martes, 15 de octubre de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XIX, 6

 6. Y oí como voz de multitud copiosa y como voz de aguas muchas y como voz de truenos fuertes que decían: “¡Aleluya! Porque ha reinado Jehová, el Dios nuestro, el Todopoderoso.

 Concordancias:

 Φωνὴν (voz): cfr. Apoc. I, 10.12.15; III, 20; IV, 1.5; V, 2.11-12; VI, 1.6-7.10; VII, 2.10; VIII, 5.13; IX, 13; X, 3-4.7-8; XI, 12.15.19; XII, 10; XIV, 2.7.9.13.15.18; XVI, 1.17-18; XVIII, 2.4; XIX, 1.5.17; XXI, 3. Ver Apoc. XVIII, 22-23.

 Ὄχλου (multitud): cfr. Apoc. VII, 9; XVII, 15; XIX 1.

 Ὄχλου πολλοῦ (multitud copiosa): cfr. Mt. IV, 25; VIII, 1; XII, 15; XIII, 2; XIV, 14; XV, 30; XIX, 2; XX, 29; XXVI, 47; Mc. V, 21.24; VI, 34; VIII ,1; IX, 14; XII, 37; Lc. V, 15.29; VI, 17; VII, 11; VIII, 4; IX, 37; XIV, 25; Jn. VI, 2.5; XII, 9.12 (domingo de Ramos); Hech. VI, 7; Apoc. VII, 9; XIX, 1.

 Ὑδάτων πολλῶν (aguas muchas): cfr. Apoc. I, 15; XIV, 2 (Mártires del Anticristo). Ver Apoc. XVII, 1.15 (Babilonia).

 βροντῶν (truenos): cfr. Jn. XII, 29; Apoc. IV, 5; VI, 1; VIII, 5; X, 3-4; XI, 19; XIV, 2; XVI, 18.

 ἰσχυρῶν (fuertes): cfr. Mt. III, 11; XII, 29; Mc. I, 7; III, 27; Lc. III, 16; XI, 21-22; Apoc. V, 2; VI, 15; X, 1; XVIII, 2.8.10.21; XIX, 18.

 Ἁλληλουιά (Aleluya): Sólo en el Apoc. cf. Apoc. XIX, 1.3-4.

 Ἐβασίλευσεν (ha reinado): cfr. Lc. I, 33; XIX, 14.27; Rom. V, 17.21; I Cor. XV, 25; I Tim. VI, 15; Apoc. V, 10; XI, 15.17; XX, 4.6; XXII, 5.

 Κύριος Θεός ἡμῶν Παντοκράτωρ (Jehová, el Dios nuestro, el Todopoderoso): cfr. Apoc. I, 8; IV, 8; XI, 17; XV, 3; XVI, 7; XXI, 22. Ver Apoc. IV, 11; XVI, 14; XVIII, 8; XIX, 15; XXII, 5-6. Cfr. Zerwick, Graecitas, n. 33.

  

Notas Lingüísticas:

 Mateos: “Entre los lexemas estáticos de cualidad relacional, que comportan el ejercicio de una actividad (estáticos ejercitativos), se encuentran:

 Βασιλεύω, ser rey/tener dignidad real (sema estático), ejercitada en el gobernar/reinar (sema dinámico de acción continua). Cuando su aoristo es ingresivo, predomina el sema estático: empezar a ser rey/subir al trono/obtener el reinado. I Cor. IV, 8 (¿habéis llegado a ser rey sin nosotros?, cf. Lc. XIX, 14.27; Rom. VII, 17; Apoc. XIX, 6). El aoristo complexivo, en cambio, pone de relieve el sema dinámico. Rom. V, 14: reinó la muerte. Retrospectivo”.

 Allo: “ἐβασίλευσεν (ha reinado): aoristo ingresivo, debe entenderse del acto por el cual Dios ha entrado en posesión de su realeza, cfr. XI, 17”.

  

Comentario:

 Esta voz es la misma de los Mártires del Anticristo.

 Voz de aguas muchas = XIV, 2.

 Voz de truenos fuertes = XIV, 2 (trueno grande).

 Swete: “La Iglesia no agradece a Dios por la ruina de Babilonia sino por lo que sigue: el establecimiento del reino de Dios”.

 Shea: “El grupo de Apoc. VII, 9 ss. también está directamente relacionado con una celebración que se identifica a través de las conexiones del Antiguo Testamento con la Fiesta de los Tabernáculos. La conexión viene por el hecho de que celebran ante el trono de Dios "con ramas de palma en sus manos" (v. 9). Esto es un reflejo de Lev. XXIII, 40, donde los santos que se reunían para celebrar la Fiesta de las Cabañas o Sucot debían "tomar en el primer día el fruto de árboles buenos, ramas de palmeras, y ramas de árboles frondosos, y sauces del arroyo". El propósito de la referencia a las ramas de palma en el cielo en Apoc. VII, 9 es mostrar que este es el cumplimiento antitípico de la Fiesta de las Cabañas.

Puesto que ese es el caso en VII, 9, también debería ser el caso de la gran multitud en XIX, 1-6.

También cantan con gran voz tanto en VII, 10 como en XIX, 1. En XIX, 6 esa voz se describe como la voz de una gran multitud, sin el adjetivo modificador de voz. Sin embargo, allí se añaden cláusulas adicionales para decir cuán poderosa es esa voz. Es "como el sonido de muchas aguas y como el sonido de poderosos truenos". Esta frase también tiene conexiones en otras partes del Apocalipsis, pues en XIV, 2, que representa a Cristo y a los 144.000 en el monte Sión celestial (Heb. XII, 22), la voz que se oye desde el cielo es "como el sonido de muchas aguas, como el sonido de fuertes truenos". Así, las voces de la multitud que se oyen en XIV, 3 y XIX, 6 son esencialmente las mismas, y eso es otro vínculo con la Fiesta de los Tabernáculos, pues el procedimiento terrenal para esa fiesta era reunirse en Jerusalén, viviendo en cabañas durante la semana de la celebración.

La escena de Apoc. XIV, 1-4 está a su vez conectada con la escena de Apoc. XV, 1-4, en la que se identifica y se cita el canto que entonan los redimidos.

La conexión temática se hace aquí con todas estas escenas de los justos redimidos en el cielo para la celebración de la Fiesta de los Tabernáculos. Esto ocurre durante el milenio, como se describe en Apoc. XX, 4-6. Hay, sin embargo, cuatro escenas antecedentes y relacionadas, y han sido mencionadas anteriormente: Apoc. VII, 9-17, XIV, 1-5, XV, 1-4, y XIX, 1-10. Así pues, el Apocalipsis aporta considerables pruebas de que el milenio transcurrirá en el cielo, junto con la representación de la Nueva Jerusalén bajando de allí al final del milenio (Ap. XXI, 2.10). Estos cinco pasajes de la Fiesta del Tabernáculo se combinan para señalar una teología milenaria de tipo sabático.

Durante la Fiesta de los Tabernáculos los israelitas dejaban sus hogares en la tierra e iban a vivir a Jerusalén durante los ocho días de la fiesta. De la misma manera, estos santos dejan su hogar aquí en la tierra para vivir en Jerusalén en el cielo durante la Fiesta antitípica de los Tabernáculos. La tierra que dejaron atrás queda en barbecho durante ese período, al igual que durante el año sabático.

A partir de los vínculos lingüísticos y las conexiones temáticas en otras partes del Apocalipsis, se puede concluir que la escena introductoria del santuario de Apoc. XIX, 1-10 ofrece una visión anticipada o proléptica de los redimidos en el cielo cuando comienzan a celebrar la antitípica Fiesta de los Tabernáculos allí”.