martes, 12 de septiembre de 2023

Algunas notas a Apocalipsis XV, 1

 Capítulo XV 

1. Y vi otro signo en el cielo, grande y sorprendente: ángeles siete teniendo plagas siete, las postreras, porque en ellas se consumó el furor de Dios. 

Concordancias: 

σημεῖον (signo): cfr. Mt. XXIV, 3.24.30; Mc. XIII, 4.22; XXI, 7.11.25; Hech. II, 19; II Tes. II, 9; Apoc. XII, 1.3; XIII, 13-14; XVI, 14; XIX, 20. Ver Apoc. I, 1. 

οὐρανῷ (cielo): cfr. Mt. V, 34; XXIII, 21-22; Hech. VII, 49; Apoc. III, 12; IV, 2; V, 3.13; VIII, 1; X, 1.4-6.8; XI, 12-13.15.19; XII, 1.3.7-8.10.12; XIII, 6; XIV, 2.13.17; XV, 5; XVI, 11.21; XVIII, 1.4-5.20; XIX, 1.14; XX, 1.9.11; XXI, 2.10. 

σημεῖον μέγα (signo grande): cfr. Mt. XXIV, 24; Lc. XXI, 21; Hech. VI, 8; VIII, 13; Apoc. XII, 1; XIII, 13. 

Θαυμαστόν (sorprendente): cfr. Mt. XXI, 42; Mc. XII, 11; Jn. IX, 30; I Ped. II, 9; Apoc. XV, 3. 

Μέγα καὶ θαυμαστόν (grande y sorprendente): cfr. Sal. LXV, 3; CX, 1-4; CXXXVIII, 4; Apoc. XV, 3. 

Ἀγγέλους (ángel): cfr. Mt. XI, 10; Mc. I, 2; Lc. VII, 27 (San Juan Bautista); Lc. VII, 24; IX, 52 (mensajeros); Sant. II, 25 (dos mensajeros de Josué); Apoc. I, 1; V, 2; VII, 2; VIII, 3-5.13; X, 1.5.8-10; XIV, 6.8-9.15.18; XVIII, 1.21; XIX, 17; XXII, 16 (San Gabriel); VIII, 2.6.8.10.12; IX, 1.13-14; X, 7; XI, 15 (7 Arcángeles que tocan las siete trompetas); I, 20; II, 1.8.12.18; III, 1.7.14 (Jerarquía); III, 5; V, 11; VII, 1.2.11; XIV, 10 (ángeles); IX, 11 (ángel del abismo); IX, 14-15 (ángeles malos de la sexta Trompeta); XII, 7 (ángeles de San Miguel); XII, 7.9 (ángeles de Satanás); XIV, 17.19 (un ángel con la hoz afilada); XV, 6-8; XVI, 1; XVII, 1.7; XXI, 9; XXII, 8 (ángeles de las siete Copas); XVI, 5 (ángel de las aguas); XX, 1 (San Miguel); XXI, 12 (12 Apóstoles); XXII, 6 (¿Cristo?). 

πληγὰς (plagas): cfr. Lc. X, 30; XII, 48; Apoc. IX, 18.20; XI, 6; XIII, 3.12.14; XV, 6.8; XVI, 9.21; XVIII, 4.8; XXI, 9; XXII, 18. 

ἐσχάτας (postreras): cfr. Apoc. II, 19; XXI, 9. 

Ἐτελέσθη (se consumó): cfr. Mt. VII, 28; X, 23; XI, 1; XIII 53; XIX, 1; XXVI, 1; Lc. XII, 50; XVIII, 31; XXII, 37; Jn. XIX, 28.30; Hech. XIII, 29; II Tim. IV, 7; Apoc. X, 7; XI, 7; XV, 8; XVII, 17; XX, 3.5.7. 

Θυμὸς (furor): cfr. Apoc. XII, 12; XIV, 8.10.19; XV, 7; XVI, 1.19; XVIII, 3; XIX, 15. 

ὁ θυμὸς τοῦ Θεοῦ (el furor de Dios): cfr. Apoc. XIV, 10.19; XV, 7; XVI, 1. 

 

Notas Lingüísticas: 

Zerwick: “ἄλλο (otro) no se refiere a lo que inmediatamente antecede, cf. XIV, 15”. 

Zerwick: “ἐτελέσθη: es consumado; uso proléptico del aoristo: algo futuro, y certísimo, se muestra como ya sucedido”. 

Allo: “ἐτελέσθη: aoristo equivalente a un perfecto profético, ver X, 7”. 

 

Citas Bíblicas: 

Lev. XXVI, 21: “Y si siguiereis oponiéndoos a Mí y no quisiereis oírme, volveré a castigaros siete veces más a causa de vuestros pecados”. 

 

Comentario: 

Straubinger: “Sorprendente (thaumastón): voz no usada hasta ahora y que se repite en el cántico (v. 3). Vemos en el v. 2 que a esta séptima y última señal ha precedido la manifestación plena del Anticristo (cap. XIII), pues figuran aquí los que escaparon de él. También este cántico llamado del Cordero parece inspirarse en el que entonó Moisés poco antes de morir (Cf. Deut. XXXII) para celebrar las bondades de Dios con Israel. Véase también Num. X, 35 y Sal. LXI, 7. Comp. XIV, 3 y nota”. 

Sales: “Séptimo signo, o sea los siete ángeles que tienen las siete plagas (1-4)”. 

Sales: “Vi otro signo. Al igual que el séptimo sello y la séptima trompeta, así este signo sirve de transición a cuanto el autor está por narrar. 

Sales: Las siete últimas plagas: el nombre de plaga trae a la memoria los flagelos con los que Dios castigó a los egipcios. Estas plagas, pues, se llaman las últimas por oposición a aquellas de las que se habla en los cap. VI, VIII y IX y porque precederán inmediatamente, de hecho, comprenderán la agitación final del mundo con la cual se saciará la ira de Dios. Estos flagelos se refieren además a la séptima trompeta, cuyas amenazas (VIII, 13; XI, 14), que deben conducir al pleno triunfo de Dios (X, 7; XI, 15) están por ser cumplidas ahora enteramente. Los siete signos fueron, pues, una especie de intermezzo entre las trompetas y las copas”. 

Los siete signos a los que alude el autor son: 

1) La Mujer y el Dragón (XII, 1-18). 

2) La Bestia del Mar (XIII, 1-10). 

3) La Bestia de la Tierra (XIII, 11-18). 

4) El Cordero y los Vírgenes (XIV, 1-5). 

5) Los tres Ángeles (XIV, 6-13). 

6) El Hijo del hombre (XIV, 14-20). 

7) Los siete Ángeles que tienen las siete plagas (XV, 1-4). 

Fillion: “Plagas septem: estas plagas son llamadas las últimas, por oposición a las precedentes (cap. VI, VIII y IX) y sobre todo porque en realidad no ha de haber otras después de ellas, puesto que por ellas será consumada la ira divina”. 

Drach: “No es necesario decir que San Juan anticipa aquí lo que dice en los vv. 5 sig. Bien puede ser que haya visto primero los siete ángeles. Luego su atención se haya fijado en el mar transparente y los bienaventurados vencedores de la Bestia. Después de lo cual, en una nueva visión, ve salir del templo siete ángeles y recibir las siete copas, símbolos de los castigos que van a caer sobre la tierra”.

 Ribera: “Por qué son llamadas las postreras lo dice él mismo: porque en ellas se consumó el furor de Dios, es decir, son las últimas plagas de todas, con las cuales serán afligidos los impíos”.