El
Anticlericalismo y la Unidad Católica,
por Mons.
J.C. Fenton
Nota del
Blog: El siguiente texto
está traducido del American
Ecclesiastical Review 116 (1947), pp. 51-67.
***
Aunque
la actitud común y correctamente conocida como anticlericalismo parece que no
es ni poderosa ni prevalente en nuestro país [Estados Unidos] hoy en día, y
aunque no hay indicios ciertos que vaya a influir en un futuro inmediato, existen
amplias e importantes razones por las cuales nuestro sacerdotes y fieles deben
considerar este tema con cuidado. El anticlericalismo es, en sí mismo, un
mal absoluto e injustificado ya que trabaja para disminuir o incluso impedir la
unidad que Nuestro Señor quiso que su Iglesia posea. Además, conduce a
males incluso peores que él. Aquel que es engañado en adoptar la actitud del
anticlericalismo está en grave peligro de desechar su pertenencia a la Iglesia
de Cristo. En la historia, el anticlericalismo ha sido frecuentemente un
preludio de la apostasía.
Si
bien la actitud no muestra signos de volverse común entre los Católicos en los
Estados Unidos en un futuro próximo (y lo que se llama anticlericalismo en
sentido estricto solamente puede existir entre Católicos o entre los que
pretenden ser miembros de la Iglesia), existe un peligro real de que la
negligencia en resaltar la verdad en este tema pueda resultar en un fracaso de
parte de los Católicos en apreciar la maldad inherente del anticlericalismo. El
libro extranjero con tinte anticlerical que ocasionalmente aparece en este país
y el aún más infrecuente artículo o crítica de libros estadounidenses que
muestran simpatías con el anticlericalismo puede hacer, si no se les explica
cada tanto la verdad sobre esta materia, que los Católicos no instruidos
imaginen que el anticlericalismo es compatible con una expresión completa y
leal de la vida Católica. Aquellos que caigan en este engaño estarían, por el
mismo hecho, enceguecidos con respecto a la espléndida y sobrenatural unidad de
su Cuerpo Místico.
Es
muy extraño que el tema del anticlericalismo haya sido tratado muy poco en los
escritos Católicos de habla inglesa. El tratado más conocido sobre
anticlericalismo en inglés se encuentra en una sección del admirable libro de
H. Belloc Sobrevivientes y recién
llegados. Este libro, de una apologética popular e histórica, consideraba
al anticlericalismo como uno de los tres movimientos o actitudes que, juntos,
formaban la principal oposición al Catolicismo en 1929, cuando apareció por
primera vez.
Sin
embargo, lo que Belloc describe como anticlericalismo no es la actitud en sí
misma sino más bien una manifestación histórica de esa actitud, la mentalidad
política que se conoció con el nombre de anticlericalismo en los tiempos de la
Tercera República de Francia. Se refería a lo que se supone es el origen de
este movimiento particular cuando describió el anticlericalismo como “el
espíritu que es estimulado a la actividad debido a la invasión del área civil
por medio de la intervención clerical”[1]. Estaba hablando del mismo
fenómeno político-religioso cuando escribió que el anticlericalismo del que
trataba ya no venía “como una protesta contra la acción clerical extravagante,
sino de parte de un conflicto entre dos teorías del Estado incompatibles – la
Católica y la Neutral o laica”[2].
El anticlericalismo que Belloc se propuso describir era la actitud de aquellos
Católicos que abrazaron el concepto del Estado Neutral en un país
predominantemente Católico. Esas personas se encontraron “inevitablemente
aliadas con toda clase de antagonismo hacia la Iglesia Católica: con religiones
y corporaciones opuestas, con todos aquellos para quienes la fe es una ofensa”[3].
Como
historiador, Belloc trata, y tiene todo el derecho a hacerlo, sobre un aspecto
histórico del anticlericalismo, de los supuestos orígenes y del actual
desarrollo del muy peligroso movimiento más conocido dos décadas atrás bajo ese
triste rótulo. Sin embargo, desafortunadamente su ensayo histórico ha sido
tenido como una descripción precisa y esencial del anticlericalismo. Por supuesto
que no hay nada de esto. Básicamente, el anticlericalismo designa todo tipo de
oposición desleal y sin caridad de parte de los Católicos para con sus líderes
espirituales. Aunque el movimiento político-religioso más conocido como
anticlericalismo en la Europa continental durante el final del siglo XIX y
comienzo del XX haya afirmado haber sido “estimulado a la actividad debido a la
invasión del área civil por medio de la intervención clerical”, no hay razón
alguna para suponer que toda oposición al clero o a la jerarquía de parte de
los Católicos tiene ese origen. El movimiento o actitud que Belloc se propuso
describir era algo propio de países que llamaba de “tradición Católica”. Afirmaba
que lo que estaba tratando, esta especie particular de anticlericalismo, no
acontecía en la vida diaria de los Católicos estadounidenses o ingleses, aunque
afirmó que este mismo movimiento puede “afectar indirectamente en un futuro
próximo la condición de los Católicos incluso cuando son minoría en medio de un
entorno protestante”[4].
[1] Survivals and New Arrivals (New York: Sheed and Ward, 1941), p.
160.
[2] Ibid. p. 162.
[3] Ibid. p. 175.
[4] Ibid. p. 158.