por algún medio.

Vale!





[1] Vigintiquattuor Seniores, Verbum Domini, 16 (1936), pag. 333-338 y 362-368.

Lamentablemente la erudición del autor es digna de una mejor causa. Escribir más de diez páginas para probar la naturaleza humana de los Ancianos, y luego terminar diciendo, en el último párrafo, que representan a "la Iglesia ideal" (sea lo que eso signifique) y que "son personas ideales, no reales", parece francamente una broma de mal gusto.

[2] El autor se refiere a su propia interpretación donde afirma que el término "Señores" debía tomarse de los señores del sacerdocio o señores de la familia tal como vemos tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Pero en todo momento el autor se olvida que el Templo y la división consiguiente de 24 clases sacerdotales, senadores, etc. está tomada de lo que sucede en el cielo.