11. “Digno eres Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el
poder, porque Tú creaste todas las cosas y por tu voluntad eran y fueron creadas”.
Notas Lingüísticas:
Zerwick: "ὁ Κύριος (el Señor):
en lugar del vocativo".
Zerwick, Graecitas, 34: "En hebreo la única
forma de expresar el vocativo es el nominativo con artículo".
Zerwick: ἦσαν: eran,
¿en el consejo eterno de Dios?”.
Otros traducen de diversa manera:
Allo, Bover, Gelin: “Existieron”.
Straubinger: "Tuvieron ser".
Caballero Sánchez: “Fueron y existieron”.
Comentario:
No se debe olvidar que todo esto es futuro, es
decir, aquí se dice lo que sucederá y no que efectivamente, en el cap. IV, haya
sucedido la postración seguida de las alabanzas.
Versículo 9: Vivientes
Δόξαν: gloria
Τιμὴν: honor
Εὐχαριστίαν: acción de gracias.
Versículo 11: 24 Ancianos
Δόξαν: gloria
Τιμὴν: honor
Δύναμιν: poder
Caballero Sánchez: “Algunos "sabios" petulantes caen en la
simpleza de tachar el estilo de Juan
en este capítulo de "flojo y en extremo redundante". Los
"críticos" sin fe van mucho más allá: blasfeman ciegamente diciendo
que no hay aquí más que un tejido absurdo de contradicciones. La verdad es que
cuanto más se penetra en la médula interior del texto, más hay que confesar humildemente
que todo en él tiene su razón de ser, aún ciertas voluntarias incorrecciones
gramaticales, no atribuibles a copistas. Nuestra imperfecta inteligencia del
objeto es lo que nos impide ver en todos sus matices la lógica superior de la
gramática de San Juan. En el
último inciso, v. g, poco ha transcrito, las dos palabras finales que todos, a
primera vista, traducen: "existieron y fueron creadas", encierran,
así traducidas, una redundancia o una inversión chocante. Pero, pésense los
términos griegos con exactitud metafísica; y se hallará que el primer término ésan
puede referirse a la esencia real, capacidad subjetiva del acto de existencia
expresado en el segundo: ectísthesan. Y no sólo se desvanece toda
contorsión, sino que se abre una perspectiva de altísima filosofía (…) El
sentido directo, sin embargo, de esas palabras, dentro de su envoltura
filosófica, es teológico: se refiere, como todo el texto, al trabajo divino de
la "nueva creación" sujeta al Reino de Dios; y las palabras del Vidente
tienen, como las anteriores, un marcado sabor trinitario: dependientes totalmente
de la voluntad del Padre, todas las cosas llevan en su esencia la
marca del Verbo por Quien y en Quien son, y en su existencia el soplo
del Espíritu que las anima actuándolas de continuo. Sólo a estas alturas podrán plenamente
armonizarse las tendencias esencialistas y existencialistas del pensamiento
humano. A ello contribuirá poderosamente el libro
de los siete sellos de la visión presente”.
Wikenhauser: "Para terminar, Juan habla de lo que
constituye la ocupación de la corte divina: ofrecer incesantemente homenajes a
Dios. El vidente refiere incluso las palabras con que tales alabanzas expresan.
El canto de los cuatro vivientes, réplica
del trisagio de los serafines de Is. VI, glorifica a Dios como santo, omnipotente
y eterno o, en otros términos, realza su misteriosa naturaleza. Al de los
vivientes, los ancianos agregan cada vez su propio canto de alabanza a Dios,
celebrándose como Creador de todas las cosas, a quien corresponde alabanza,
honor y poder sobre todas las criaturas".
Alápide: “Así como los cuatro Animales (vivientes)
cantaron a Dios el trisagion, de la misma forma cantan aquí los 24 ancianos (…)
pues “virtud” aquí es lo mismo que bendición y alabanza de la virtud, por
metonimia. Así como en el cap. V, vers. 12 se dice: “digno es el
Cordero de recibir la virtud y la divinidad[1]”, es decir, la alabanza y
la doxología de su virtud y divinidad. Virtutem en griego es δύναμιν,
es decir, la fortaleza, como si dijera: Digno eres Señor, de recibir de
nuestros labios y de todos los hombres y ángeles la confesión y alabanza de tu
inmenso poder y fortaleza, por la cual creaste todo, e hiciste de nosotros y de
los otros fieles, vencedores; eres digno que este poder y fortaleza sea alabado
y celebrado por todos”.
Sales: "En esta primera parte de la
visión, los ancianos y los animales alaban a Dios por la obra completa de la
creación, en la segunda parte lo alabarán por la obra de la redención".
Charles: "Así
como la doxología de los Querubines en el v. 8 tiene como tema la santidad,
omnipotencia y eternidad de Dios, e.e, la naturaleza esencial de Dios,
así la de los 24 Ancianos tiene como tema la gloria de Dios en Sus obras;
pues todas las cosas fueron creadas por Él".
Fillion: “Los Vivientes habían empleado la tercera
persona para hablar a Dios; los representantes de su Iglesia (los 24
Ancianos) se dirigen directamente a Él; cfr. XI, 17-18”.
Fillion: “Gloriam et honorem (…) esta vez (es decir, a diferencia de lo que dicen los vivientes.
Razón de más para ver en las respectivas alabanzas, los mismos términos), los
substantivos son precedidos del artículo en el griego: la gloria, el
honor y el poder”.
[1] Alápide sigue la traducción
incorrecta de la Vulgata.