7. Y las semejanzas
de las langostas, semejantes a caballos preparados para guerra y sobre sus
cabezas como coronas semejantes a oro y sus rostros como rostros de hombres.
Notas
Lingüísticas:
Zerwick: "ὁμοιώματα:
similitud; en concreto: forma, figura; tal vez sea un acusativo de relación: lo que respecta a la forma".
Comentario:
Hay quienes ven aquí una
similitud con Jl II, y es muy posible que así sea, pues la visión del
profeta Joel se refiere, así parece al menos, al juicio de las Naciones, y
esas langostas serían, en la visión del profeta Joel, los ángeles que siegan,
puesto que son el ejército de Dios y el vidente está contemplando el “día
grande del Señor” (v. 11) y da las señales ya conocidas en el sol, la
luna, las estrellas y la tierra (v. 10). Así pues, los ejércitos de los
ángeles, tanto buenos como malos, son comparados a las langostas.
Notar que las “como coronas” de
las que habla el texto son “στέφανοι” es decir, las que recibe el que venciere.
Wikenhauser: "El aspecto de las
langostas diabólicas y la violencia incontenible de su asalto se describen en
términos que recuerdan al profeta Joel:
"Semejan caballos y corren como corceles, se esparcen por las cimas de los
montes con rumor de carros (…) semejantes a un poderoso ejército dispuesto a la
batalla" (II, 4 ss), "sus dientes son dientes de león" (I, 6).
Pero, además, Juan describe estas langostas con rasgos que no corresponden a la
realidad. Llevan en la cabeza un adorno
semejante a una corona de oro, distintivo del vencedor (se presentan, en
efecto, como ejército victorioso); tienen rostro de hombre, para significar que
están dotados de inteligencia y cabellos sueltos y largos, signo especial de
ferocidad, según se observa entre los bárbaros y la fantasía atribuye a los
demonios. El pecho está protegido con una especie de coraza de acero, lo que
acentúa su aspecto terrible y belicoso; las alas producen un ruido semejante al
estrépito de muchos carros de batalla tirados por caballos".
Iglesias: “La descripción de esos
seres demoníacos, que invaden la tierra como plaga de langosta, comienza lit.: y las semejanzas de las langostas, parecidas
a caballos... En ella se
entremezclan elementos de Jl I,6; II,4-5 con imágenes propias del Apoc., para
decirnos que son espíritus dotados de inteligencia, feroces, temibles (vv.
8.10), poderosos (v. 9), crueles (v. 10), organizados bajo un jefe”.
8. Y tenían
cabellos como cabellos de mujeres y sus dientes como de leones eran.
Citas
Bíblicas:
Jl.
I, 6: “Pues ha subido contra mi tierra un pueblo fuerte e
innumerable; sus dientes son dientes de león, y sus mandíbulas, mandíbulas de
leona”.
9. Y tenían corazas
como corazas férreas y la voz de sus alas como voz de carros de caballos muchos
corriendo a guerra.
Notas
Lingüísticas:
Allo: “El primer θώρακας
no puede significar sino “pechos”, por una especie de juego de
palabras”.
Citas
Bíblicas:
Jl.
II, 5: “Saltan sobre las cimas de las
montañas con un estruendo semejante al de los carros;
su ruido es como el crepitar de llamas de fuego que devoran la paja; y como un pueblo fuerte, así se ordenan para
batalla”.
Comentario:
Straubinger: “… Muchos han creído ver aquí alguna monstruosa arma de guerra
ultramoderna. Pero no ha de olvidarse que salieron del pozo del abismo (v. 2)”.
10. Y tienen
colas semejantes a escorpiones y aguijones; y en sus colas (está) su poder
de dañar a los hombres meses cinco.
Concordancias:
ἀδικῆσαι (dañar):
cfr. Lc. X, 19; Apoc. II, 11; VI, 6; VII, 2-3; IX, 4.19; XI, 5; XXII,
11.
Notas Lingüísticas:
Allo: “ἔχουσιν (tienen), cambio de tiempo como en
el v. 6, tal vez por las mismas razones”.
Comentario:
Wikenhauser: "… pero hay además otra circunstancia que las
distingue de las langostas propiamente tales: su fuerza destructora no reside
en las mandíbulas, sino en la cola, provista de aguijón como los escorpiones".