miércoles, 31 de julio de 2024

P. Réginald Garrigou Lagrange O.P., Perfección Cristiana y Contemplación según Santo Tomás de Aquino y San Juan de la Cruz (Reseña)

 P. Réginald Garrigou Lagrange O.P.,

Perfección Cristiana y Contemplación

según Santo Tomás de Aquino y San Juan de la Cruz

(Reseña) 

CJ Traducciones, 2024, pp. 421



 

Traducido por primera vez al español, este primer volumen del reconocido teólogo francés y uno de los más grandes del siglo XX, el P. Garrigou Lagrange, nos indica en la introducción que este libro es un resumen de un curso de teología ascética y mística impartido en el Angélico.

La guía de su estudio, como no podía ser de otra manera, son las dos grandes lumbreras de la teología mística: Santo Tomás, el doctor communis, cuya obra ha sido recomendada por los Papas una y otra vez a lo largo de la historia, y San Juan de la Cruz, el doctor místico, que asimiló perfectamente la teología del Angélico y agregó, a las grandes líneas trazadas por Santo Tomás, su propia experiencia.

El gran problema que el Autor analiza en estas páginas es la definición de la mística y la importancia y valor que tiene en la vida espiritual, si se trata de algo completamente extraordinario y si, por el contrario, es el término normal de la vida de la gracia aquí abajo.

Con su maestría habitual, Garrigou Lagrange va recorriendo los temas, evitando en lo posible las discusiones de carácter personal y ateniéndose solamente a las ideas. La prueba de su tesis principal es abrumadora y contundente.

A la espera del segundo volumen, por ahora está disponible el primero, y solamente en Amazon, aunque la publicación en Argentina esperamos no se hará esperar.

El libro puede adquirirse AQUÍ.

sábado, 27 de julio de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVIII, 5

   5. Pues se han conglutinado sus pecados hasta el cielo, y ha recordado Dios sus iniquidades. 

Concordancias: 

Ἐκολλήθησαν (conglutinado): Hápax en Apoc. cfr. Mt. XIX, 5; Lc. X, 11; Rom. XII, 9; I Cor. VI, 16-17. 

Ἁμαρτίαις (pecados): cfr. Mt. I, 21; Apoc. I, 5; XVIII, 4. 

οὐρανοῦ (cielo): cfr. Mt. V, 34; XXIII, 21-22; Hech. VII, 49; Apoc. III, 12; IV, 2; V, 3.13; VIII, 1; X, 1.4-6.8; XI, 12-13.15.19; XII, 1.3.7-8.10.12; XIII, 6; XIV, 2.13.17; XV, 1.5; XVI, 11.21; XVIII, 1.4.20; XIX, 1.14; XX, 1.9.11; XXI, 2.10. 

ἐμνημόνευσεν (recordado): cfr. Apoc. II, 5.16.21-22; III, 3.19. Ver Apoc. IX, 20-21; XVI, 9.11. 

ἀδικήματα (iniquidades): Hápax en el Apoc. cfr. Hech. XVIII, 14; XX, 24. 

 

Notas: 

Zerwick: “ἄχρι con genitivo, hasta: sus pecados o alcanzaron el cielo mismo; aquí se han mezclado dos ideas: “acumularse hasta” y “tocaron el cielo”. 

 

Citas Bíblicas: 

Jer. LI, 6: “Huíd de en medio de Babilonia, salve cada uno su vida, no sea que perezcáis por la iniquidad de ella; porque tiempo es de la venganza de Jehová; Él va a darle su merecido”. 

Jer. LI, 9: “Hemos procurado curar a Babilonia, pero ella no ha sanado. Abandonadla, y vámonos cada cual a su país, pues su crimen alcanza hasta el cielo, y se alza hasta las nubes”. 

Esto parece ser dicho por las naciones, por dos razones: 

a) Sucede después de la destrucción de Babilonia (v. 8). 

b) Habla de volver “cada cual a su país”, ergo no se trata de habitantes de un solo país (es posible que quienes dicen esto no sean habitantes de Babilonia sino los que ven de lejos su destrucción). 

 

Comentario: 

Jünemann: “Conglutinado: Multiplicado, condensado y adherídose hasta llegar al cielo”. 

Martindale: “Sus pecados formaron una sólida masa (κολλἄω = aglutinarse; Vulg. pervenerunt) hasta el cielo”. 

Alápide: “En lugar de pervenerunt el griego[1] lee ἠκολούθησαν, como si dijera: los pecados de Babilonia, uno tras otro, crecieron hasta el colmo y llegaron al cielo; de aquí que otros leen ἐκολλήθησαν, esto es: se adhirieron, crecieron, se amontonaron hasta el cielo, como si aludiera a los constructores de la tierra de Babel que decían: “Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cumbre llegue hasta el cielo” (Gén. XI, 4), como si dijera: los pecados de Babilonia son tantos y tan grandes que claman venganza al cielo, y por lo tanto, ya no puedo diferirla más”. 

Garland: “Al establecer Babel, el pueblo intentó hacerse un nombre construyendo una torre que alcanzara el cielo (Gén. XI, 4). En vez de esto, fueron dispersados. Ahora han construido una nueva torre que alcanza el cielo, una torre de pecado. De la misma forma que su pecado es tan grande que alcanza el cielo, así es su juicio (Jer. LI, 9)”.



 [1] En realidad se trata del textus receptus.

martes, 23 de julio de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVIII, 3-4

 3. Porque del vino del furor de su fornicación bebieron todas las naciones y (¿esto es?) los reyes de la tierra con ella fornicaron y los mercaderes de la tierra con el poder de su lujo se enriquecieron”. 

Concordancias: 

Οἴνου (vino): cfr. Apoc. VI, 6; XIV, 8.10; XVI, 19; XVII, 2; XVIII, 13; XIX, 15. 

Θυμοῦ (furor): cfr. Apoc. XII, 12; XIV, 8.10.19; XV, 1.7; XVI, 1.19; XIX, 15. 

πορνείας (fornicación): cfr. Mt. V, 32; Hech. XV, 20.29; XXI, 25; Apoc. II, 21; IX, 21; XIV, 8; XVII, 2.4-5; XIX, 2. Ver Apoc. II, 14.20; XVIII, 9. Ver Mt. V, 27-28.32; XIX, 18; Mc. X, 19; Lc. XVI, 18; XVIII, 20; Apoc. II, 22. 

Πέπωκαν (bebieron): cfr. Apoc. XIV, 10; XVI, 6. 

Ἐθνη (naciones): cfr. Mt. IV, 16; X, 18; XII, 18; XXIV, 9.14; XXV, 32; Mc. XIII, 10; Lc. II, 32; XXI, 24.25; Apoc. II, 26; X, 11; XI, 2.18; XII, 5; XIV, 8; XV, 3-4; XVI, 19; XVIII, 23; XIX, 15; XX, 3.8; XXI, 24.26; XXII, 2. Ver. Apoc. V, 9; VII, 9; XI, 9; XIII, 7; XIV, 6; XVII, 15. 

οἱ βασιλεῖς τῆς γῆς (los reyes de la tierra): cfr. Mt. XVII, 25; Hech. IV, 26; Apoc. I, 5; VI, 15; XVII, 2.18; XVIII, 9; XIX, 19; XXI, 24. 

γῆς (tierra): cfr. Apoc. I, 5.7; V, 3.6.10.13; VI, 13.15; X, 2.5-6.8; XI, 4; XIV, 7; XVII, 2.5.18; XVIII, 1.3.9; XIX, 2.19; XX, 8-9.11; XXI, 1.24. Ver Apoc. III, 10; VI, 4.8.10; VII, 1-3; VIII, 5.7.13; IX, 1.3-4; XI, 6.10.18; XII, 4.9.12-13.16; XIII, 3.8.11-14; XIV, 3.6.15-16.18-19; XVI, 1-2.18; XVII, 8; XVIII, 9.11.23-24. 

Ἐπόρνευσαν (fornicaron): cfr. Apoc. II, 14.20; XVII, 2; XVIII, 9. Ver Mt. V, 27-28.32; XIX, 18; Mc. X, 19; Lc. XVI, 18; XVIII, 20; Hech. XV, 20.29; XXI, 25; Apoc. II, 21; IX, 21; XIV, 8; XVII, 4; XIX, 2; XXII, 15. 

Ἔμποροι τῆς γῆς (mercaderes de la tierra): cfr. Apoc. XVIII, 11.15.23. Ver Mt. XIII, 45. 

Δυνάμεως (poder): cfr. Mt. XXIV, 30; XXVI, 64; Mc. IX, 1; XIII, 26; XIV, 62; Lc. XXI, 27; XXII, 69; II Tes. I, 7; II, 9; Apoc. III, 8; IV, 11; V, 12; VII, 12; XI, 17; XII, 10; XIII, 2; XV, 8; XVII, 13; XIX, 1. 

Στρήνους (lujo): Hápax abs. 

Ἐπλούτησαν (enriquecieron): cfr. Lc. I, 53; XII, 21; II Cor. VIII, 9; I Tim. VI, 9.18; Apoc. III, 17-18; XVIII, 15.19 (mercaderes de la tierra). 

 

Notas Lingüísticas: 

viernes, 19 de julio de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVIII, 2

 2. Y clamó con fuerte voz, diciendo: “Ha caído, ha caído Babilonia la grande y se hizo habitación de demonios y prisión de todo espíritu impuro y prisión de toda ave impura y odiada. 

Concordancias: 

Ἔκραξεν (clamó): cfr. Apoc. VI, 10; VII, 2.10; X, 3; XII, 2; XIV, 15; XVIII, 18-19; XIX, 17. 

Ἰσχυρᾷ (fuerte): cfr. Mt. III, 11; XII, 29; Mc. I, 7; III, 27; Lc. III, 16; XI, 21-22; Apoc. V, 2; VI, 15; X, 1; XVIII, 8.10.21; XIX, 6.18. 

φωνῇ (voz): cfr. Apoc. I, 10.12.15; III, 20; IV, 1.5; V, 2.11-12; VI, 1.6-7.10; VII, 2.10; VIII, 5.13; IX, 13; X, 3-4.7-8; XI, 12.15.19; XII, 10; XIV, 2.7.9.13.15.18; XVI, 1.17-18; XVIII, 4; XIX, 1.5-6.17; XXI, 3. Ver Apoc. XVIII, 22-23.

 Ἔπεσεν (ha caído): cfr. Mt. VII, 24-27; XXI, 44; Lc. VI, 46-49; X, 8; XI, 17-23; XX, 18; XXIII, 30; Apoc. I, 17; II, 5; IV, 10; V, 8.14; VI, 13.16; VII, 11.16; VIII, 10; IX, 1; XI, 13.16; XIV, 8; XVI, 19; XVII, 10; XIX, 4.10; XXII, 8.

 Βαβυλὼν (Babilonia): cfr. Mt. I, 11-12.17; Hech. VII, 43; I Ped. V, 13; Apoc. XIV, 8; XVI, 19; XVII, 5; XVIII, 10.21. 

Βαβυλὼν μεγάλη (Babilonia la grande): Cfr. Dan. IV, 27; Mt. VII, 24-27; Lc. VI, 46-49; Apoc. IX, 14; XIV, 8; XVI, 12 (Éufrates); XVI, 19 (¿Babilonia?).21; XVII, 1.18; XVIII, 10.16.18-19.21; XIX, 2. 

Ἔπεσεν ἔπεσεν Βαβυλὼν μεγάλη (Ha caído, ha caído Babilonia la grande): cfr. Is. XXI, 9; Jer. L, 2; LI, 8; Mt. VII, 24-27; Lc. VI, 46-49; X, 18 (Satanás del cielo); XI, 17-23; Apoc. XIV, 8; XVI, 19 (ciudades de los gentiles). 

Κατοικητήριον (habitación): cfr. Hapax en el Apoc. cfr. Ef. II, 22. 

Δαιμονίων (demonios): cfr. Apoc. IX, 20; XVI, 14. 

Φυλακὴ (prisión): cfr. Apoc. II, 10; XX, 7. 

Πνεύματος (espíritus): cfr. Apoc. I, 4; III, 1; IV, 5; V, 6; XVI, 13-14; XXII, 6. 

Ἀκαθάρτου (impuros): cfr. Mt. X, 1; XII, 43; Mc. I, 23.26-27; III, 11.30; V, 2.8.13; VI, 7; VII, 25; IX, 25; Lc. IV, 33.36; VI, 18; VIII, 29; IX, 42; XI, 24; Hech. V, 16; VIII, 7; Apoc. XVI, 13; XVII, 4. Ver Hech. X, 14.28; XI, 8; I Cor. VII, 14; II, Cor. VI, 17; Ef. V, 5. 

Ὀρνέου (ave): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. XIX, 17.21. 

Μεμισημένου (odiada): cfr. Apoc. II, 6; XVII, 16. 

 

Notas Lingüísticas: 

lunes, 15 de julio de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVIII, 1

Capítulo XVIII

 1. Después de esto vi otro ángel descendiendo del cielo, teniendo autoridad grande y la tierra se iluminó con su gloria. 

Concordancias: 

Μετὰ ταῦτα (después de esto): cfr. Apoc. I, 19; IV, 1; VII, 1.9; IX, 12; XV, 5; XIX, 1; XX, 3. 

Ἀγγελον (ángel): cfr. Mt. XI, 10; Mc. I, 2; Lc. VII, 27 (San Juan Bautista); Lc. VII, 24; IX, 52 (mensajeros); Sant. II, 25 (dos mensajeros de Josué); Apoc. I, 1; V, 2; VII, 2; VIII, 3-5.13; X, 1.5.8-10; XIV, 6.8-9.15.18; XVIII, 21; XIX, 17; XXII, 16 (San Gabriel); VIII, 2.6.8.10.12; IX, 1.13-14; X, 7; XI, 15 (7 Arcángeles que tocan las siete trompetas); I, 20; II, 1.8.12.18; III, 1.7.14 (Jerarquía); III, 5; V, 11; VII, 1.2.11; XIV, 10 (ángeles); IX, 11 (ángel del abismo); IX, 14-15 (ángeles malos de la sexta Trompeta); XII, 7 (ángeles de San Miguel); XII, 7.9 (ángeles de Satanás); XIV, 17.19 (un ángel con la hoz afilada); XV, 1.6-8; XVI, 1; XVII, 1.7; XXI, 9; XXII, 8 (ángeles de las siete Copas); XVI, 5 (ángel de las aguas); XX, 1 (San Miguel); XXI, 12 (12 Apóstoles); XXII, 6 (¿Cristo?). 

Καταβαίνοντα (descendiendo): cfr. Apoc. III, 12 (Jerusalén celeste); X, 1 (San Gabriel); XII, 12 (Diablo); XIII, 13 (fuego); XVI, 21 (Granizo); XX, 1 (San Miguel); XX, 9 (fuego); XXI, 2.10 (Jerusalén Celeste). 

οὐρανοῦ (cielo): cfr. Mt. V, 34; XXIII, 21-22; Hech. VII, 49; Apoc. III, 12; IV, 2; V, 3.13; VIII, 1; X, 1.4-6.8; XI, 12-13.15.19; XII, 1.3.7-8.10.12; XIII, 6; XIV, 2.13.17; XV, 1.5; XVI, 11.21; XVIII, 4-5.20; XIX, 1.14; XX, 1.9.11; XXI, 2.10. 

ἐξουσίαν (autoridad): cfr. Apoc. II, 26; VI, 8; IX, 3.10.19; XI, 6; XII, 10; XIII, 2.4-5.7.12; XIV, 18; XVI, 9; XVII, 12-13; XX, 6; XXII, 14. 

ἐξουσίαν μεγάλην (autoridad grande): cfr. Apoc. XIII, 2. 

γῆ (tierra): cfr. Apoc. I, 5.7; III, 10; V, 3.6.10.13; VI, 4.8.10.13.15; VII, 1-3; VIII, 5.7.13; IX 1.3-4; X, 2.5-6.8; XI, 4.6.10.18; XII, 4.9.12-13.16; XIII, 3.8.11-14; XIV, 3.6-7; 15-16.18-19; XVI, 1-2.18; XVII, 2.5.8.18; XVIII, 3.9.11.23-24; XIX, 2.19; XX, 8-9.11; XXI, 1.24. 

Ἐφωτίσθη (se iluminó): cfr. Lc. XI, 36; Jn. I, 9; I Cor. IV, 5; Ef. I, 18; III, 9; II Tim. I, 10; Heb. VI, 4; X, 32; Apoc. XXI, 23; XXII, 5. Ver Ez. XLIII, 2. 

Δόξης (gloria): cfr. Mt. XVI, 27; XIX, 28; XXIV, 30; XXV, 31; Mc. VIII, 38; X, 37; XIII, 26; Lc. IX, 26.31-32; XII, 27; XXI, 27; XXIV, 26; I, 14; XI, 40; XII, 41; XVII, 5.22.24; Hech. VII, 2.55; Col. III, 4; I Tes. II, 12; II Tes. I, 9; II, 14; Tit. II, 13; I Ped. I, 11; IV, 13; V, 1; Apoc. I, 6; IV, 9.11; V, 12-13; VII, 12; IX, 20; XI, 13; XIV, 7; XVI, 9; XIX, 1.7; XXI, 11.23-24.26. Ver Apoc. XV, 4; XVIII, 7. 

 

Comentario: 

jueves, 11 de julio de 2024

El árbol sefirótico de la cábala hebrea en el Apocalipsis, según P. Drach

§ III

 

LOS SIETE ESPÍRITUS DE APOC. I, 4

 

Nota del Blog: El siguiente texto está tomado del libro “La Cábala hebrea vengada de la falsa imputación de panteísmo por la simple exposición de su doctrina según los libros cabalísticos autorizados”, escrito por el Rabino converso P. Drach. Ver AQUÍ la reseña del libro.



 ***

 El discípulo bienamado, que ha sido lo suficientemente bienaventurado como para descansar su cabeza sobre el sagrado corazón de Jesús –recumbens in sinu Jesu–, ha extraído en esta fuente divina el conocimiento de los misterios más profundos y formidables. No vacilo en afirmar que veo los diez esplendores claramente enunciados en el célebre versículo de Apoc. I, 4: 

«Gracia a vosotros y paz de Aquel que es, y que era, y que viene; y de los siete Espíritus que están delante de su trono».

 No repetiré que estos tres tiempos del verbo ser, pues viene equivale, según el hebreo, a será y son, si así se puede decir, como la moneda del nombre divino Jehová יהוה, que por sus elementos denota admirablemente el misterio de la Santísima Trinidad. Graves comentarios han demostrado que el Apóstol designa con estos tres tiempos del verbo por excelencia a las tres adorables Personas del Dios uno; y yo mismo, en mi Armonía, he desarrollado extensamente este significado del Tetragrámaton. He aquí, en primer lugar, los tres Esplendores supremos. Mas lo que me propongo establecer aquí es que los siete Espíritus de este versículo son realmente los siete últimos esplendores, es decir, Dios en sus atributos absolutos.

La opinión de los que consideran ángeles a estos siete espíritus parece a muchos inadmisible. Pues sólo Dios, con exclusión de toda criatura, por elevada que esté, aun en la jerarquía celeste, tiene el derecho y el poder de otorgar este estado de gracia espiritual, llamado gratia et pax, traducción verbal del hebreo חן ושלום. Estos dos términos bíblicos expresan nítidamente la feliz unión del alma con Dios, la gracia, vaso precioso que ¡ay! es tan frágil entre las manos de los débiles hombres.

domingo, 7 de julio de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVII, 17-18

 17. En efecto, Dios ha dado en sus corazones hacer Su propósito y hacer un propósito y dar su reino a la Bestia, hasta que sean consumadas las palabras de Dios. 

Concordancias: 

Καρδίας (corazón): cfr. Mt. V, 8 (puros de corazón); Mt. V, 28 (miran a la mujer con malos ojos, adulteran en el corazón); Mt. VI, 21; Lc. VI, 45; Lc. XII, 34 (tesoro-corazón); Mt. XV, 18-19; Mc. VII, 21 (lo que sale del corazón mancha al hombre); Apoc. XVIII, 7 (destrucción de Babilonia). Ver Apoc. II, 23. 

Γνώμην (propósito): cfr. Apoc. XVII, 13. 

Βασιλείαν (reino): cfr. Mt. III, 2; IV, 8.17.23; V, 3.10.19-20; VI, 10.33; VII, 21; VIII, 11-12; IX, 35; X, 7; XI, 11-12; XII, 28; XIII, 11.19.24.31.33.38.41.43-45.47.52; XVI, 19,28; XVIII, 1.3-4.23; XIX, 12.14.23-24; XX, 1.21; XXI, 31.43; XXII, 2; XXIV, 14; XXV, 1.34; XXVI, 29; Mc. I, 15; IV, 11.26.30; IX, 1.47; X, 14-15.23-25; XI, 10; XII, 34; XIV, 25; XV, 43; Lc. I, 33; IV, 5.43; VI, 20; VII, 28; VIII, 1.10; IX, 2.11.27.60.62; X, 9.11; XI, 2.20; XII, 31-32; XIII, 18.20.28-29; XIV, 15; XVI, 16; XVII, 20-21; XVIII, 16-17.24-25.29; XIX, 11-12.15; XXI, 31; XXII, 16.18.29-30; XXIII, 43.51; Jn. III, 3.5; XVIII, 36; Hech. I, 3.6; VIII, 12; XIV, 22; XIX, 8; XX, 25; XXVIII, 23.31; Rom. XIV, 17; I Cor. IV, 20; VI, 9-10; XV, 24.50; Gal. V, 21; Ef. V, 5; Col. I, 13; IV, 11; I Tes. II, 12; II Tes. I, 5; II Tim. IV, 1.18; Heb. I, 8; XII, 28; Sant. II, 5; II Ped. I, 11; Apoc. I, 6.9; V, 10; XI, 15; XII, 10; XVI, 10; XVII, 12.18 (Babilonia). 

θηρίῳ (Bestia): cfr. Apoc. XI, 7; XIII, 1-4.11-12.14-15.17-18; XIV, 9.11; XV, 2; XVI, 2.10.13; XVII, 3.7-8.11-13.16; XIX, 19-20; XX, 4.10. Ver Apoc. VI, 8; XVIII, 2. 

Τελεσθήσονται (sean consumadas): cfr. Mt. VII, 28; X, 23; XI, 1; XIII 53; XIX, 1; XXVI, 1; Lc. XII, 50; XVIII, 31; XXII, 37; Jn. XIX, 28.30; Hech. XIII, 29; II Tim. IV, 7; Apoc. X, 7; XI, 7; XV, 1.8; XX, 3.5.7. 

Λόγους (palabras): cfr. Mt. VII, 24.26; X, 14; XIII, 19-23; Mc. II, 2; IV, 14-20.33; VIII, 38; XVI, 20; Lc. VI, 47; V, 1; VIII, 11-13.15.21; IX, 26; XI, 28; Jn. V, 24.38; VIII, 31.37.43.51-52.55; XII, 48; XIV, 23-24; XV, 3.20; XVII, 6.14.17.20; Hech. II, 41; IV, 4.29.31; VI, 2; VIII, 4.14.25.36; XI, 1.19; XIII, 5.7.44.46.48; XIV, 25; XV, 7.35-36; XVI, 6.32; XVII, 11; XVIII, 11; XIX, 10; XX, 32; Fil. I, 14; II, 16; Col. I, 5.25; IV, 3; I Tes. I, 6; II, 13; II Tim. II, 11.15; IV, 2; Tito I, 3; Heb. II, 2; IV, 2; XIII, 7; Sant. I, 18.21-23; I Ped. II, 8; II Ped. I, 19; I Jn. I, 10; II, 5.7.14; Apoc. I, 2-3.9; III, 8.10; VI, 9; XII, 11; XIX, 9.13; XX, 4; XXI, 5; XXII, 6-7.9-10.18-19. 

Notas Lingüísticas: 

Zerwick: “ἔδωκεν (ha puesto): Literalmente, dio; “dar a sus corazones”, con infinitivo, es un hebraísmo”. 

Comentario: 

miércoles, 3 de julio de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVII, 15-16

   15. Y me dice: “Las aguas que viste, donde la ramera está sentada, pueblos y multitudes son y naciones y lenguas”. 

Concordancias: 

Ὕδατα (aguas): cfr. Sal. XXXV, 9-10; Jn. IV, 14; Apoc. I, 5; VII, 17; VIII, 10-11; XI, 6; XII, 15; XIV, 2.7; XVI, 4-5.12; XVII, 1; XIX, 6; XXI, 6; XII, 1.17. 

οὗ (donde): Hapax en el Apoc. 

Πόρνη (ramera): cfr. Apoc. XVII, 1.16; XIX, 2. 

Κάθηται (está sentada): cfr. Apoc. XVII, 1.3.9; XVIII, 7. Ver Apoc. IV, 2-4.9-10; V, 1.7.13; VI, 2.4-5.8.16; VII, 10.15; IX, 17; XI, 16; XIV, 6.14-16; XIX, 4.11.18-19.21; XX, 11; XXI, 5. 

λαοὶ (pueblos): cfr. Apoc. V, 9; VII, 9; X, 11; XI, 9; XIII, 7; XIV, 6; XVIII, 4; XXI, 3. 

ὄχλοι (multitud): cfr. Apoc. VII, 9; XIX 1.6. 

ἔθνε (naciones): cfr. Apoc. II, 26; V, 9; VII, 9; X, 11; XI, 2.9.18; XII, 5; XIII, 7; XIV, 6.8; XV, 3-4; XVI, 19; XVIII, 3.23; XIX, 15; XX, 3.8; XXI, 24.26; XXII, 2. 

γλώσσαι (lenguas): cfr. Apoc. V, 9; VII, 9; X, 11; XI, 9; XIII, 7; XIV, 6; XVI, 10. 

λαοὶ… καὶ ἔθνη καὶ γλῶσσαι (pueblos, naciones, lenguas): cfr. Apoc. V, 9; VII, 9; XVII, 15. 


Comentario: 

Straubinger: “Las aguas, etc.: En Is. XVII, 12 y Dan. VII, 3 las aguas del mar simbolizan, como aquí, la gentilidad. De las aguas sale también la gran Bestia de las siete cabezas (XIII, 1). Cfr. también v. 1”. 

Garland: “Habiendo descrito el misterio de la Bestia con siete cabezas y diez cuernos, el ángel le dice ahora a Juan el misterio de la mujer (XVII, 7). Antes, el ángel había identificado a la mujer como “la gran ramera que sede sobre muchas aguas” (XVII, 1). Estas mismas aguas forman el mar de la cual salió la primera Bestia”.