viernes, 30 de julio de 2021

Algunas notas a Apocalipsis XII, 17-18

   17. Y se airó el Dragón contra la Mujer y se fue a hacer guerra contra los restos de su simiente, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús. 

Concordancias: 

ὠργίσθη (airó): cfr. Mt. V, 22; XVIII, 34; XXII, 7; Lc. XIV, 21; XV, 28; Ef. IV, 26; Apoc. XI, 18. 

δράκων (Dragón): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. XII, 3-4.7.9.13.16; XIII, 2.4.11; XVI, 13; XX, 2. 

γυναικί (mujer): cfr. Is. LIV, 6; Jer. III, 6-10; Ez. XVI, 8; Os. II, 19-20; Apoc. II, 20; IX, 8; XII, 1.4.6.14-16; XIV, 4; XVII, 3.4.6-7.9.18; XIX, 7; XXI, 9. 

πόλεμον (guerra): cfr. Mt. XXIV, 6; Mc. XIII, 7; Lc. XIV, 31; I Cor. XIV, 8; Apoc. IX, 7.9; XI, 7; XII, 7; XIII, 7; XVI, 14; XIX, 19; XX, 8. Ver Lc. XXI, 9. Ver Apoc. II, 16; XII, 7; XIII, 4; XVII, 14; XIX, 11. 

λοιποὶ (restantes): cfr. Apoc. II, 24; III, 2; VIII, 13; IX, 20; XI, 13; XIX, 21; XX, 5. 

Σπέρματος (simiente): Hapax en el Apoc. cfr. Mt. XIII, 24.27.37-38; Mc. IV, 31; Lc. I, 55; Jn. VII, 42; VIII, 33.37; Hech. III, 25; VII, 5-6; XIII, 23; Rom. I, 3; IV, 13.16.18; Rom. IX, 7-8.29; XI, 1; II Cor. XI, 22; Gal. III, 16.19.29; II Tim. II, 8; Heb. II, 16; XI, 11.18; I Jn. III, 9. 

τηρούντων (guardan): cfr. Mt. XIX, 17; Jn. VIII, 51; XIV, 15.21.23-24; XV, 10.20; XVII, 6.11-12.15; I Tim. VI, 14; II Tim. IV, 7; I Jn. II, 3-5; III, 22.24; V, 3.18; Jud. I, 21; Apoc. I, 3; II, 26; III, 3.8.10; XIV, 12; XVI, 15; XXII, 7.9. 

ἐντολὰς (mandamientos): cfr. Mt. V, 19 (Temerosos: Pequeños y Grandes); XIX, 17; XXII, 36.38.40; Mc. XII, 28.31; Jn. XIII, 34; XIV, 15.21; XV, 10.12; I Jn. II, 3.4.7-8; III, 22-24; IV, 24; V, 2-3; II Jn. I, 4-6; Apoc. XIV, 12. 

τῶν τηρούντων τὰς ἐντολὰς (guardan los mandamientos): cfr. Mt. XIX, 17; Jn. XIV, 15.21; XV, 10; I Tim. VI, 14; I Jn. II, 3-4; III, 22.24; V, 3; Apoc. XIV, 12. 

Τὴν μαρτυρίαν (el testimonio): cfr. Apoc. I, 9 (San Juan); VI, 9 (Mártires del quinto Sello); XI, 7 (2 Testigos); XII, 11 (Mujer que huye al desierto); XIX, 10; XX, 4 (Mártires del Anticristo). Ver μάρτυς (Testigo) en el Apocalipsis siempre se refiere a personas individuales, Apoc. I, 2.5; II, 13; III, 14; XI, 3; XVII, 16 y Ἐμαρτύρησεν (testificó): Apoc. XXII, 17-18.20. Ver Mt. X, 18; XXIV, 14; Mc. VI, 11; XIII, 9; Lc. IX, 5; XXI, 13; Hech. IV, 33; VII, 44; I Cor. I, 6; II Tes. I, 10; I Tim. II, 6; II Tim. I, 8; Heb. III, 5; Apoc. XV, 5. 

Τὴν μαρτυρίαν Ἰησοῦ (el testimonio de Jesús): cfr. Apoc. I, 2; XIX, 10; XX, 4 (Mártires del Anticristo); I, 9 (San Juan). Ver Apoc. VI, 9 (Mártires del quinto Sello); XI, 7 (dos Testigos); XII, 11 (Mujer que huye al desierto). Ver Mt. X, 18; XXIV, 14; Mc. VI, 11; XIII, 9; Lc. IX, 5; XXI, 13; Hech. IV, 33; VII, 44; I Cor. I, 6; II Tes. I, 10; I Tim. II, 6; II Tim. I, 8; Heb. III, 5; Apoc. XV, 5. 

 

Comentario: 

martes, 27 de julio de 2021

El Juicio de las Ovejas y los Cabritos en Mt. XXV (IV de IV)

    Pero esto no es todo. Vayamos al texto del Apocalipsis y veremos una relación muy interesante con el pasaje de Mt. XXV. 

Al describir la gran muchedumbre de entre todas las naciones que ha sufrido el martirio a manos del Anticristo, uno de los Ancianos le dice (VII, 15-17): 

A causa de esto, están ante el trono de Dios y le sirven día y noche en su santuario y el sentado sobre el trono tenderá su tabernáculo sobre ellos. No tendrán hambre ya, ni tendrán sed ya ni caerá sobre ellos el sol ni ardor alguno. Porque el Cordero, el (que está) en medio del trono los apacentará y los guiará a fuentes de aguas vivas y borrará Dios toda lágrima de sus ojos”. 

Si ya no sufren todos esos males, quiere decir que alguna vez los sufrieron, y como estos mártires son los que se negaron a colocarse la marca del número de la Bestia (XV, 2), entonces podemos apreciar sin mayores dificultades sus privaciones de toda clase, enumeradas aquí.

 Pero no hace falta demasiada perspicacia para darse cuenta que esta enumeración coincide exactamente con la que leemos en San Mateo. Coloquemos una vez más los textos. 

Mt. XXV: 

31. “Pero cuando venga el Hijo de Hombre en su gloria y todos los ángeles con Él, entonces se sentará sobre su trono de gloria,

32. y se congregarán delante de Él todas las naciones y los (a los hombres) separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos.

33. Y estará de pie: las ovejas a su derecha; los cabritos, a la izquierda.

34. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: “Venid, los benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde (la) fundación del mundo.

35. En efecto, tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; forastero era y me congregasteis;

36. desnudo y me vestisteis; enfermé y me visitasteis; en prisión estuve y vinisteis a mí”.

sábado, 24 de julio de 2021

Algunas notas a Apocalipsis XII, 15-16

   15. Y arrojó la serpiente de su boca, detrás de la Mujer, agua como un río, para hacerla arrastrar por el río. 

Concordancias: 

ὄφις (sepriente): cfr. Mt. VII, 10; X, 16; XXIII, 33; Mc. XVI, 18; Lc. X, 19; XI, 11; Jn. III, 14; I Cor. X, 9; II Cor. XI, 3; Apoc. IX, 19; XII, 9.14; XX,2. 

Στόματος (bocas): cfr. Mt. IV, 4; XV, 11.17-18; II Tes. II, 8; Apoc. I, 16; II, 16; III, 16; XIX, 15.21 (Verbo); IX, 17-19 (sexta Trompeta); XI, 5 (dos Testigos); XII, 16 (serpiente); XII, 16 (tierra - suelo); XIII, 2.5-6 (Bestia); XIV, 5 (144.000 sellados); XVI, 13 (Dragón - Bestia del Mar – Falso Profeta). 

γυναικὸς (mujer): cfr. Is. LIV, 6; Jer. III, 6-10; Ez. XVI, 8; Os. II, 19-20; Apoc. II, 20; IX, 8; XII, 1.4.6.13-14.17; XIV, 4; XVII, 3.4.6-7.9.18; XIX, 7; XXI, 9. 

ὕδωρ (agua): cfr. Apoc. I, 15; VII, 17; VIII, 10-11; XI, 6; XIV, 2.7; XVI, 4-5.12; XVII, 1.15; XIX, 6; XXI, 6; XXII, 1.17. 

ποταμόν (río): cfr. Mt. VII, 25.27Lc. VI, 48-49; Apoc. VIII, 10; IX, 14; XII, 16; XVI, 4.12; XXII, 1-2. 

 

Notas Lingüísticas: 

Ὡς ποταμόν (como un río): es decir no se trata de un río propiamente dicho, sino que el término es usado metafóricamente. 

 

Comentario: 

miércoles, 21 de julio de 2021

El Juicio de las Ovejas y los Cabritos en Mt. XXV (III de IV)

  Además, Nuestro Señor nos da en el mismísimo Discurso escatológico el orden de los acontecimientos, lo cual nos confirma en nuestra opinión. 

Veamos el texto de Mt. XXIV: 

1. Y saliendo Jesús del Templo, se iba y vinieron sus discípulos a mostrarle los edificios del Templo.

2. Y Él respondiendo les dijo: "¿No veis todo esto? En verdad, os digo, no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada".

3. Y estando sentado Él en el Monte de los Olivos, vinieron a Él los discípulos en privado, diciendo: "Dinos ¿cuándo será esto y cuál la señal de tu parusía y consumación del siglo?”.

4. Y respondiendo Jesús les dijo: "Ved que nadie os engañe.

5. Muchos, en efecto, vendrán en mi nombre, diciendo: "Yo soy el Cristo", y a muchos engañarán (primer Sello del Apoc.).

6. Y habéis de oír guerras y oídas de guerras. ¡Ved que no os turbéis! En efecto, debe suceder, pero no es todavía el fin.

7. Se levantará, en efecto, nación contra nación y reino contra reino (segundo Sello del Apoc.) y habrá hambres (tercer Sello del Apoc.) y pestes (cuarto Sello del Apoc.) y terremotos en diversos lugares.

8. Pero todo esto es (sólo) (el) principio de los dolores (de parto).”

9. "Entonces os entregarán a tribulación y os matarán y seréis odiados por todas las naciones a causa de mi nombre.

10. Y entonces se escandalizarán muchos, y unos a otros se entregarán y se odiarán unos a otros (quinto Sello del Apoc.).

11. Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos.

12. Y por multiplicarse la iniquidad, se enfriará la caridad de los muchos.

13. Pero el perseverante hasta el fin, éste será salvo.

14. Y será proclamado este Evangelio del Reino en todo el mundo habitado, en testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin.

15. "Cuando, pues, viereis “la abominación de la desolación”, de la que habló Daniel, el profeta, estando de pie en lugar santo -el que lee, entienda-, (Aparición del Anticristo)

domingo, 18 de julio de 2021

Vida de Santa Rosa de Lima, por Leopoldo Marechal (Reseña)

 Vida de Santa Rosa de Lima, por Leopoldo Marechal (Reseña)



Leopoldo Marechal: Vida de Santa Rosa de Lima, 142 pág. Athanasius Editor – Alfa Ediciones. Villa Allende, Córdoba (Arg.), 2021. 

Contacto: Tel. 3516576114. Email: librerialectio@gmail.com 

Después de muchos años vuelve a imprimirse esta hermosa obrita de uno de los más grandes escritores y poetas que diera nuestra patria. Su interés por la hagiografía ya nos era conocida, tal como reseñamos algún tiempo atrás la traducción que hiciera sobre la vida de aquel santo tan especial llamado Benito José Labre (ver AQUI). Pero en esta ocasión Leopoldo Marechal no es ya el traductor sino el autor. 

La obrita se lee sin ningún problema de un solo tirón, tan agradable es la prosa del inmortal autor del Adán Buenosayres que va recorriendo los diversos acontecimientos de la Santa, sin omitir en absoluto las tremendas penitencias a las que se sometió. Virtud ésta tan olvidada en nuestros días. 

Como apéndice, se agrega un pequeño extracto de uno de los principales biógrafos de la Santa, el P. Hansen, así como también algunos párrafos de la Bula de Canonización del Papa Clemente X, para cerrar con una hermosa cantilena a Santa Rosa escrita por el mismísimo Leopoldo Marechal a la que se le adjunta, en forma inédita, el borrador del mismo, tanto a máquina como a mano. 

La edición, como ya es costumbre, es impecable desde todo punto de vista.


jueves, 15 de julio de 2021

El Juicio de las Ovejas y los Cabritos en Mt. XXV (II de IV)

    II.- Texto. - 

Nunca está de más dar el texto completo. 

31. “Pero cuando venga el Hijo de Hombre en su gloria y todos los ángeles con Él, entonces se sentará sobre su trono de gloria,

32. y se congregarán delante de Él todas las naciones y los (a los hombres) separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos.

33. Y estará de pie: las ovejas a su derecha; los cabritos, a la izquierda.

34. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: “Venid, los benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde (la) fundación del mundo.

35. En efecto, tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; forastero era y me congregasteis;

36. desnudo y me vestisteis; enfermé y me visitasteis; en prisión estuve y vinisteis a mí”.

37. Entonces le responderán los justos, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y sustentamos o sediento y dimos de beber?

38. ¿Cuándo te vimos forastero y congregamos o desnudo y vestimos?

39. ¿Cuándo te vimos enfermo o en prisión y vinimos a tí?”.

40. Y respondiendo el Rey les dirá: “En verdad, os digo: en cuanto hicisteis a uno de éstos, de mis hermanos, los más pequeños, a Mí hicisteis”.

41. Entonces dirá también a los de la izquierda: “Alejaos de Mí, malditos, al fuego, al eterno, el preparado para el diablo y sus ángeles.

42. En efecto, tuve hambre y no me disteis de comer; tuve sed y no me disteis de beber;

43. forastero era y no me congregasteis; desnudo y no me vestisteis; enfermo y en prisión y no vinisteis a mí”.

44. Entonces responderán también ellos, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en prisión y no te servimos?”.

45. Entonces les responderá diciendo: “En verdad, os digo: en cuanto no hicisteis a uno de éstos, de los más pequeños, tampoco a Mí hicisteis”.

46. E irán éstos al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna”. 

Creemos que ya el mero análisis del v. 31 nos muestra con meridiana claridad que estamos en presencia de la segunda Venida. 

a) Cuando venga el Hijo de Hombre”: San Mateo, y en el mismísimo capítulo XXIV en varias oportunidades, nos habla en estos términos y siempre con el mismo sentido: 

lunes, 12 de julio de 2021

Algunas notas a Apocalipsis XII, 13-14

    13. Y cuando vio el Dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la Mujer, la cual dio a luz al varón. 

Concordancias: 

δράκων (Dragón): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. XII, 3-4.7.9.16-17; XIII, 2.4.11; XVI, 13; XX, 2. 

ἐβλήθη (había sido arrojado): cfr. Apoc. II, 10.14.22.24; IV, 10; VI, 13; VIII, 5.7-8; XII, 4.9-10.15-16; XIV, 16.19; XVIII, 19.21; XIX, 20; XX, 3.10.14-15. 

ἐδίωξεν (persiguió): cfr. Hapax en el Apoc. Ver Mt. V, 10-12.44; X, 23; XXIII, 34; Lc. XXI, 12; Jn. V, 16; XV, 20; Hech. VII, 52; IX, 4-5; XXII, 4.7-8; XXVI, 11.14-15; Rom. XII, 14; I Cor. IV, 12; XV, 9; II Cor. IV, 9; Gal. I, 13.23; IV, 29; V, 11; VI, 12; Fil. III, 6; II Tim. III, 12. 

γυναικὸς (mujer): cfr. Is. LIV, 6; Jer. III, 6-10; Ez. XVI, 8; Os. II, 19-20; Apoc. II, 20; IX, 8; XII, 1.4.6.14-17; XIV, 4; XVII, 3.4.6-7.9.18; XIX, 7; XXI, 9. 

ἔτεκεν (dio a luz): cfr. Mt. I, 21.23.25; II, 2; Lc. I, 31.57; II, 6-7.11; Jn. XVI, 21; Gal. IV, 27; Apoc. XII, 2.4-5. 

ἄρσενα (varón): cfr. Apoc. XII, 5.

  

Comentario: 

El Dragón es arrojado a la tierra (Babilonia) y es por eso que puede perseguir a la Mujer que se encuentra allí. 

Straubinger: “No se trata de una segunda huída de la mujer al desierto. Los vv. 13 y 14 vuelven a tomar el v. 6 y lo desarrollan (Buzy)”. 

 

14. Y diéronse a la Mujer las dos alas del águila, la grande, para que volara al desierto, a su lugar, donde es alimentada allí tiempo y (dos) tiempos y medio tiempo, del rostro de la serpiente. 

viernes, 9 de julio de 2021

El Juicio de las Ovejas y los Cabritos en Mt. XXV (I de IV)

 

El Juicio de las Ovejas y los Cabritos en Mt. XXV 

Nota del Blog: Sirvan estas páginas como una retractatio por lo que escribimos en su momento AQUI. 


 *** 

La hermosa escena que cierra el capítulo XXV de San Mateo ha sido interpretada las más de las veces como si estuviéramos en presencia del Juicio Final en el cual todos los hombres han de ser juzgados al mismo tiempo y recibirán, en cuerpo y alma, el premio o castigo eternos conforme a sus obras. Lógica exégesis, sin dudas, en todos cuantos no ven un tiempo en la tierra más allá de la segunda Venida de Nuestro Señor. 

Straubinger, por su parte, ve aquí el Juicio de las Naciones y remite a Joel III y Zac. XIV y, a decir verdad, el v. 32 de Mt. parecería darle la razón. 

¿Se nos permitirá disentir con tantos autores y no ver en ese suceso ni un juicio a todas las personas individuales ni tampoco a las naciones? 

¿Pues a quién si no?, se preguntará el lector, pues parecería que tertium non datur. Pues, para decirlo sin mayores preámbulos, creemos que se trata un juicio a la Iglesia o, si se quiere, a los miembros de la Iglesia. Creemos que tanto el texto como el contexto nos llevan por esta senda. 

Veamos. 

I. Contexto. - 

Sabido es que San Mateo escribió su Evangelio agrupándolo por temas, es decir, siguió el orden más bien lógico que el cronológico, con lo cual vemos que reunió las diversas perícopas según la afinidad de materia. Citemos un autor entre tantos: 

“Los discursos en el primer evangelio: Hemos subrayado los cinco más notables, que forman el núcleo principal del evangelio. Todos ellos giran en torno a un mismo tema: el reino de los cielos. La frase con que pone fin a todos ellos: Cuando Jesús hubo terminado estos discursos o equivalente (VII,28; XI, 1; XIII, 53; XIX, 1; XXVI, 1), es indicio manifiesto del artificio literario con que San Mateo los ha dispuesto. Las secciones narrativas que los separan están escogidas intencionadamente para ilustrar las enseñanzas de Cristo o preparar el ánimo de los lectores. Por lo demás, el análisis y comentario mismo del texto hará ver al lector la marcha siempre progresiva que el evangelista sigue: el pregón inaugural del reino de los cielos; su extensión por medio de la predicación de los apóstoles; su naturaleza humilde, desconcertante para los judíos; su constitución, jerarquizada ya de alguna manera en un pequeño grupo de fieles, primer núcleo de la futura Iglesia y, por fin, su crisis dentro del judaísmo y su propagación por el mundo con la admisión en su seno de los pueblos gentiles. 

Esta misma sistematización de todo el material evangélico explica el que San Mateo no siga un orden estrictamente cronológico en la exposición de los hechos de la vida de Cristo, como se deduce principalmente de su comparación con el evangelio de San Marcos. Las secciones narrativas están subordinadas a los discursos y coordinadas en un orden más bien lógico que cronológico. Con todo, no se puede negar que la disposición general del evangelio obedece a un orden cronológico de conjunto”[1]. 

martes, 6 de julio de 2021

Algunas notas a Apocalipsis XII, 11-12

    11. Y ellos lo vencieron a causa de la sangre del Cordero y a causa de la palabra de su testimonio; y no amaron sus almas hasta la muerte”. 

Concordancias: 

ἐνίκησαν (vencieron): cfr. Apoc. II, 7.11.17.26; III, 5.12.21; V, 5; VI, 2; XI, 7; XIII, 7; XV, 2; XVII, 14; XXI, 7. 

Αἵμα (sangre): cfr. Apoc. I, 5; V, 9; VI, 10.12; VII, 14; VIII, 7-8; XI, 6; XIV, 20; XVI, 3-4.6; XVII, 6; XVIII, 24; XIX, 2.13. 

ἀρνίου (Cordero): cfr. Jn. XXI, 15; Apoc. V, 6.8.12-13; VI, 1.16; VII, 9-10.14.17; XIII, 8.11; XIV, 1.4.10; XV, 3; XVII 14; XIX, 7.9; XXI, 9.14.22-23.27; XXII, 1.3. 

Λόγον (palabra): cfr. Mt. VII, 24.26; X, 14; XIII, 19-23; Mc. II, 2; IV, 14-20.33; VIII, 38; XVI, 20; Lc. VI, 47; V, 1; VIII, 11-13.15.21; IX, 26; XI, 28; Jn. V, 24.38; VIII, 31.37.43.51-52.55; XII, 48; XIV, 23-24; XV, 3.20; XVII, 6.14.17.20; Hech. II, 41; IV, 4.29.31; VI, 2; VIII, 4.14.25.36; XI, 1.19; XIII, 5.7.44.46.48; XIV, 25; XV, 7.35-36; XVI, 6.32; XVII, 11; XVIII, 11; XIX, 10; XX, 32; Fil. I, 14; II, 16; Col. I, 5.25; IV, 3; I Tes. I, 6; II, 13; II Tim. II, 11.15; IV, 2; Tito I, 3; Heb. II, 2; IV, 2; XIII, 7; Sant. I, 18.21-23; I Ped. II, 8; II Ped. I, 19; I Jn. I, 10; II, 5.7.14; Apoc. I, 2-3.9; III, 8.10; VI, 9; XVII, 17; XIX, 9.13; XX, 4; XXI, 5; XXII, 6-7.9-10.18-19. 

μαρτυρίαν (testimonio): cfr. Apoc. I, 2; XII, 17; XIX, 10; XX, 4 (Mártires del Anticristo); I, 9 (San Juan); VI, 9 (Mártires del quinto Sello); XI, 7 (2 Testigos). Ver μάρτυς (Testigo) en el Apocalipsis siempre se refiere a personas individuales, Apoc. I, 2.5; II, 13; III, 14; XI, 3; XVII, 16 y Ἐμαρτύρησεν (testificó): Apoc. XXII, 17-18.20. Ver Mt. X, 18; XXIV, 14; Mc. VI, 11; XIII, 9; Lc. IX, 5; XXI, 13; Hech. IV, 33; VII, 44; I Cor. I, 6; II Tes. I, 10; I Tim. II, 6; II Tim. I, 8; Heb. III, 5; Apoc. XV, 5. 

Ἀἠγάπησαν (amaron): cfr. Apoc. I, 5; III, 9. Ver. Apoc. XX, 9. 

ψυχὴν (alma): cfr. Apoc. VI, 9; VIII, 9; XVI, 3; XVIII, 13-14; XX, 4. 

θανάτου (muerte): cfr. Apoc. I, 18; IX, 6 (?); XX, 13.14 (muerte y hades); II, 11; XX, 6; XXI, 8 (segunda muerte); II, 23; VI, 8; XVIII, 8 (?) (peste); II, 10; XIII, 3.12; XXI, 4 (muerte). 

Καὶ οὐκ ἠγάπησαν τὴν ψυχὴν αὐτῶν ἄχρι θανάτου: en el sentido de “y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Cfr. Lc. XIV, 26 y Jn. XII, 25. 

 

Notas Lingüísticas: 

Notar el énfasis de αὐτοὶ: ellos. Es la Mujer la que vence al Dragón. 

Zerwick: “διὰ con acusativo: a causa, sobre una causa remota”. 

Zerwick: “λόγον τῆς μαρτυρίας: palabra del testimonio (que dieron por Cristo)”. 

Zerwick: “ψυχὴν: en hebreo vida”. 

Allo: “Si hay que leer αὐτῶν (su testimonio), como así parece, nos llevaría a creer que, en la expresión “la sangre de Jesús”, Jesús es un genitivo de objeto (ver supra en I, 9). Cfr. I, 2.9; VI, 9; XI, 7; XII, 17; XIX, 10; XX, 4”. 

 

Comentario: