12. Y al ángel de la Iglesia en Pérgamo escribe: “Estas cosas dice el que
tiene la espada, la de dos filos, la aguda:
Comentario:
Pérgamo dice
relación al pergamino, a las letras. Clara alusión a la edad de los Padres de
la Iglesia cuya misión fue defender a la Iglesia del ataque de los herejes y ya
no de las persecuciones sangrientas como en Esmirna.
De ahí la alusión en varias oportunidades a la Palabra de
Dios o a lo que tenga relación con las letras, con la escritura en general: la espada
(símbolo de la Palabra de Dios), la doctrina de Balaam y la de los Nicolaítas y el nombre nuevo escrito.
Este título de Cristo se encuentra en I, 16:
“De su boca salía una espada aguda de dos filos”.
Castellani: “Pérgamo (libros),
la Iglesia de los Doctores y de las Herejías, hasta Carlomagno. Es la
ciudad que si no inventó el “pergamino”, por lo menos se hizo el emporio de su
fabricación e industria, dándole su nombre”.
Eyzaguirre: “De la
humildad del martirio se eleva al trono, ya que la palabra Pérgamo
significa elevación”.
Luego hace alusión al pergamino y a las letras (herejías,
Padres, etc.).
Holzhauser: “La
tercera edad de la Iglesia fue la de los doctores. Principió desde el Gran Constantino
y el Papa Silvestre, y duró hasta Carlomagno y León III.
En esta edad fueron extirpadas las herejías, y se estableció la religión
cristiana sólidamente en casi todo el mundo. Esta edad se llama iluminativa,
porque en ella se aclararon los principales misterios de la fe Católica: la
Ssma. Trinidad, la divinidad de Jesucristo, su humanidad, filiación,
procesión del Espíritu Santo, etc…”.
Allo: “Jesús
aparece con la espada (cfr. comentario a I, 16) y el contexto de la carta
indica muy claramente que se trata aquí del poder irresistible de la palabra
divina”.
13. Sé dónde habitas: donde está el trono de Satanás; y retienes mi nombre y
no has negado mi fe, ni aún en los días en que Antipas, el testigo mío, el fiel
a mí, fue muerto entre vosotros donde habita Satanás.
Notas
Lingüísticas:
Zerwick: “ποῦ dónde, es decir, ¡en cuán peligroso lugar!".
Comentario:
Castellani: “La edad (…)
de la muchedumbre de los Doctores, había guardado la fe, incluso en el tiempo
anterior, el tiempo de las persecuciones: la Iglesia se enfrentaba ahora a otra
prueba no menos peligrosa y más sutil, la pululación de las herejías. Está
“teniéndose firme, con fuerza” (krateis) del nombre de Cristo, está sosteniendo el nombre de Cristo, en medio de la misma sede de
Satán, es decir, en el corazón del paganismo; y lo que es más de notar,
arrebatándole a Satán sus arsenales, la cultura y las letras, que los
apologistas y Doctores convertidos convierten, asimilando y
catartizándola; trabajo que culmina en la vasta digestión de toda la sabiduría
étnica en La Ciudad de Dios de San
Agustín”.
Eyzaguirre: “Los seis
primeros Concilios ecuménicos condenaron errores contra la divinidad, persona,
natura y voluntad de Jesucristo, y de aquí la alabanza del obispo que
hace Jesús, y no obstante el favor que los herejes frecuentemente tenían
de los emperadores…”.
Poirier (pag. 41,
nota 64): “No existe ninguna traza segura de la realidad histórica de una secta
llamada Nicolaíta (como así tampoco de un mártir Antipas). Las fuentes que los mencionan dependen
directamente del Apocalipsis. Hort
concluye: “Nos vemos reducidos, pues, a apelar al texto del Apocalipsis”. Razón de más para no ver en ellos sino
nombres simbólicos”.