John
Henry Newman y la Definición por parte
del
Concilio Vaticano de la Infalibilidad Papal
Nota del
Blog: El siguiente trabajo
de Mons. Fenton fue publicado en el American
Ecclesiastical Review CXIII (1945), pag. 300-320.
El sabio sacerdote estadounidense nos muestra una faceta tan desconocida
como lamentable del reconocido Cardenal inglés, donde la pasión corría pareja
con la debilidad de argumentos e ignorancia del tema.
El texto original puede verse AQUI.
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La
enseñanza de John Henry Newman sobre la definición de la infalibilidad papal
por parte del Concilio Vaticano I se distingue de todas sus otras
contribuciones al pensamiento Católico. El gran clérigo inglés hizo importantes
contribuciones a la literatura Católica sobre la historia de los dogmas, la
vida espiritual (sobre todo en el campo de la perfección sacerdotal), y sobre
la filosofía de la educación. Sus obras sobre el origen de la fe y el proceso de
la conversión a la verdad Católica han hecho a la Iglesia su deudora por
siempre. Los volúmenes que tratan sobre estas materias, y sobre la apologética
práctica representan lo mejor y el pensamiento característico del converso más
distinguido del siglo XIX. Son muy superiores a sus escritos sobre la
infalibilidad papal.
Aun
así, en esta feliz ocasión del centenario de Newman, creo que no sólo es útil
sino en realidad casi necesario considerar la parte más débil de las enseñanzas
de Newman. Newman ha sufrido lo que para él es la suprema indignidad de
estar de moda. Se le han dado a sus escritos una alabanza mucho más
indiscriminada que un estudio realmente crítico. La literatura moderna Católica
tendió a hacer de Newman un héroe y más que explicar sus afirmaciones procuró
justificarlas[1]. Como
resultado, su actitud para con la definición del Concilio Vaticano de la
infalibilidad papal fue puesta al mismo nivel que el resto de sus enseñanzas.
El
efecto ha sido muy desafortunado. Algunos Católicos, y no pocos de los que
están fuera de la verdadera Iglesia, han sido llevados a aceptar, basados en la
autoridad de Newman, lo que, en última instancia, es una afirmación imperfecta
e inexacta de la doctrina conciliar. Además, en cierta medida, ha sido
eclipsada el resto de la enseñanza de Newman. Las han hecho similares a lo que
fue, objetivamente hablando, la parte menos aceptable de su doctrina.
Por
lo tanto, con ocasión de este doble jubileo, el centésimo aniversario de la
entrada de Newman en la verdadera Iglesia de Jesucristo y el septuagésimo
quinto del Concilio Vaticano, será interesante repasar las enseñanzas de Newman
sobre la infalibilidad papal y examinar el proceso en el que se formularon y
expresaron estas opiniones. Si el estudiante es capaz de ver algo del estrés
emocional bajo el que Newman pasó durante la discusión del Concilio Vaticano y
entender lo que pensaba sobre los temas implicados en la discusión, va a poder
apreciar la injusticia que se le hace a Newman por parte de aquellos
admiradores indiscriminados que colocan su enseñanza sobre la infalibilidad
papal en el mismo nivel que sus otras enseñanzas y darse cuenta de la
imposibilidad de aceptar las enseñanzas de Newman sobre este punto particular
como representante de la verdad Católica.
[1] Por cada estudio crítico y culto
como el del Dr. Bernard A preface to
Newman´s Theology hay media docena de obras que obscurecen las ideas de
Newman por la misma ansiedad en elogiarlo.