Capítulos IX-X
Pacto con los gabaonitas y
batalla con coalición de reyes
Llegamos a los capítulos
9-10, tal vez de los más interesantes, sobre todo el último.
En el cap. 9 sucede algo
muy curioso: uno de los pueblos que habitaba la tierra Santa se dijo a sí
mismo: “si no hacemos nada, vamos a ser masacrados por los hebreos”, y así,
idearon una pequeña estrategia.
Se pusieron ropa vieja y
sucia, dejaron crecer sus barbas y cabellos, cargaron pan duro y fueron hasta
donde estaba el campamento de Josué en Gálgala. Y al llegar dijeron que eran un
pueblo lejano y que hicieran alianza con ellos, que no los mataran, que serían
sus esclavos. Josué hizo pacto con ellos sin consultar a Dios, pero luego Dios
les dijo quiénes eran y que había sido engañado, pero que debía mantener el
juramento que había hecho.
Este pueblo fue agregado
al de Israel y se ocupó de los trabajos más humildes: llevar leña y transportar
el agua para el Templo.
Hay en este capítulo una
frase que por demás interesante. En IX,
8, Josué les pregunta:
“¿Quiénes sois y de dónde venís?”.
Esta misma frase, si no me
equivoco, aparece en un solo lugar en
toda la Biblia… cuando San Juan tiene la visión en el cielo de los Mártires
del Anticristo entrando en procesión al cielo, el ángel le preguntó a san Juan
para probarlo:
“¿Quiénes son y de dónde han venido?”.
Pero luego, y ya entramos en el cap. 10, el resto de los pueblos, al ver lo que había pasado se dijeron: “los gabaonitas son unos traidores, vamos y ataquémoslos”. Entonces los gabaonitas acudieron a Josué para que los ayudara y luchara contra estos pueblos, cosa que obviamente hizo.
En definitiva, se juntaron
un grupo de 5 pueblos, liderados por Adonisédec,
rey de Jerusalén… que Adonisédec sea imagen del Anticristo se ve al
menos en tres cosas: en el nombre, en
que es rey de Jerusalén y en que guerrea contra Josué. Vamos a empezar
por este último punto.
a) Cuando la bestia del Mar (el
Anticristo) recibe todo el poder, el Apocalipsis dice que la tierra va a blasfemar diciendo:
“¿Quién (es)
semejante a la Bestia?” y “¿Quién puede
guerrear contra ella?”.
Y cuando el cap. XIX presenta a Jesús en la batalla
del Harmagedón, dice:
“Y
vi el cielo abierto y he aquí un caballo blanco y el sentado sobre él llamado
“Fiel y Verdadero” y con justicia juzga y guerrea”.
Respondiendo así a la
blasfemia.
b)
Que el Anticristo va a ser rey de
Jerusalén parecería estar implícito tanto en el Apocalipsis como en san
Pablo, pero lo cierto es que está explícito en el cap. XI de Daniel.
Dan. XI, 45: “Y plantará los pabellones
reales entre los mares (Mediterráneo y Mar Muerto) contra el glorioso y santo
monte (Sión). Luego llegará a su fin; y no habrá quien le
preste socorro”.
Y notemos que “plantar los
pabellones” es signo de permanencia y estadía, y no un simple paso.
c) Adonisédec quiere decir “señor de justicia”, y es un nombre muy curioso, por decir lo
mínimo. Este nombre nos hace recordar, casi inmediatamente a uno de los
personajes más extraños de la Biblia (y no es poco decir): Melquisedec, que significa “rey
de justicia”.
Melquisedec era sacerdote y rey de Jerusalén y
es una hermosa imagen, figura o tipología de Nuestro Señor, como lo indica
bellamente san Pablo a los Hebreos en el cap. VII.
Ahora bien, es importante
notar que el prefijo “anti” en anti-cristo no significa solamente “el que se
opone a”, sino “el que se sienta en el lugar de”.
Con lo cual, el Anticristo
es “el que ocupa el lugar de Cristo”, el cual lugar es el Templo (lugar donde
habita la divinidad), y esto nos lleva invariablemente al 2 cap. de la II Tes. donde san Pablo dice, hablando del Anticristo:
“El que se opone y levanta sobre todo el que se dice Dios o numen; hasta él en el Santuario de Dios sentarse,
probándose a sí mismo que es Dios”.
Con lo cual, tenemos que
Adonisédec era un sucesor lejano de Melquisedec, pero un sucesor contrario
a él, es decir un impostor, y el hecho de oponerse al pueblo de Dios, parece
ser un signo al respecto.
Para resumir este punto,
me parece que Adonisédec es figura del Anticristo en cuanto que lucha contra Josué de la misma manera
que el Anticristo va a luchar contra Nuestro Señor; en que va a reinar sobre Jerusalén, “la ciudad del
gran Rey” (Mt. V, 35), así como el Anticristo va a reinar sobre Jerusalén, y
porque va a suplantar a Melquisedec,
así como el Anticristo va a pretender ocupar el lugar de Cristo.
En la batalla del capítulo
X tenemos al menos 4 similitudes con los últimos tiempos:
A) Granizo: lo vemos en el Apocalipsis.
Jos. X, 11: “Y
mientras iban huyendo delante de Israel en la bajada de Betharán, Jehová hizo caer sobre ellos desde el cielo
grandes piedras, hasta Asecá, y así murieron. Fueron más los muertos por
las piedras de granizo que los
muertos por la espada de los hijos de Israel”.
Apoc. VIII, 7: “Y
el primero trompeteó y hubo granizo y
fuego mezclados con sangre y fue arrojado a la tierra y la tercera parte de
la tierra fue incendiada y la tercera parte de los árboles fue incendiada y
toda hierba verde fue incendiada”.
Apoc. XVI, 21: “Y granizo grande
como talento desciende del cielo sobre los hombres y blasfemaron los hombres a
Dios por la plaga del granizo, porque grande es su plaga sobremanera”.
B)
Sol y luna:
Jos.
X, 12-13: “Entonces, el día en
que Jehová entregó a los amorreos en las manos de los hijos de Israel, habló
Josué a Jehová y dijo en presencia de Israel: “¡Sol, detente sobre Gabaón, y tú, luna, en el valle de Ayalón!”. Y el
sol se detuvo, y se paró la luna, hasta que el pueblo se hubo vengado de
sus enemigos. ¿No está esto escrito en el libro del Justo? Se paró el sol en medio del cielo, y no se apresuró a bajar casi un día
entero”.
Apoc.
VI, 12-14: “Y vi cuando abrió el
sello, el sexto y un terremoto grande se produjo y el sol se puso negro como un saco de crin y la luna entera se puso como
sangre. Y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como una higuera
arroja sus brevas, por un viento grande sacudida. Y el cielo fue retirado como
un libro que se arrolla y todo monte e isla de sus lugares se movieron”.
Apoc. VIII, 12: “Y
el cuarto ángel trompeteó y fue herida
la tercera parte del sol y la tercera parte de la luna y la tercera parte de
las estrellas, para que se obscurezca la tercera parte de ellos y el día no
alumbre la tercera parte y la noche de igual manera”.
Apoc. XVI, 8-9: “Y
el cuarto derramó su copa sobre el sol y
se le dio abrasar a los hombres con fuego. Y abrasáronse los hombres de ardor
grande y blasfemaron el Nombre de Dios, del que tiene la autoridad sobre las
plagas estas y no se arrepintieron para darle gloria”.
Y hablando del juicio de las Naciones, Nuestro Señor había dicho en su Discurso Parusíaco:
Mt. XXIV, 29: “E
inmediatamente después de la tribulación de los días aquellos, el sol se obscurecerá y la luna no dará su
resplandor y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos
serán sacudidas”.
Se trata siempre de los mismos elementos: granizo, sol, luna.
Las dos similitudes que
quedan son magníficas.
C) El rey de Jerusalén y sus aliados se esconden en las
cuevas…
Jos. X, 16: “Aquellos
cinco reyes habían huido y se hallaban
escondidos en la cueva de Maquedá…”.
Apoc. VI, 12-17: “Y vi cuando abrió el sello, el sexto y un terremoto
grande se produjo y el sol se puso negro como un saco de crin y la luna entera
se puso como sangre. Y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como una
higuera arroja sus brevas, por un viento grande sacudida. Y el cielo fue
retirado como un libro que se arrolla y todo monte e isla de sus lugares se
movieron. Y los reyes de la tierra y los magnates y los tribunos y los ricos
y los fuertes y todo siervo y libre se escondieron en las cuevas y en las peñas
de los montes. Y dicen a los montes y a las peñas: “Caed sobre nosotros y
escondednos del rostro del sentado sobre el trono y de la ira del Cordero; porque
ha llegado el día, el grande, de la ira de ellos y ¿quién puede estar de pie?”.
D) ¿Qué hace Josué con los reyes? Les pone el pie sobre sus cabezas…
Jos. X, 24: “Y
cuando hubieron sacado a aquellos cinco reyes para presentarlos a Josué, llamó
éste a todos los varones de Israel y dijo a los jefes de los hombres de guerra
que iban con él: “Acercaos y poned
vuestro pie sobre el cuello de estos reyes.” Y ellos se acercaron y les
pusieron el pie sobre el cuello”.
¿Y cómo empieza el Salmo más citado en el N.T.?
Sal. CIX, 1: “Oráculo de Jehová a mi
Señor: “Siéntate a mi diestra hasta que Yo
haga tus enemigos escabel de tus pies”.
Como se puede ver, siempre lo mismo. Los mismos elementos (granizo, sol y luna) y las mismas acciones (esconderse en las cuevas, pisar las cabezas de los enemigos).
Las “coincidencias” son
abrumadoras.
Los rabinos dicen que
“coincidencia” no es una palabra kosher.
Capítulos XI-XII
Reyes del norte –
Listado de reyes vencidos en total
No hay mucho aquí para decir. Sólo que el capítulo 11 narra la última batalla de Josué contra una coalición de reyes liderados por Jabín, rey de Hasor; y se trató de reyes del norte, lo cual nos hace pensar, una vez más en el Anticristo, quien es llamado tanto “rey del norte” (Dan. XI, 40) como “el que viene del norte” (Jl. II, 20).
Y, una vez más, las
principales ciudades fueron destruidas
por el fuego, como Babilonia.
El cap. XII da la lista de los 33 reyes que fueron vencidos y muertos
durante toda la campaña.
El cap. XI termina con
estas palabras: “Y el país
descansó de la guerra”, lo cual es un bello resumen de la tercera parte del
libro.