Explicación esquemática del Apocalipsis, por Ramos García
Nota del Blog: Sobre la vida y obra de este interesantísimo sacerdote puede consultarse lo que ya habíamos publicado AQUI y AQUI.
El verdadero título de esta pequeña pero substanciosa obra es, en realidad, “Apocalypsis schematica explanatio ex profesoris praelectionibus excerpta, a Rev. Roberto Alford, sac. Australiano. Romae 1938 (ad ususm privatum), pag. 73” y trata sobre las notas de las clases que dio el P. Ramos García como profesor explicando el Apocalipsis a sus alumnos de la Propaganda Fide, las cuales fueron tomadas por su alumno Roberto Alford, un sacerdote australiano.
Indica Ramos García en el prefacio que se trata del curso que dio en el año 1935-1936.
Como no puede ser de otra manera al tratarse de apuntes tomados en clase, en líneas generales tenemos resumidas en pocas palabras el pensamiento del autor en cada versículo o sección, con lo cual no siempre es fácil seguir el hilo.
Ya en el prefacio nos da su visión general del Apocalipsis:
“Para entender más fácilmente nuestra explicación, ayudará saber que, en lo que atañe al orden de los novísimos, hemos seguido el esquema de los milenistas (Justino, Ireneo, Tertuliano, y otros), según el cual se distinguen dos Juicios escatológicos, uno Universal o de vivos y el otro Final o de muertos; y de la misma manera, dos resurrecciones de muertos, la primera de los santos antes del Juicio Universal, y la otra de los buenos y malos para el Juicio Final; entre ambos transcurre el reino de los mil años (Apoc. XX) el cual, quienes quitan de en medio o lo colocan en otro lugar, consecuentemente confunden erróneamente ambos Juicios en uno solo. En efecto, el Señor “vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos”, pero sin embargo vendrá una sola vez, puesto que los Juicios Universal y Final no son más que dos actos diversos de una misma venida.
Sobre todo, en lo que respecta al orden de la existencia futura del reino pacífico, seguimos a los Padres milenistas; no en cuanto a la naturaleza de ese reino, no muy bien definida, en la cual ya no sostenemos la presencia visible de Cristo y de los santos, la cual con toda razón fueron reacios en admitir los Padres posteriores y los teólogos. Por lo tanto, decimos que el Señor estará visible en el juicio, pero invisible en el reino”.
Con respecto al valor de la doctrina milenaria de los Padres, que nunca fue ni aprobada ni reprobada por la Iglesia, la cual debe ser cuidadosamente distinguida de los errores de los milenarios herejes (…) Puesto que sobre la naturaleza del reino diferimos no poco de esa doctrina, no sin injuria se nos llamaría Milenaristas, los cuales serían mejor llamados Milenistas. Milenistas somos quienes defendemos la existencia futura del reino pacífico, sea lo que sea sobre su naturaleza, sobre la cual puede haber diversidad de opiniones, entre las que está la milenaria”.