1. Y el quinto ángel
trompeteó y vi una estrella del cielo caída a la tierra y se le dio la llave
del pozo del abismo.
Notas Lingüísticas:
Zerwick: "αὐτῷ (le): (en masculino), esto es a la estrella (que
parecería ser un espíritu)".
Zerwick: “πεπτωκότα: participio perfecto (muestra una acción como pretérita,
pero de tal forma que dura hasta el presente) de πίπτω caer: la
estrella que había caído”.
Allo: "πεπτωκότα (había caído) la
estrella ya había caído cuando la vio, uso exacto del perfecto".
Allo: “ἀβύσσου
(LXX, passim), profundidades del mar, luego de la tierra, luego del
Shéol, en fin, habitación de los demonios, condenados, plagas, monstruos”.
Zorell (Gr.): ἀβύσσος:
“1) Aguas profundas, piélago,
océano (Gen. I, 2; Deut. XXXIII, 13, Sal. CXLVIII, 7, etc.).
2) Los lugares más profundos de la
tierra. En el NT equivale prácticamente al infierno, el orco, Rom. X, 7
(opuesto al cielo); lugar asignado para los demonios y condenados; Lc. VIII,
31; Apoc. IX, 1 s. 11; XI, 7; XVII, 8; XX, 1.3”.
Creemos que XI, 7 y XVII, 8 no se refiere al infierno sino a
la primera acepción. La Bestia del Mar surge de lo profundo del mar. En XI,
7, XIII, 1 y XVII, 8
parece que el término es usado como sinónimo: “y del mar vi subir una
Bestia”, “la Bestia que sube del abismo”, etc.
Zorell (Heb.): תְהֽוֹם
1) Llanura primordial de las
aguas, por medio de la cual estaba cubierta la tierra al principio, Gen. I,
2; Sal. CIV, 6; Prov. VIII, 27 s.
2) Luego:
a) El
océano como subterráneo, del cual surgen las fuentes, las inundaciones etc
y se riega y fecunda la tierra: Gen. VII, 11; VIII, 2; XLIX, 25; Deut. XXXIII,
13; Ez. XXXI, 4.15; Am. VII, 4.
b) El
mar: Is. LI, 10; Ez. XXVI, 19; Jon. II, 6; Hab. III,
10; Job. XXVIII, 14; XXXVIII, 16; XLI, 24.
c) En el continente: lago (Job XXXVIII, 30); torrente, río (Deut. VIII, 7; Sal. XLII,
8; CXXXV, 6).”
Parecería que en XI, 7 y XVII, 8 el término “abismo” es usado
en el segundo significado: mar.
Comentario:
Straubinger: “Aunque
hay otras opiniones sobre ángeles buenos, parece claro que esta estrella es la
que cayó en la tercera trompeta (VIII, 10 y nota). Aquí Satanás se pone en
campaña abriendo el pozo del abismo, lo cual parece ser lo mismo que
desencadenar a los demonios. cfr. Luc. VIII, 31. En XX, 11 lo veremos a él
encerrado en ese abismo”.
Nos
parece muy plausible la identificación de este ángel con el de la tercera trompeta,
pero no que sea Satanás, ya que en VIII,
11 se le llama “Ajenjo”, y
todo ángel toma su nombre de su misión y este tiene por fin “amargar”
(envenenar) las aguas dulces. La misión de Satanás es la de acusar.
Parecería
que el abismo es un lugar especial del infierno (tomado en sentido amplio). En Lc. VIII, 31 los demonios le piden a Cristo no ser enviados allá; aquí el ángel abre el
pozo del abismo y salen muchos ángeles caídos liderados por su rey: Abaddón y finalmente en el cap. XX veremos a Satanás encadenado allí por
los mil años.
Wouters: "Por esta estrella los intérpretes entienden
comúnmente un ángel, para algunos bueno, para otros malo. Los que dicen que es
bueno se basan en el hecho de que Juan en XX, 1 verá un ángel bueno
descendiendo del cielo con la llave del pozo del abismo. Pero como se dice que
este ángel había caído y que había descendido del cielo, se coligue más bien la
diferencia entre ambos; los ángeles malos caen, mientras que los buenos
descienden del cielo, y por lo tanto por esta estrella parecería entenderse
un ángel malo".
Wikenhauser: “Estos
seres suben del abismo, el lugar donde anidan los espíritus malignos, que se
encuentran a grandes profundidades debajo de la superficie de la tierra y con
la cual está unido por un “pozo”, es decir por una especie de socavón; está
lleno de fuego y de ordinario permanece cerrado. La estrella que lo abre es
ciertamente un ángel (cf. XX, 1-3). Este ángel es enviado por
Dios desde lo alto del cielo para que cumpla uno de los juicios divinos contra
la humanidad incrédula. Dios se sirve también de las potencias diabólicas
para hacer ejecutar sus juicios vengadores”.
Nos parece, como ya lo dijimos, que se trata de un
ángel caído. De hecho, la traducción no deja lugar a dudas.
Charles: "Las últimas tres Trompetas
son los tres Ay anunciados por el águila en VIII, 13, y tratan sobre las
plagas demoníacas y satánicas, contras las cuales son sellados los fieles en
VII, 4-8".
Iglesias: “El abismo infernal: el “abismo” de Lc. VIII, 31, traducido así en Apoc. (v. 11; XI, 7;
XVII, 8; XX, 1.3) para distinguirlo del lugar de los muertos (cfr. I ,17-18),
es la prisión de los ángeles caídos, hasta que pasen al infierno propiamente
dicho, el definitivo, llamado “lago de fuego” en XIX, 20 y otros pasajes”.
Nota: La
estrella de la tercera trompeta había caído sobre los ríos y las fuentes de
agua, mientras que de ésta se dice que había caído sobre la tierra. Parecen,
pues, ser distintos ángeles caídos.
Tal vez podría responderse diciendo que los ríos y
fuentes de aguas están en "la tierra", es decir, en Babilonia.
No parece ser la caída de Satanás de XII, 9, porque si bien dice "ay
de la tierra" agrega "y el mar" y además porque Satanás no cae
solo sino con otros ángeles y además porque lo que hace el demonio es llamar a
las dos Bestias y no abrir el pozo del abismo.