15. Y fueron liberados
los cuatro ángeles, los preparados a la hora y día y mes y año, a fin de matar
la tercera parte de los hombres.
Comentario:
¿Este “hora, día, mes y año”
fijo, coincide con el terremoto de XI, 13?
Fillion: "Preparados para la hora y el día y el mes y
el año, es decir, para el momento preciso que Dios había fijado en sus
designios".
Alápide: "Ut occiderent
tertiam partem hominum: No de los signados, como se ve
por lo dicho en VII, 3 y IX, 4, sino de los impíos y réprobos. Lo mismo se vé
por el hecho de que si aquí fueran muertos los píos y justos, entonces no
quedaría ningún justo sobre la tierra. Pues, como se dice luego, los demás que
no son muertos, serán idólatras. Por lo tanto, se habla solamente aquí de los
no signados e impíos (contra quienes van dirigidas estas venganzas y penas), de
los cuales dice que ha de morir la tercera parte; los demás permanecerán en su
idolatría y crímenes".
Charles: "τὸ τρίτον τῶν
ἀνθρώπων (la tercera parte de los hombres). Los siervos de Dios
están exentos de este "Ay", IX, 4.20. Solo los
"habitantes de la tierra" (VIII, 13), han de ser
destruidos".
Jünemann: “Para matar en tiempos y
momentos fijos”.
16. Y el número
de los ejércitos de la caballería, dos veces miríadas de miríadas (doscientos
millones); oí su número.
Comentario:
Allo: "Estas miríadas de miríadas (200.000.000)
son una cifra parecida a la de los ángeles de la corte celeste (V, 11), lo que nos lleva ya a creer
que se trata de ángeles del Abismo".
Garland: "Tener en cuenta
que el pasaje dice "dos miríadas de miríadas" que indica una
incontable multitud más que precisamente "200 millones".
17. Y así vi los
caballos en la visión y a los sentados sobre ellos: teniendo corazas (de color) ígneas y jacínticas (azul
violáceo) y sulfúreas (amarillo) y las cabezas de los caballos
como cabezas de leones y de sus bocas sale fuego y humo y azufre.
Citas Bíblicas:
Nah. II, 1-4:
“Está ya delante de ti el devastador; guarda la plaza
fuerte, observa los caminos; fortalece tus lomos, aumenta mucho tus fuerzas.
Pues Yahvé restaura la gloria de Jacob, así como la gloria de Israel; porque
los saquearon saqueadores que destruyeron sus vástagos. Los escudos de sus
guerreros están teñidos de rojo, sus valientes vestidos de púrpura; sus carros
centellean como acero en el día de la reseña, y vibran sus lanzas. Los
carros se precipitan por las calles, atraviesan veloces las plazas; parecen
antorchas, corren como relámpagos”.
Comentario:
Fillion: “In visione: El
escritor sacro inserta este detalle a fin de explicar el carácter alegórico de
los combatientes y de sus caballos”.
Wikenhauser: "Las proporciones
de este ejército y el espectáculo que ofrece son completamente fantásticos.
Consta de doscientos millones de caballos con sus jinetes, protegidos estos
últimos con corazas de color de fuego, de jacinto y azufre; el color de las corazas corresponde
exactamente al fuego, humo y azufre que arrojan las bocas de los caballos".
Sales: "Los tres colores del fuego, del jacinto
(violeta oscuro) y del azufre corresponden a las tres materias fuego, humo y
azufre, que salen de la boca de los caballos".