lunes, 16 de septiembre de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVIII, 16-17a

 16. diciendo: “¡Ay, ay la ciudad, la grande, la vestida de lino fino y púrpura y escarlata y dorada en oro y piedra preciosa y perla 17a. porque en una hora fue desierta tanta riqueza!”. 

Concordancias: 

Οὐαὶ (ay): cfr. Apoc. VIII, 13; IX, 12; XI, 14; XII, 12; XVIII, 10.19. 

Πόλις (ciudad): cfr. Mt. IV, 5; XXI, 10.18; XXII, 7; XXVI, 18; XXVII, 53; XXVIII, 11; Mc. XI, 19; XIV, 13.16; Lc. XIX, 41; XXII, 10; XXIII, 19; XXIV, 49; Jn. XIX, 20; Hech. IV, 27; VII, 58; XII, 10; XXI, 29-30; XXII, 3; XXIV, 12; Apoc. III, 12; XI, 2.8.13; XIV, 20; XVI, 19; XVII, 18; XVIII, 10.18-19.21; XX, 9; XXI, 2.10.14-16.18-19.21.23; XXII, 14.19. Ver Heb. XI, 10.16; XII, 22; XIII, 14. 

πόλις μεγάλη (la ciudad, la grande): cfr. Apoc. XI, 8; XVI, 19; VII, 18; XVIII, 10.18-19.21. Ver Apoc. XIV, 8; XVII, 5; XVIII, 2. 

Περιβεβλημένη (vestida): cfr. Sal. LXX, 13; LXXXIII, 7; LXXXVIII, 46; CIII, 2; CVIII, 19.29; Is. LIX, 17; Mt. VI, 29.31; XXV, 36.38.43; Lc. XII, 27; Apoc. III, 5 (Sardes); 18 (Laodicea); IV, 4 (24 Ancianos); VII, 9.13 (Mártires del Anticristo); X, 1 (San Gabriel); XI, 3 (los dos Testigos); XII, 1 (Mujer); XVII, 4 (Babilonia); XIX, 8 (Jerusalén Celeste); XIX, 13 (Jesús). Ver Cant. VI, 9. 

Βύσσινον (lino fino): cfr. Apoc. XVIII, 12 (Babilonia); XIX, 8 (Jerusalén Celeste).14 (ejércitos angélicos). 

Πορφυροῦν (púrpura): cfr. Jn. XIX, 2.5; Apoc. XVII, 4. 

Κόκκινον (escarlata): cfr. Mt. XXVII, 28; Heb. IX, 19; Apoc. XVII, 3-4; XVIII, 12. 

Κεχρυσωμένη (dorada): Solamente en el Apoc. cfr. Apoc. XVII, 4. 

Χρυσίῳ (oro): cfr. I Ped. I, 7; Apoc. III, 18; XVII, 4; XXI, 18.21. 

λίθῳ (piedra): cfr. I Cor. III, 12; Apoc. IV, 3; XVII, 4; XVIII, 12.21; XXI, 11.19. 

τιμίῳ (preciosa): cfr. I Cor. III, 12; Apoc. XVII, 4; XVIII, 12; XXI, 11.19. 

Λίθῳ τιμίῳ (piedra preciosa): cfr. Dan. XI, 38; Apoc. XVII, 4; XVIII, 12; XXI, 11.19. 

Μαργαρίταις (perlas): cfr. Mt. VII, 6; XIII, 45-46; I Tim. II, 9; Apoc. XVII, 4; XVIII, 12; XXI, 21. 

Μιᾷ ὥρᾳ (una hora): cfr. Apoc. XVII, 12; XVIII, 10.19. Ver Apoc. IX, 15; XI, 13; XIV, 7. 

Ὥρα (hora): cfr. Apoc. III, 3.10; IX, 15; XI, 13; XIV, 7.15; XVII, 12; XVIII, 10.19. 

Ἠρημωμένην (desierta): cfr. Mt. XII, 25 y Lc. XI, 17 (Reino dividido contra sí mismo = Bestia del Mar); Apoc. XVII, 16; XVIII, 19. 

Τοσοῦτος (tanta): Solamente en el Apoc. cfr. Apoc. XVIII, 7. 

Πλοῦτος (riqueza): cfr. Mt. XIII, 22; Mc. IV, 19; Lc. VIII, 14; Rom. II, 14; IX, 23; II Cor. VIII, 2; Ef. I, 7.18; II, 7; III, 8.16; Fil. IV, 19; Col. I, 27; Apoc. V, 12. 

 

Comentario:

jueves, 12 de septiembre de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVIII, 14-15

 14. Y tu fruto del deseo de tu alma se fue de ti y todo lo pingüe y resplandeciente pereció de tí y no lo hallarán ya. 

Concordancias: 

Ὀπώρα (fruto): Hápax absoluto. 

Ἐπιθυμίας (deseo): Hápax en el Apoc. cfr. Mc. IV, 19; Jn. VIII, 44; Rom. I, 24; VI, 12; XIII, 14; Gal. V, 16.24; Ef. II, 3; IV, 22; Col. III, 5; I Tes. IV, 5; I Tim. VI, 9; II Tim. II, 22; III, 6; IV, 3; Tit. II, 12; III, 3; Sant. I, 14-15; I Ped. I, 14; II, 11; IV, 2-3; II Ped. I, 4; II, 10.18; III, 3; I Jn. II, 16-17; Jud. I, 16.18. 

ψυχῆς (almas): cfr. Apoc. VI, 9; VIII, 9; XII, 11; XVI, 3; XVIII, 13; XX, 4. 

ἀπῆλθεν (se fue): cfr. Apoc. IX, 12; X, 9; XI, 14; XII, 17; XVI, 2; XXI, 1.4. 

Λιπαρὰ (pingües): Hápax absoluto. 

Λαμπρὰ (resplandeciente): cfr. Lc. XXIII, 11; Hech. X, 30; Sant. II, 2-3; Apoc. XV, 6; XIX, 8; XXII, 1.16. 

Ἀπώλετο (perecieron): Hápax en el Apoc. cfr. Mt. V, 29-30; X, 28.39.42; XVI, 25; XXI, 41; XXII, 7; XXVI, 52; Mc. VIII, 35; IX, 41; XII, 9; Lc. IX, 24-25; XIII, 3.5; XVII, 27.29.33; XX, 16; Jn. X, 10; XII, 25; XVII, 12; I Cor. I, 18-19; X, 9-10; II Cor. IV, 3; II Tes. II, 10; Sant. IV, 12; II Ped. III, 6; Jud. I, 5.11. 

Οὐκέτι (ya): cfr. Apoc. X, 6; XVIII, 11. 

Εὑρήσουσιν (hallarán): cfr. Apoc. II, 2; III, 2; V, 4; IX, 6; XII, 8; XIV, 5; XVI, 20; XVIII, 21-22.24; XX, 11.15. 

 

Notas Lingüísticas: 

Zerwick: “ ὀπώρα σου τῆς ἐπιθυμίας τῆς ψυχῆς: frutos con los cuales se deleitaba tu alma”. 

 

Comentario: 

Allo: “ὀπώρα (fruto): fruto de otoño, bueno para cocinar”. 

Zerwick: “Fin del verano, comienzo del otoño, fruto de ese tiempo”. 

Garland: “οὐκέτι οὐ μὴ αὐτὰ εὑρήσουσιν: no más, no, no serán hallados”. La doble negación οὐ μὴ, combinado con no más (οὐκέτι) enfatiza fuertemente la imposibilidad de encontrar jamás estos ítems comerciales en ella. Esto señala la manera de su destrucción que es permanente e irreversible”. 

Swete: “Fruto es el del otoño, maduro para ser cosechado; ver Jer. XL, 10.12; Jud. 12. Justo cuando el fruto del trabajo de muchas generaciones parecía estar listo para caer en la boca, desapareció como un sueño”.

 

15. Los mercaderes de estas cosas, los que se enriquecieron de ella, desde lejos, estarán de pie, por el temor de su tormento, llorando y lamentándose 

domingo, 8 de septiembre de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVIII, 12-13

12. cargamento de oro y plata y piedra preciosa y perlas y lino fino y púrpura y seda y escarlata y todo leño aromático y todo vaso de marfil y todo vaso de leño preciosísimo y bronce y hierro y mármol; 13. y cinamomo y amomo y perfumes y mirra e incienso y vino y aceite y flor de harina y trigo y jumentos y ovejas y (cargamento) de caballos y de carrozas y de cuerpos, y almas de hombres. 

Concordancias: 

Γόμον (cargamento): cfr. Hech. XXI, 3; Apoc. XVIII, 11. 

Χρυσοῦ (oro): cfr. Mt. X, 9; Hech. XVII, 29 Sant. V, 3; Apoc. IX, 7. Ver Apoc. III, 18; XVII, 4; XVIII, 16; XXI, 18.21. 

Ἀργύρου (plata): Hápax en el Apocalipsis. cfr. Mt. X, 9; Hech. XVII, 29; Sant. V, 3. 

Λίθῳ (piedra): cfr. I Cor. III, 12; Apoc. IV, 3; XVII, 4; XVIII, 16.21; XXI, 11.19. 

τιμίῳ (preciosa): cfr. I Cor. III, 12; Apoc. XVII, 4; XVIII, 16; XXI, 11.19. 

Λίθῳ τιμίῳ (piedra preciosa): cfr. Dan. XI, 38; Apoc. XVII, 4; XVIII, 16; XXI, 11.19. 

Μαργαρίταις (perlas): cfr. Mt. VII, 6; XIII, 45-46; I Tim. II, 9; Apoc. XVII, 4; XVIII, 16; XXI, 21. 

Βυσσίνου (lino fino): cfr. Apoc. XVIII, 16 (Babilonia); XIX, 8 (Jerusalén Celeste).14 (ejércitos angélicos). 

Πορφυροῦν (púrpura): cfr. Jn. XIX, 2.5; Apoc. XVII, 4; XVIII, 16. 

Σιρικοῦ (seda): Hápax absoluto. 

Κόκκινον (escarlata): cfr. Mt. XXVII, 28; Heb. IX, 19; Apoc. XVII, 3-4; XVIII, 16. 

Ξύλου (leño): cfr. Apoc. II, 7; XXII, 2.14.19 (Jerusalén Celeste). 

Θύινον (aromático): Hápax absoluto. 

Σκεῦος (vaso): cfr. Apoc. II, 27. 

Ἐλεφάντινον (marfil): Hápax absoluto. 

Χαλκοῦ (bronce): cfr. Apoc. I, 15; II, 18; IX, 20. 

Σιδήρου (hierro): cfr. Apoc. II, 27; XII, 5; XIX, 15. 

Μαρμάρου (mármol): Hápax absoluto. 

Κιννάμωμον (cinamomo): Hápax absoluto. 

ἄμωμον (amono): Con este sentido, Apax absoluto. 

Θυμιάματα (perfumes): cfr. Lc. I, 10-11; Apoc. V, 8; VIII, 3-4. 

Μύρον (mirra): Hápax en el Apocalipsis. cfr. Mt. XXVI, 7.12; Mc. XIV, 3-5; Lc. VII, 37-38.46; XXIII, 56; Jn. XI, 2; XII, 3.5. 

Λίβανον (incienso): Hápax en el Apocalipsis. cfr. Mt. II, 11. 

Οἶνον (vino): cfr. Apoc. VI, 6; XIV, 8.10; XVI, 19; XVII, 2; XVIII, 3; XIX, 15. Ver Lc. X, 34. 

Ἔλαιον (aceite): cfr. Apoc. VI, 6. 

Σεμίδαλιν (flor de harina): Hápax absoluto. 

Σῖτον (trigo): cfr. Apoc. VI, 6. 

κτήνη (jumentos): Hápax en el Apoc. 

Πρόβατα (ovejas): Hápax en el Apocalipsis. cfr. Mt. VII, 15. 

Ἵππων (caballo): cfr. Apoc. VI, 2.4-5.8; IX, 7.9.17.19; XIV, 20; XIX, 11.14.18-19.21. 

Ῥεδῶν (carrozas): Hápax absoluto. 

Σωμάτων (cuerpos): Hápax en el Apocalipsis. 

ψυχὰς (almas): cfr. Apoc. VI, 9; VIII, 9; XII, 11; XVI, 3; XVIII, 14; XX, 4. 

 

Notas Lingüísticas: 

miércoles, 4 de septiembre de 2024

Israel y las Naciones, por Raymond Chasles. Cap. VI. Israel y el Evangelio del Reino (V de V)

 Lo mismo ocurre en el Evangelio. Jesús acaba de anunciar su sufrimiento y su muerte, e inmediatamente recuerda que «el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre». Es más, añade: 

«En verdad, os digo, algunos de los que están aquí no gustarán la muerte sin que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino» (Mt. XVI, 27-28). 

¿Cómo hay que entender estas palabras? Todo lo que tenemos que hacer es seguir leyendo para entender lo que significan. 

«Seis días después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan su hermano, y los llevó aparte, sobre un alto monte. Y se transfiguró delante de ellos» (Mt. XVII, 1-2). 

¿No es la Transfiguración una visión anticipada del Reino[1], y no son los tres discípulos, Pedro, Santiago y Juan, los «algunos» que no morirán «sin que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino»[2].

Ven «la gloria de Jesús» (Lc. IX, 32), antes de presenciar sus sufrimientos, pero luego deben guardar silencio y no contar a nadie lo que han visto, pues estamos en el tiempo de los «misterios» del Reino (Lc. IX, 36).

Sin embargo, al día siguiente, cuando el Maestro llevó aparte a sus discípulos y les dijo por segunda vez: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres» (Mt. XVII, 22-23), no lo entendieron mejor que antes. 

«Pero ellos no entendían este lenguaje, y les estaba velado para que no lo comprendiesen» (Lc. IX, 45). 

Sí, «les estaba velado», ¡como para tantos cristianos hoy están «veladas» las profecías de las glorias!

Pero hay un anuncio que conviene subrayar aquí. Cuando, por cuarta vez, Jesús habla a los Doce de su sufrimiento y muerte, añade un detalle muy llamativo: 

«El Hijo del Hombre será entregado a los gentiles». 

Esto es lo que harán los líderes espirituales de Israel. En lugar de llevar el Evangelio a las naciones, y ser el pueblo de sacerdotes que el Señor había querido que fueran, entregarán a su Mesías y a su Rey «a las naciones», a los romanos, para que lo crucifiquen. Para los propios Apóstoles, todo esto es también un lenguaje oculto, cuyo significado no captan, sumamente impresionante y en conmovedora relación con el conjunto de nuestro estudio.