El libro de Josué como imagen
del Apocalipsis
Nota del Blog: Presentamos, levemente modificada para su publicación, el texto de una conferencia. De ahí el tono un tanto diferente al resto de las entradas.
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El libro de Josué puede dividirse fácilmente en tres partes:
a) Preparativos: capítulos 1 a 5.
b) Batallas: capítulos 6 a 12
c) Distribución de la tierra conquistada: capítulos 13 a 24.
a) Preparativos: I-V
Capitulo I
Josué
Lo primero que salta a
la vista en la vida de Josué es que no se llamaba Josué, sino Oseas,
hijo de Nun.
Y uno podría
preguntarse ¿y qué importancia tiene que Josué se haya llamado de otra manera
antes?
La importancia para
este estudio es doble:
a) Primero, el hecho de cambiarle el nombre: esto que para nosotros parece sin importancia, no lo era para los antiguos, y menos para los judíos, que veían en el nombre sea la substancia de la cosa, sea, en el caso de los seres inteligentes, alguna misión o característica muy importante.
Tenemos en la Biblia varios ej.
Gen. XVII, 3-6: “Dios siguió diciéndole: “En cuanto a Mí, he aquí mi pacto contigo: tú serás padre de una multitud de pueblos; y no te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abrahán, porque te he puesto por padre de muchos pueblos. Te haré crecer sobremanera, y te haré padre de pueblos, y reyes saldrán de ti.”
Con lo cual, tenemos:
Abram: Padre excelso
Abraham: Padre excelso de la
muchedumbre.
Y en el N.T. vemos el conocido caso de San Pedro:
Mt.
XVI, 17-18: “Entonces Jesús le dijo: “Bienaventurado
eres, Simón Bar-Yoná, porque carne y sangre no te lo reveló, sino mi Padre
celestial. Y Yo, te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi
Iglesia, y las puertas del hades no prevalecerán contra ella…”.
Pedro = Piedra, porque iba a ser la piedra fundamental sobre la que iba a construir el edificio de la Iglesia.
De aquí, pues, la
importancia del cambio de nombre. Pero la razón más importante es la segunda.
b) El nombre que recibe Oseas.
Todos los Padres y comentadores están concordes en afirmar que Josué es el
mismo nombre que Jesús, que no es más que su abreviación.
Esto, que puede
parecer raro, se entiende fácil si se recuerda que el hebreo de la Biblia no
tiene vocales sino consonantes; pero hay otra razón de mayor peso aún para
probar que el nombre es el mismo.
San Esteban, en su discurso ante el sanedrín, en el cap. VII de los Hechos de los Apóstoles, que luego iba a terminar con su lapidación, después de dar un repaso de la historia de Israel, al momento de llegar a Josué, dice que el que tomó posesión de la tierra fue “Jesús”, y la verdad que, si uno lee el discurso sin estar sobre aviso, como que no entiende nada.
Hech. VII, 44-45: “Nuestros padres tenían en el desierto el tabernáculo del testimonio, conforme a la orden de Aquel que a Moisés mandó hacerlo según el modelo que había visto. Recibiéronlo nuestros padres y lo introdujeron también con Jesús cuando tomaron posesión de las naciones que Dios expulsaba delante de nuestros padres, hasta los días de David”.
Es decir, es como si
Dios nos advirtiera: atención que no es simplemente Josué el hijo de Nun el que
va a conquistar la tierra prometida en herencia, sino Jesús el Hijo de Dios.
Hay otro Jesús detrás de Josué.
Los Padres han escrito hermosos pasajes sobre este tema:
San Justino: “En el libro del Éxodo, Dios, por boca de Moisés, ha declarado misteriosamente que Jesús era nombre de Dios; nombre que dice no haber revelado ni a Abrahán, ni a Jacob; y nosotros así lo hemos entendido: Dice así: El Señor dijo a Moisés: “Di a ese pueblo: He aquí que Yo envío a mi ángel delante de ti para introducirte en la tierra que Yo te he preparado; mi nombre está sobre él” (Ex. XX, 22; XXIII, 20). Y decidme, ¿quién fue el que introdujo a vuestros padres en su país? Entended de una vez que fue el llamado con el nombre Jesús, el que antes se decía Oseas. Cuando esto entendáis, reconoceréis que el nombre de quien se dijo a Moisés: Mi nombre está sobre él, era Jesús" (LXXV, 1-2).”
Orígenes: “Este libro narra no tanto las acciones de Jesús, hijo de Nun, cuanto describe los misterios de Jesús, mi Salvador.”
Es importante que
entendamos cómo funciona la mente de Dios, por decirlo de alguna manera. Cómo
nos enseña Dios.
Dios quiere que veamos
en Josué que conquista la tierra prometida a otro Jesús que va a conquistar el mundo; Dios quiere que pasemos de
la letra de Josué a la tipología de Jesús.
En definitiva, el
capítulo 1 narra la aparición de Dios a Josué donde lo inviste como sucesor de
Moisés.