martes, 21 de abril de 2020

Algunas Notas a Apocalipsis XI, 8-9


8. Y el cadáver de ellos (yacerá) en la plaza de la ciudad, la grande, que se llama espiritualmente Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado.

Citas Bíblicas:

Salmo LXXVIII: “Salmo de Asaf.

Oh Dios, los gentiles
han invadido tu heredad,
han profanado el Templo de tu santidad,
han hecho de Jerusalén un montón de ruinas.
Dieron los cadáveres de tus siervos
por pasto a las aves del cielo;
las carnes de tus santos
a las bestias de la tierra.
Derramaron su sangre como agua,
en rededor de Jerusalén,
y no hubo quien les diera sepultura.
Hemos venido a ser
el escarnio de nuestros vecinos,
fábula y ludibrio de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor?
¿Ha de durar tu ira para siempre?
¿Arderán tus celos como el fuego?
Derrama tu cólera sobre las gentes
que no te conocen,
y sobre los reinos que no invocan tu Nombre;
porque ellos han devorado a Jacob
y han asolado su morada.
No quieras recordar contra nosotros
las iniquidades de nuestros mayores;
venga pronto a encontrarnos tu misericordia,
porque estamos muy abatidos.
Acude a socorrernos,
oh Dios, Salvador nuestro,
por la gloria de tu Nombre.
Líbranos y olvida nuestros pecados,
a causa de tu Nombre.
¿Por qué han de decir los gentiles:
“¿Dónde está el Dios de éstos?”
Sea manifiesta contra los gentiles,
delante de nuestros ojos,
la venganza por la sangre vertida de tus siervos.
Suba hasta Ti el gemido de los cautivos,
según la potencia de tu brazo,
salva a los destinados a la muerte.
Derrama en retorno,
sobre el seno de nuestros vecinos,
septuplicado el ultraje
que arrojaron sobre Ti, Señor.
Y nosotros, tu pueblo, y ovejas de tu grey,
te daremos gracias eternamente,
y cantaremos tu alabanza,
de generación en generación”.


Comentario:

Con respecto a la singular opinión de Lacunza, notemos un par de cosas:


a) Debe leerse “la plaza” en lugar del plural.

b) Jesucristo fue crucificado en Jerusalén como Él mismo lo da a entender en Mt. XX, 18 s y concordantes.

Cfr. además Lc. XIII, 33.

Straubinger: “En la plaza: más exacto que en las plazas (Vulgata). Sodoma y Egipto, figuras del mundo enemigo de Dios, son aquí nombres dados a esa Jerusalén pisoteada (v. 2). Véase Is. I, 10; Jer. XXIII, 14; Ez. XVI, 46”.

Allo: “Judá es llamada Sodoma o comparada a esta ciudad infame Is. I, 9 ss; Ez. XVI, 42.55; cfr. Jer. XXIII, 14; Deut. XXXII, 32; “Egipto”, es nombre típico que significa “lugar de servidumbre”.

Wikenhauser: “No se designa la ciudad por su propio nombre, pero la explicación “donde también su Señor fue crucificado”, no deja la menor duda de que se trata de Jerusalén. Los dos nombres simbólicos que se le aplican quieren llamar la atención sobre la hostilidad hacia Dios y la depravación moral que distingue a sus habitantes. En Sab. XIX, 14-15, Sodoma y Egipto son los símbolos de la corrupción y la impiedad. En otros pasajes del Apocalipsis se da el nombre de gran ciudad, a Babilonia (XIV, 8; XVI, 19; XVII, 5.18; XVIII, 2.10); aquí, en cambio, el epíteto se da a Jerusalén, porque es precisamente a esta ciudad a la que, en la intención del autor, se refiere la profecía en cuestión”.

Fillion: “El nombre de Egipto no deja de ser significativo ya que esta comarca era el tipo de los enemigos de Dios”.


9. Y ven de entre los pueblos y tribus y lenguas y naciones el cadáver de ellos, días tres y medio; y sus cadáveres no dejan se pongan en sepulcro.

Notas Lingüísticas:

Zerwick: “ἐκ indica la parte, como el genitivo partitivo “de entre”.


Comentario:

Estos de entre los “pueblos y tribus y lenguas y naciones” parecen ser los enumerados en X, 11: “Debes tú de nuevo profetizar sobre pueblos y naciones y lenguas y reyes numerosos”.

Allo: “El triunfo aparente de los gentiles y de la Bestia durará justo tantos días como la actividad victoriosa de los Testigos ha durado en años (And.)…”.

Parecería que hay una diferencia entre βλέπουσιν (ver) y θεωροῦντας (contemplar, v. 11 y 12) ya que el segundo significado se referiría a los que lo ven con sus propios ojos, mientras que los primeros lo ven a través de algo, como que se ofrece a sus ojos, lo cual hace pensar en la televisión e internet.

Cfr. “El aspecto verbal” de Mateos, num. 326.

Zorell dice:

Θεωροῦντας: “Ser espectador, esperar, sobre todo de una cosa admirable, nueva, grande o algo que me interesa mucho conocer”.

Βλέπουσιν:1) ver con los ojos: a) en sentido más bien pasivo y receptivo: ver lo que se ofrece a los ojos…”.

Caballero Sánchez: “Espectáculo mundial, sin dudas. Si las gentes exigen que la exhibición dure tres días y medio, no sólo es para que los espectadores allí presentes se den cuenta cabal de la realidad de aquellas muertes, y puedan ir desfilando sin interrupción algunos millones de personas, es también, probablemente, para que tal espectáculo pueda ser televisado hacia todos los puntos de la tierra…”.