10. No temas lo que vas a padecer. He aquí que el diablo va a meter a algunos
de vosotros en la cárcel para que seáis probados y tendréis tribulación de diez
días. Se fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.
Notas
Lingüísticas:
Zerwick: "ἐξ ὑμῶν (a
saber, τινὰς): de
vosotros (algunos)".
Zerwick: "τὸν στέφανον (la
corona) τῆς ζωῆς (de
la vida): genitivo epexegético:
la corona que es vida".
Bartina: "El
imperativo γίνου (lit. hazte) suple al de εἰμὶ (ser), que no existe".
Comentario:
Parece que hay una similitud buscada entre esta Iglesia y
la de Filadelfia, y así lo ven algunos autores.
La corona de la vida parece ser un premio especial para los vencedores de esta
Iglesia y no sería común a todos los vencedores, pues en ese caso estaría
dentro del premio “al vencedor”. Lo mismo dígase de la Iglesia de Filadelfia en III, 11.
Sobre la corona de la vida, Sant. I, 12
dice:
"Bienaventurado
el que soporta la prueba, porque una vez probado, recibirá la corona de la
vida, que Dios prometió a los que lo aman".
La corona no es signo de realeza, sino de victoria,
por eso se usa la palabra στέφανον (cfr. también III, 11; IV, 4; IV,
10; VI, 2; IX, 7; XII, 1; XIV, 14) en lugar de διαδήματα que es lo
que trae Jesucristo en el cap. XIX. Esta corona es propia de los
vencedores y así la vemos en los veinticuatro Ancianos, en el primer jinete, en
las langostas de la quinta Trompeta, en la Mujer del cap. XII y en Cristo en el juicio a la Iglesia del cap.
XIV.
Sobre la prueba de diez días cfr. Gen. XXIV, 55; Dn.
I, 12.14.
Bartina: "La
partícula ἄχρι (hasta) indica límite de tiempo e implica
duración total y también máximo cualitativo y cuantitativo, señalando el límite
hasta donde deben llegar los oprobios que se han de tolerar y padecer por la
fe".
Esta Iglesia, a diferencia de la de Filadelfia, sufrirá
la prueba.
Alápide dice que diez significa "muchos" y cita
Job XIX, 3; Num. XIV, 22; I Reg. I, 8.
Fillion nota el
doble artículo usado aquí: “la corona de la vida”.
11. El que tiene oído oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: El
vencedor no será dañado por la muerte, la segunda.
Notas
Lingüísticas:
Zerwick: “οὐ μὴ (no)
con subjuntivo, negación enfática de algo futuro: ciertamente no”.
Zerwick: “ἀδικηθῇ, sufrir daño”.
Allo: “ἀδικηθῇ, en sentido transitivo, cfr. Apoc. VI, 6; VII, 2
etc. (VII, 3; IX, 4.10.19; XI, 5; XXII, 11) y su empleo en pasivo son
clásicos; el sentido es “lesionar, dañar”.
Allo: “οὐ μὴ, fórmula muy solemne de negación, que hemos traducido
por “jamás”.
Comentario:
Alusión a la vida y a la muerte en toda la epístola. Ecclesia
martyrum.
Una vez más se confirma que el premio al vencedor
dice relación esencial al Milenio.
La segunda muerte se contrapone a la primera
muerte que es el hades.
Segunda muerte: En
general los autores no ven aquí sino el infierno, o la condena eterna, pero el
texto es claro al identificar la muerte segunda con el estanque de fuego y azufre. Es el lugar donde van a ir los
condenados después del Juicio Final,
como consta por XX, 14, con la excepción de la Bestia del Mar y del
Falso Profeta que van a ser arrojados allí vivos por Cristo Rey (XIX,
20) antes del Juicio Final. Incluso Satanás será arrojado allí recién después de los mil años, durante cuyo
lapso estará encadenado en el abismo, como en una prisión temporaria.
Straubinger: “La
segunda muerte es el estanque de fuego y azufre (XX, 14; XXI, 8). En XX, 6 se
menciona la misma bienaventuranza prometida aquí”.
En la nota de Crampon a Alápide se lee: “A
menudo se menciona la muerte segunda en la Paráfrasis Caldea y en
los Rabinos. El Targum de Jerusalén, en Deut. XXXIII, 6
dice: “Viva Rubén en este siglo, y no muera con la muerte segunda, con
la que morirán los impíos en el siglo futuro”.