martes, 22 de diciembre de 2020

Una opinión de Fr. Luis de León sobre la cronología de la Pascua, por Salvador Muñoz Iglesias (V de VI)

 4. Armonía entre S. Juan y los Sinópticos 

Terminada la exposición de su sistema, pasa Fr. Luis a esclarecer los lugares evangélicos que dieron lugar a la dificultad y que, en su sentencia, se explican fácilmente. 

Primera dificultad: Cristo cenó, según los Sinópticos, el primer día de los ácimos, lo que parece indicar el día 15 incoado, o sea el 14 por la noche; mientras que, según San Juan, cenó el día antes de la Pascua, lo que más bien hace suponer — si Pascua es sinónimo de Cordero Pascual— que adelantó un día la fecha legítima, celebrando su cena — con cordero o sin él— en la noche del 13 al 14. 

Solución de Fr. Luis: Según la Ley, era obligatorio el uso de los ácimos durante siete días desde la víspera del 15 hasta el 21 y, según esto, el primer día de los ácimos era el 15, que comenzaba el 14 por la tarde. Pero como también en la cena del Cordero que se celebraba un día antes (el 13 por la noche) estaban prescritos los ácimos, aunque se pudiera comer fermentado en el resto del día 14, se llamaba primer día de los ácimos al 14, que comenzaba el 13 por la noche, y en este sentido habla Josefo de ocho días de ácimos: 

“La razón por la que se llamaba a ese día el primero de los Ázimos, es que se comenzaba a comer pan sin levadura desde entonces, a saber, desde el festín del Cordero Pascual: Comerán la carne en aquella misma noche. La comerán asada al fuego, con panes ácimos y con hierbas amargas (Ex. XII, 8). Lo cual no impedía que se usara pan con levadura en las otras comidas. Pues la prohibición de tener pan con levadura en la casa, no era más que por los siete días llamados propiamente los días de los Ázimos según la ley: No se halle levadura en vuestras casas por espacio de siete días (Ex. XII, 19). Y esta denominación no se extendía hasta el día catorce más que por el uso fundado en el hecho que se servían desde ese día panes ázimos en el festín del Cordero Pascual. 

Así, pues, se dirá, habría ocho días de Ázimos. Respondo que según las palabras de la Ley y hablando en rigor, no había más que siete, pero según la manera ordinaria de hablar, fundada sobre lo que acabo de decir, había ocho y que no se trata de una conjetura de la que me valgo por la necesidad de sostener mi Sistema, sino que es del mismo Josefo que la tomo, el cual encerrando en la fiesta de Pascua todas las ceremonias que estaban relacionadas y que representaban a los israelitas todas las circunstancias de su liberación de la esclavitud de Egipto, cuenta expresamente ocho días. En recuerdo de aquella escasez, celebramos durante ocho días la fiesta que llamamos los Ázimos (Libro II, cap. V de las Antigüedades Judaicas). 

El P. Ruppert, sin tener en cuenta el testimonio de Josefo concluyó del pasaje del Éxodo que he citado varias veces, que había ocho días de Ázimos. Pues, dice, Moisés cuenta el primer día y además aún siete días de Ázimos. Comeréis, pues, panes ácimos en el mes primero desde el día catorce del mes por la tarde, hasta la tarde del día veintiuno del mes (Ex. XII, 18). Así, sin forzar nada, coinciden perfectamente en mi Sistema el Antiguo y el Nuevo Testamento”. 

Así, pues, el primer día de los ázimos era el 13 por la noche, en el que era necesario matar los corderos. 

Asimismo, era 13 por la noche "el día antes de la Pascua", cuando cenó el Señor, según San Juan. Por Pascua se ha de entender, no la cena del cordero, sino la gran Fiesta de la Pascua, que se celebraba un día después de aquélla, el día 15, a partir de la tarde del 14. 

Si, pues, el Señor celebró la cena por la noche y el día antes de la Pascua, no pudo ser el 14 por la noche, que ya era día de Pascua sino la noche anterior, o sea la del 13 al 14: 

“Pues de lo que San Juan escribe, que Nuestro Señor hizo la Pascua con sus discípulos e inmoló el Cordero, antes de la fiesta de Pascua (Jn. XIII, 1) muchos se imaginaron que hizo la Pascua un día antes del tiempo prescripto por la Ley, confundiendo la inmolación del Cordero con la fiesta de la Pascua, que son dos cosas muy diferentes. Pues la fiesta de la Pascua era el quince, y el Cordero se inmolaba y se comía el catorce. El día catorce del primer mes será la Pascua de Yahvé. El día quince de este mes será día de fiesta (Num. XXVIII, 16-17). 

Así, lo que dice San Juan se compagina perfectamente con lo que dicen los otros tres Evangelistas. Jesucristo hizo el festín Pascual antes de la fiesta de Pascua según San Juan y la hizo también el primer día de los Ázimos, en que se debía inmolar la pascua (Mc. XIV, 12; Lc. XXII, 7); ambas cosas son muy ciertas, dado que el primer día que portaba el nombre de Ázimos al comienzo del cual los Hebreos comían el Cordero, era el catorce del mes, de la forma en que lo he explicado, y precedía inmediatamente la fiesta de la Pascua que se hacía el quince. La inmolación del Cordero ordenada por la Ley precedía un día completo el sacrificio de becerros que se hacía la noche siguiente, es decir al comienzo del día quince, fiesta de la Pascua, según estas palabras expresas del Deuteronomio: Has de sacrificar la pascua por la tarde, al ponerse el sol, a la hora en que saliste de Egipto (Deut. XVI, 6).” 

Segunda dificultad: Según San Juan (XVIII, 28), el día de la muerte del Señor los judíos no entraron en el Pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua. Luego, no habían comido aún el cordero y, por lo tanto, o habían retrasado la cena Pascual, o Jesús y sus discípulos la habían adelantado. 

Solución de Fr. Luis: Comer la Pascua se ha de entender aquí (como arriba dijimos de la frase "el día antes de la Pascua"), no de la cena del cordero, sino de los otros sacrificios del gran día de la Pascua, y de los ácimos que se debían comer con pureza legal en los días sucesivos:  

“San Juan escribe que los Fariseos y Pontífices, cuando conducían a Jesús ante Pilatos, no querían entrar en el pretorio para no contraer una impureza legal que les hubiera impedido comer la Pascua, para no contaminarse y poder comer la Pascua (Jn. XVIII, 28); de donde muchos concluyeron que los Judíos debían hacer ese día el festín del Cordero Pascual y que por lo tanto Nuestro Señor había adelantado un día el tiempo de la Pascua legal. Pero no se trataba de eso: habían hecho la cena legal la noche anterior, que era el comienzo del día catorce; y la Pascua que querían estar en estado de comer eran las carnes de los sacrificios que se hacían la noche al comienzo del día quince, tiempo en el cual los Israelitas habían salido de Egipto, y que Moisés en el capítulo XVI del Deuteronomio llama con el nombre Pascua: Has de sacrificar la pascua por la tarde, al ponerse el sol, a la hora en que saliste de Egipto (Deut. XVI, 6). Circunstancia, digo, que marca claramente que esa pascua no era el Cordero Pascual”. 

Y prueba este doble significado de Pascua mostrando la diferencia que existe en la legislación sobre ambas ceremonias: la cena del cordero (Ex. XII, 1-28) en las primeras vísperas del 14 y los sacrificios de la gran Pascua en las primeras vísperas del 15 (Núm. XXVIII, 16-26; Deut. XVI, 8) 

Por el hecho de que Moisés diga que se inmolará una víctima que llama Pascua, no hay que concluir que los Israelitas no salieron a la caída del sol, porque el texto es claro más arriba, sino que hay que concluir de este texto formal solo, y más aún cuando se lo une con los del Éxodo y de los Números que he citado, hay que concluir, digo, que se le da el nombre de Pascua a otro sacrificio distinto al del Cordero Pascual. Esta consecuencia es indubitable, dado que la víctima de que se trata fue inmolada el día quince en el momento en que los Judíos salieron de Ramesés, y por lo tanto, un día después de la inmolación del Cordero. Así se ve en este capítulo la diferencia de los dos sacrificios, que se llaman Pascua. La víctima que se inmoló el catorce y que lleva más comúnmente el nombre de Pascua, era un Cordero o un Cabrito, el otro eran becerros, ovejas, etc. Inmolarás en la Pascua ovejas y bueyes al Señor Dios tuyo (Deut. XVI, 2)”.