Con
respecto a la traducción digamos antes un par de cosas:
Antes
que nada, no somos traductores ni mucho menos, pero se nota muchísimo que estamos en presencia de una traducción y basta
con cotejar las diferencias que existen en la mera redacción entre una
traducción del texto y algunas tomadas, por ejemplo, de la BAC.
Esto
no sería tanto de lamentar si las cosas quedaran aquí.
Pero
tampoco hace falta ser traductor ni tener el original a mano para descubrir más
de un error de traducción. Algunos serios, como veremos.
El
traductor se ataja (y hace bien) de su escaso latín, y agradece a quienes lo
han ayudado (y sigue haciendo bien), pero creemos que lamentablemente no es
suficiente, pues como veremos, además del deficiente latín, parecen no estar familiarizados con el tema
que están traduciendo, lo cual es imprescindible.
Veamos
algunos ejemplos:
Pag. 42: “Así pues, esto San Agustín, que, sin embargo, después cambió de opinión…”.
Seguramente
debería traducirse algo así como “esto dice”,
que está implícito.
Lo mismo
se repite en varios otros pasajes: pag. 183 x2 y 254.
Pag. 45: “¿Pues qué habrán de
hacer entonces aquellos santos en la tierra? o ¿por qué en ella no han
permanecido ni siquiera algún tiempo? O, evidentemente la tierra ha de
suponerse el lugar propio de inhabitación de los santos resucitados o de diverso modo (o
no). Si (lo) primero, se dijo
(se pregunta), ¿porque (por qué) los santos no por siempre han de morar en la tierra?
(no han de morar por siempre) Si, en verdad se elige otra (solución al tema) (lo segundo) ¿por
que (por qué) se dice que los mismos
santos permanecerán algún tiempo en la tierra?, ¿por qué mil años mejor que (más
bien que) algún espacio de tiempo más largo o más breve? Mas muy de otra
manera ha de verse el tema, si se supone que hasta entonces ha de subsistir el
estado de vía y haber en la tierra hombres viadores sobre los que, parece, que (esta palabra está de más) los santos
reinarán”.
Hemos
puesto en verde una tentativa de corrección en algunos casos y en otros, enmendado
errores gramaticales evidentes. Lamentablemente párrafos como este se leen en
varias ocasiones.
Pag. 63: “Aunque la narración se tome en sentido literario y propio, en absoluto en ella
se contiene propiamente palabras carnales, ni indignas a la santidad de Dios ni a la
pureza de los santos…”.
Leer:
Sentido literal y propio (lo mismo en
pag. 306), por un lado y de la
santidad de Dios y de la pureza de
los santos, por el otro.
Pag. 195: “El
mayor y el menor de los textos de la
sagradas Escrituras que deben ser examinados son:
Prueba mayor…”.
Debería
traducirse la mayor y la menor pues se trata de la proposición del silogismo. De todas
formas, tampoco queda muy clara la frase.
En
la segunda oración leer prueba de la mayor.
Lo
mismo se lee en pag. 197/8; 215; 242/4; 268; 327; 384 y 399.
Pag. 237: “también se requiere en todos el lavado de
la regeneración, o el sacramento del bautismo, al menos en promesa…”.
Seguramente
el original latino dice in voto, que
se debe traducir de deseo.
Pag. 257: ¿Acaso alguien
no ve cuánto dista esto de aquella…?”.
Tal
vez sea mejor: ¿Acaso nadie ve…?”.
Pag. 266: “Pero esta justicia universal, por contra, se propone…”.
Leer:
por el contrario. Lo mismo en pag.
284.
Pag. 271: “esto posterior,
que vamos a tratar ahora…”
Leer:
último.
Pag. 288: “Luego, un tiempo, tiempos y medio tiempo
son tres años y medio, lo que equivale a mil doscientos sesenta días (si
computamos el año de 1260 días), y cuarenta
meses”.
Leer:
y a cuarenta y dos meses.
Pag. 297: “También esto mismo es dicho en el texto
Apocalíptico, así es, que el reino de
los santos, que en él se propone…”.
Parecería
que hay un scilicet o videlicet que debería traducirse por a saber. Lo mismo en pag. 317.
Pag. 312: “Y ví una mujer sentada sobre una bestia
escarlata, llena de nombres de blasfemia, la cual tenía siete cabezas y dos cuernos”.
Leer,
obviamente, diez.
Pag. 331: “Luego el reino de los santos no es ahora,
pero ha de ser…”.
Leer,
sino que ha de ser…
No
es el único caso.
Pag. 339: “Vatablo
parece admitir, ciertamente, aquel período de cuarenta y cinco días, y esto se
escribe en su escuela, en Dn. 12,
12”.
Seguramente
el original dice scholia, es decir
escolios o comentarios.
Pag. 367: “desde cuando
ha de tomarse el inicio de aquellas setenta
y cinco semanas de Daniel…”.
Leer
cuándo y setenta.
Algunas
traducciones son inentendibles y otras, que hemos podido consultar, son
francamente muy defectuosas, como es el caso de la larga traducción a Alápide
en pag. 346 y sig. que, a decir verdad, tiene errores por todos lados, y sería
demasiado tedioso ponernos a analizar.