5ab. Y de Jesucristo, el Testigo, el Fiel,
el Primogénito de los muertos y el Príncipe de los reyes de la tierra.
I)
Y de Jesucristo,
Comentario:
Después de nombrar al Padre
y a los siete Arcángeles, San Juan pasa a Jesucristo, dándonos
dos de sus atributos, los cuales parecen estar relacionados directamente con la
Parusía y el Milenio.
Veamos.
II) el
Testigo, el Fiel.
Comentario:
Nuestro Señor es llamado
aquí el Testigo, el Fiel, sin dudas
refiriéndose al v. 1 donde se dice que Dios Padre le dio una Revelación
para que la transmitiera a sus siervos. Al señalarse a Jesús con esos
dos atributos se indicaría pues que ha de cumplir fielmente con el mandato que
recibió de Su Padre.
El objeto de la profecía,
como quedó dicho, es “la palabra de Dios” y “el testimonio de Jesucristo”,
es decir los Mártires del Quinto Sello y del Anticristo respectivamente, lo cual
coincide con la septuagésima semana, o sea con “lo que debe suceder pronto”.
Siendo esto así, no debe
sorprender que el único versículo que llame a Jesús testigo está tomado de del título de Nuestro Señor a la Iglesia
de Laodicea:
III, 14: “Estas cosas dice el Amén, el testigo, el fiel y
veraz”.
Y en Isaías, en un pasaje referido
indudablemente al Milenio, Dios Padre dice del Mesías:
LV, 4: “Mira, Yo le he constituído como testigo
para los pueblos, como caudillo y maestro de las naciones”.
Siempre con el mismo carácter Parusíaco, San
Juan hace referencia a la fidelidad
de Jesús en:
III, 14: “Estas cosas dice el Amén, el testigo, el fiel y
veraz".
XIX, 11: “Y vi el cielo
abierto y he aquí un caballo blanco y el sedente sobre él era llamado Fiel y Veraz, y juzga con justicia y
hace la guerra”.
XXI, 5: “Y dijo el que estaba
sentado en el trono: “He aquí, Yo hago todo nuevo”. Y dice: “Escribe que estas
palabras son fieles y veras”.
XXII, 6: “Y
me dijo: “Estas palabras son fieles
y veras, y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, envió su ángel
para mostrar a sus siervos lo que debe suceder pronto”.
Donde vemos que el adjetivo es usado en la Iglesia
bajo los tiempos del Anticristo, en
la destrucción de las dos Bestias
durante la batalla del Armagedón, en la descripción del Milenio, y en la Septuagésima
Semana.
Allo: “Jesús
es llamado “el Testigo fiel”; el IV Evangelio dirá que ha venido “para dar
testimonio de la Verdad”, y para contarnos lo que ha visto en el seno del
Padre; en nuestro libro, va a testimoniar los designios de Dios sobre el
futuro”.
Gelin: “El
título de Testigo Fiel aquí y en III,
14, muy propio de Juan (Jn. XVIII, 37), está relacionado con lo dicho en I, 1”.
Charles: “μάρτυς
(testigo), aplicado a Cristo,
aparece solamente aquí y en III, 14 en el NT. (…) La frase ὁ μάρτυς ὁ
πιστός (el Testigo, el Fiel), tomada
con las palabras que siguen ὁ πρωτότοκος… τῶν βασιλέων τῆς γῆς (el Primogénito… de los reyes de la tierra), nos provee una
fuerte evidencia de que nuestro autor tenía en mente el Salmo LXXXIX; pues la
primera frase se encuentra en el v. 38 donde se dice que la luna es “ὁ μάρτυς
ἐν οὐρανῷ πιστός” (testigo fiel en el
cielo) y la segunda en el v. 28: “κἀγὼ πρωτότοκον θήσομαι
αὐτόν ὑψηλὸν παρὰ τοῖς βασιλεῦσιν τῆς γῆς” (y Yo lo haré Primogénito, el más
excelso entre los reyes de la tierra)”.
Es resumen, Jesucristo
es el Testigo, el Fiel de “lo que debe suceder pronto”, o sea de la
septuagésima semana de Daniel y lo que tras ella sigue.