6. Estos tienen la autoridad de cerrar el cielo para que lluvia no llueva los
días de su profecía y autoridad tienen sobre las aguas para convertirlas en
sangre y para herir la tierra con toda plaga cuantas veces quisieren.
Concordancias:
ὑδάτων (agua): cfr. Apoc. I,
15; VII, 17; VIII, 10-11; XII, 15; XIV, 2.7; XVI, 4-5.12; XVII, 1.15;
XIX, 6; XXI, 6; XXII, 1.17.
Αἵμα (sangre): cfr. Apoc. I, 5; V, 9; VI,
10.12; VII, 14; VIII, 7-8; XII, 11; XIV, 20; XVI, 3-4.6; XVII, 6; XVIII,
24; XIX, 2.13.
Citas
Bíblicas:
Lc.
IV, 25-26: “En verdad, os digo: había muchas viudas en Israel en tiempo de Elías, cuando el cielo quedó cerrado durante tres años y
seis meses, y hubo hambre grande en toda la tierra; mas a ninguna de ellas
fué enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón”.
Sant.
V, 17-18: “Elías, que era un hombre sujeto a las mismas debilidades que nosotros, rogó fervorosamente que no lloviese, y no
llovió sobre la tierra por espacio de tres años y seis meses. Y de nuevo oró; y
el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto”.
Comentario:
Cfr. Las tres primeras Trompetas
(VIII, 7-11).
Straubinger: “Alude igualmente a Elías,
en cuyo tiempo no hubo lluvia (III Rey.
XVII, 1) y a Moisés que
convirtió el agua del Nilo en sangre (Ex.
VII, 19)”.
7. Y cuando hayan consumado su testimonio, la Bestia, la que sube del abismo,
hará contra ellos guerra y los vencerá y los matará.
Concordancias:
τελέσωσιν (hayan consumado): cfr. Mt. VII, 28;
X, 23; XI, 1; XIII 53; XIX, 1; XXVI, 1; Lc. XII, 50; XVIII, 31;
XXII, 37; Jn. XIX, 28.30; Hech. XIII, 29; II Tim. IV, 7; Apoc. X, 7; XV,
1.8; XVII, 17; XX, 3.5.7.
Ἀναβαῖνον (sube):
cfr. Apoc. IV, 1; VII, 2; VIII, 4; IX, 2; XI, 12; XIII, 1.11; XIV,
11; XVII, 8; XIX, 3; XX, 9.
Comentario:
El abismo es aquí el mar, como se vé por XIII, 1 donde la bestia sube
(ἀναβαῖνον) del mar, como aquí lo hace del abismo. Cfr. XVII, 8.
Straubinger: “La bestia que sube
del abismo simboliza al Anticristo, y su aparición se anticipa
aquí, pues sólo se tratará de ella en el cap. XIII. Ello muestra de nuevo
que dicho capítulo se vincula cronológicamente al presente”.
Allo: “En lugar de ἀβύσσου
(el Abismo ya había sido mencionado en IX, 1 ss) la versión Siríaca ha
debido leer θαλάσσης (mar), lo
cual recuerda una vez más a Daniel VII, 3; hay que recordar que estas
dos palabras tuvieron en un principio el mismo sentido (Holtzmann)”.
Caballero Sánchez:
“… la presencia del artículo (la Bestia) no proviene aquí de
insinuaciones anteriores. Se justifica, como en otros casos ya mencionados, por
la necesidad lógica de individualizar a esta Bestia, haciéndola inconfundible
con todas las demás. Esta Bestia es única, es “la que sube del Abismo”, no otra”.
Lepin: “La Bestia será
descripta más adelante, XIII, 1-10. La
mención que de ella se hace aquí por anticipación, muestra que los testigos y
la Bestia serán contemporáneos”.
Primasio: “Aquí se vé claro que esto tiene lugar antes de la última
persecución, al decir “cuando hayan
consumado su testimonio”, se trata del que durará hasta la revelación de la
bestia que ha de subir del abismo…”.
Swete: “El artículo (la bestia) asume
que la Bestia que sube del abismo es una figura familiar al lector. Tal vez
señale Dan. VII, 3. San Juan mezcla
las cuatro en una, o fija su atención en la cuarta mientras que sustituye el
mar por el abismo (cf. Deut. XXX, 13 con Rom. X, 7). En Daniel, las Bestias son
reinos o imperios terrenos (Dan. VII, 17) que se contraponen al Reino de los
Santos (vv. 18.27)”.
Swete: “Los comentarios
antiguos identifican esta potestad con el Anticristo”.