c) Distribución de la tierra conquistada: XIII a XXIV
Después de las guerras, la tierra descansa y es dividida, lo cual nos lleva directamente a los últimos 9 capítulos de Ezequiel donde describe minuciosamente el nuevo Templo de Jerusalén durante el Milenio, como así también el reparto de la tierra, todo lo cual vemos claramente aquí en figura.
Toda esta sección reúne
los datos y nombres de las ciudades que le cupo a cada una de las tribus en
suerte, y la verdad que no hay mucho más para notar.
a) Lo que sí es importante, en lo que hace a la cronología de todos estos acontecimientos, es reparar en lo que dice Caleb a Josué cuando le pide la ciudad de Hebrón:
Jos. XIV, 7-12: “Tenía yo cuarenta
años cuando Moisés, siervo de Jehová, me envió desde Cadesbarnea a explorar
el país, y yo le referí lo que tenía en mi corazón. Mis hermanos que conmigo
habían subido desanimaron al pueblo, pero yo seguí fielmente a Jehová, mi Dios.
En aquel día juró Moisés, diciendo: «La tierra que tu pie ha pisado será
porción tuya y de tus hijos para siempre; por cuanto has seguido fielmente a Jehová,
mi Dios». Y ahora, he aquí que Jehová me ha conservado la vida, como lo
prometió, durante los cuarenta y cinco
años, desde que Jehová dijo esta palabra a Moisés cuando Israel andaba por
el desierto. Mira, tengo actualmente
ochenta y cinco años, y todavía hoy estoy tan robusto como estaba en aquel
tiempo en que Moisés me envió. La fuerza que tenía entonces la tengo todavía
hoy, para luchar, para salir y para entrar. Ahora bien, dame esta montaña de la
cual habló Jehová aquel día”.
Y acá uno podría
preguntarse: ¿y a mí de qué me sirve saber esto?
Bueno, vamos a hacer ahora un poco de matemática:
Moisés envió a los 12 exploradores cuando Caleb tenía 40 años.
Las guerras terminan
cuando Caleb tiene 85.
Ahora bien, sabemos por el
libro de los Números (cap. XIII-XIV) que los judíos se rebelaron y que no
quisieron tomar la tierra prometida, con lo cual Dios los castigó con tantos
años cuanto duró la expedición, la cual fue de 40 días, lo que nos da 40 años de estadía en el desierto.
Pero estos 40 años no son completos como los contamos nosotros sino 38
completos a los cuales hay que sumarles parte del primero y parte del último,
como lo reconocen todos los autores, y de hecho lo mismo vemos en la
resurrección de Nuestro Señor que estuvo 3 días en el sepulcro: el sábado
completo, y parte del viernes más parte del domingo.
Volviendo a los números:
A los 40 años Caleb va a explorar la tierra Santa.
38 años está en el desierto.
O sea que a los 78 años de Caleb comienza lo que se
narra en el libro de Josué.
Al terminar las guerras Caleb tiene 85 años.
Con lo cual, todo lo que se narra en el libro de
Josué, desde el envío de los dos espías hasta el reparto de la tierra santa,
suceden 7 años.
Ahora bien, desde la
aparición de los dos Testigos hasta la destrucción del Anticristo hay 7 años. La última Semana de Daniel.
Otra casualidad más.
b) Lo otro que se puede notar aquí es el lugar que recibe Josué:
Jos. XIX, 49-50: “Después de terminar la distribución del país,
según sus territorios, los hijos de Israel dieron a Josué, hijo de Nun, una
posesión en medio de ellos. Por orden de Jehová le dieron la ciudad que él
había solicitado, a saber, Timnatsérah, en
la montaña de Efraím; y reedificó la ciudad y habitó allí”.
Apoc. XXI, 9-11: “Y vino uno de los siete ángeles (…) y habló
conmigo diciendo: “Ven, te mostraré la Novia, la Esposa del Cordero”. Y me
llevó en espíritu a un monte grande y
alto y me mostró la ciudad, la santa
Jerusalén, descendiendo del cielo desde Dios, teniendo la Gloria de Dios”.
Heb. XI, 8-10: “Llamado
por la fe, Abrahán obedeció para partirse a un lugar que había de recibir en
herencia, y salió sin saber adónde iba. Por la fe habitó en la tierra de la
promesa como en tierra extraña, morando en tiendas de campaña con Isaac y
Jacob, coherederos de la misma promesa, porque
esperaba aquella ciudad de fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios”.
Es decir, se trata de un lugar alto en ambos casos.