sábado, 6 de julio de 2013

El tiempo está cerca – Vengo pronto – Las cosas que deben suceder pronto. I de II

II Parte

He aquí una serie de pasajes escriturísticos que han hecho sudar a los exégetas. Vamos a dar, como de costumbre, los textos para luego estudiarlos con algo de detenimiento.

I.- El tiempo está cerca (ἐγγύς).

1) I, 3: Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas escritas en ella, porque el tiempo está cerca”.

2) XXII, 10: “Y díjome: “no selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca”.

II.- Vengo Pronto (ταχύ).

1) III, 11: “Pronto vengo; guarda firmemente lo que tienes para que nadie tome tu corona”.

2) XXII, 7: “Y mirad que vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”.

3) XXII, 12: “He aquí que vengo pronto y mi galardón viene conmigo para recompensar a cada uno según su obra”.

4) XXII, 20: “El que da testimonio de esto dice: “Sí, vengo pronto”.

III.- Las cosas que deben suceder Pronto (ἐν τάχει).

1) I, 1: “Revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto, y significó por medio del Ángel suyo que envió a su siervo Juan…”

2) XXII, 6: “Y me dijo: estas palabras son fieles y verídicas, y el Señor Dios de los espíritus de los profetas envió su ángel para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.


Todas estas frases, que sin duda alguna presentan una seria dificultad para el exégeta, han hecho correr inmensos ríos de tinta y déllas han bebido los herejes para negar tanto el carácter sagrado del Apocalipsis como así también la divinidad de Jesucristo.
Esto en cuanto a los herejes, pero en cuanto a los exégetas Católicos creemos que no se ha adelantado gran cosa al respecto.

Billot se agarra desta frase para intentar probar que todo (o casi) el Apocalipsis se refiere a los tiempos de las persecuciones del Imperio Romano durante los tres primeros siglos. Su article neuviéme de La Parusie es realmente lamentable. Es una página que podría ser firmada por cualquier racionalista. Si no fuera por la admiración que le profesamos en el campo teológico, diríamos palabras más duras aún.
Este problema presenta algunas similitudes con la famosa controversia sobre las palabras de Nuestro Señor en el discurso Parusíaco “en verdad, os digo, que no pasará la generación esta hasta que todo esto suceda” (cfr. AQUI).

Castellani, ni fallimur, no adelanta mucho en la solución. Vamos a citarlo en sus Papeles, Parte Cuarta, cap. IX “El viejo polemiza”.

Allo previene a sus dóciles lectores que las expresiones del Apokalypsis: "vengo pronto"; "estoy a las puertas"; "tiempo breve", etcétera, no significan propiamente tiempo breve, sino un tiempo que puede ser o bien corto o bien largo... "un lointain absolument indefini” una lontananza del todo indefinida; o por mejor decir, necesariamente largo: "des siècles et des siècles une succession trés longue"... ¡Para significarnos una sucesión muy larga de siglos, el hagiógrafo inspirado del Espíritu Santo escribió no menos de siete veces tiempo corto!
¿Luego miente la Escritura? No, no miente, porque -dice Alló- se pone "en el punto de vista de los que viven en el Más-allá, de los que hacen todos sus cálculos en la eternidad, y para los cuales mil años son como un día". Muy bonito. Pero en ese caso; ¿para qué diablos nos ha sido dado a los míseros mortales, para quienes mil años no son como un día, ese libro escrito para que lo entiendan "los que viven en el Más-allá" -y además el padre Alló... por revelación posiblemente- libro divino donde una palabra ἐν τάχει (pronto) significa exactamente lo contrario de lo que significa entre los mortales? ¡Vamos!
En realidad, ese alerta continuado del Apóstol: "Vengo pronto, el tiempo es corto" no es más que la repetición de la palabra directa de Cristo acerca del “ladrón nocturno", la Muerte, dirigida ahora no ya solamente a los particulares sino al entero siglo, y sus grandezas caducas y sus ilusiones invencibles de pervivencia terrena y "de progreso indefinido"... Y significa tiempo corto, literalmente tiempo corto y nada más. Significa que el período de los tiempos cristianos, el período de la siembra, no será más largo que el evo que lo precedió; al contrario. Significa que el mundo en su sexto día correrá más rápidamente que antes al encuentro de su Salvador y Juez. Dice que las imbéciles e impías ilusiones de miles y miles de años de vida universal para dar tiempo a que la Humanidad por sí sola y por esos medios se transforme en el Edén racionalista que sueña Diderot y Comte y Renan y parece acoger Alló... no son sino ilusiones imbéciles e impías, si creemos en la Escritura…”.

Si al lector le convencen estas palabras no lo juzgamos[1], pero es preciso decir algo al respecto:

1) Las palabras de Cristo sobre el ladrón nocturno (y de San Pedro y de San Pablo…) se refieren siempre a la Parusía y jamás a la muerte individual como da a entender Castellani.

2) Castellani, al hablar del sexto día (evo), parece dar a entender que está hablando de la división septenaria que traen los Padres y cuyo sábado[2] ha de ser el Milenio. So far so good, hasta aquí ningún problema.
Sin embargo no está del todo claro en el texto si el período cristiano va a ser más largo que la edad anterior, esto es la quinta o por el contrario si se refiere a las cinco edades anteriores todas juntas.
Si es lo primero (cosa que no creemos) entonces el error sería evidente, ya que el sexto evo (el actual) no sólo que no es más corto que el evo anterior ¡sino que incluso es el más largo de todos (incluyendo el séptimo)!
Si nos atenemos al Plan de las Edades que trae Van Rixtel podremos ver la siguiente división:

El primer día: de Adán hasta Noé (1600 años aprox.)

El segundo día: de Noé hasta Abrahán (430 años aprox.)

El tercer día: de Abrahán hasta David (880 años aprox.)

El cuarto día: de David hasta la transmigración de Babilonia (435 años aprox.)

El quinto día: de la transmigración de Babilonia hasta la primera Venida de Cristo (600 años aprox.)

El sexto día: desde la primera Venida hasta la segunda Venida de Cristo (algo más de 2000 años hasta la fecha).

El séptimo día: en el cual la mies aparecerá en su esplendor (1000 años).

Van Rixtel da otras divisiones que no varían demasiado con esta. Aquí se ve claro que el “vengo pronto” no puede significar “vengo antes de 600 años”, que es el término de la quinta edad.

Ahora bien, si la idea de Castellani es que esta frase está relacionada con los tiempos anteriores a Nuestro Señor tomados todos juntos[3], entonces “vengo pronto” pasaría a significar “vengo antes de los cuatro mil años”[4], es decir, la Parusía podría demorarse todavía casi dos mil años más, con lo cual caeríamos en lo mismo que Allo.
En conclusión: la exégesis de Castellani no resuelve el problema sino que la dificultad sigue tan fuerte como antes.

Straubinger, por su parte, comentando XXII, 12 dice:

“Como observa un escritor moderno vengo presto no se refiere necesariamente a un tiempo inmediato, sino que significa que Él viene con diligencia, que viene a su tiempo, como lo hizo la primera vez (Gal. IV, 4). Es decir, que para ese momento anhelado, Él está pronto siempre (Cant. VII, 10) y así hemos de estar nosotros (v. 17). Ignoramos el día fijo (Hech. I, 7) pero conocemos las señales próximas del día (Mt. XXIV, 33; Lc. XXI, 28; cfr. IV Esd. V, 1 s) y aún podemos apresurarlo (II Ped. III, 12). Y aquí se aumenta nuestro consuelo al saber que vendrá sin demora no bien suene el instante (II Ped. III, 9)”.

Esta explicación nos parece la mejor de todas pero aún así creemos que es insuficiente. Aún concediendo que una de las traducciones posibles del adverbio ταχύ sea “rápido, con diligencia”[5], sin embargo aún resta por interpretar los demás pasajes en los que se dice que “el tiempo está cerca” y “las cosas que deben suceder pronto”.

De hecho al comentar I, 3 Straubinger dice:

El momento está cerca: esto es el de la Segunda Venida de Cristosi este momento estaba cerca en los albores del cristianismo ¿cuánto más hoy, transcurridos veinte siglos?...”.

Y así volvemos una vez más al punto de partida. La objeción subsiste: si Cristo dijo que su Segunda venida estaba cerca y ya han pasado casi dos mil años desde entonces, pues no queda más que afirmar que se equivocó.

En la segunda parte intentaremos dar una respuesta a estas serias dificultades


Terminabitur




[1] En su ¿Cristo vuelve o no vuelve? cap. 14 ¿Está cerca la Parusía? da tres razones por las cuales se puede decir que la venida de Cristo está cerca: “trascendentalmente”, “místicamente” y “literalmente”. Las tres razones son flojas y forzadas, pero puesto que los Papeles es una obra posterior no es preciso entrar en el análisis de los mismos.

[2] En el trabajo arriba citado Castellani dice que el séptimo día, el del último milenio, es el domingo. Es curioso el error. Es sabido por todos que el séptimo día en el cual Dios descansó de sus obras fue el sábado.

[3] De hecho en su Apokalypsis dice: “La Segunda Venida o el Retorno Parusíaco, debe ser deseado y pedido; y lo ha sido por los fervientes en estos 20 siglos. Veinte siglos es pronto relativamente a la duración total del mundo…” ed. Vértice, pag. 258, énfasis nuestros.

[4] Esta es la explicación del sentido “místico” del que hablamos en la nota 1.

[5] Zorell, Lexicon, s.v. admite ambas traducciones pero interpreta todos los textos del Apocalipsis como de una venida próxima.