11. Y se les dio a cada uno una túnica blanca y se les dijo que descansen
todavía poco tiempo hasta que se completen sus consiervos y sus hermanos, los
que van a ser matados como ellos también.
Concordancias:
ἀποκτέννεσθαι (matados):
cfr. Mt. X, 28; XXII, 6; XXIII, 34.37; XXIV, 9; Lc. XI, 49; XII, 4-5;
XIII, 34; Jn. XVI, 2; Apoc. II, 13; XI, 7; XIII, 15. Ver Apoc.
II, 23; VI, 8; IX, 5.15.18.20; XI, 5; XI, 13; XIII, 10; XIX, 21.
Notas Lingüísticas:
No
confundir στολὴ con ἱμάτια
Zorell: “ἱμάτια:
1) En general: cualquier vestido… 2) En particular: Manto
exterior”.
Cfr. Apoc.
III, 4.5.18; IV, 4; XVI, 15; XIX, 13.16.
Zorell:
“στολὴ: Vestido más excelente y largo, vestido talar, estola. Cfr. Mc. XII, 38; XVI, 5; Lc. XV, 42; XX, 46”.
Cfr. Apoc.
VI, 11; VII, 9.13.14; XXII, 14.
Idem Zerwick.
Comentario:
Al
igual que más arriba, siguen las semejanzas con los mártires del Anticristo: túnicas blancas y descanso.
Straubinger:
“La túnica blanca (o estola) es como una prenda cierta del
triunfo definitivo (cf. III, 4; VII, 9; XIX, 14). Pero estas
oraciones de los santos son las mencionadas en VIII, 3-5, como causa de las
tribulaciones que caerán sobre la tierra en el séptimo sello para apresurar el
final (cf. v. 12 ss.; VIII, 1 y notas). Esto confirma, a la luz
de S. Pablo, lo que hemos dicho más arriba sobre el primer jinete (v. 2
ss.), pues lo que detiene la liberación de estas almas es la necesidad
de que primero venga la apostasía -o "el misterio de la iniquidad que ya
obra" desde entonces (II Tes. II, 7) - y luego se haga manifiesto el
Anticristo (ibid. v. 3); y es necesario que éste se revele abiertamente
(ibíd. v. 8), dando lugar para que pueda ser eliminado por la
manifestación de la Parusía (ibíd. v. 8; cf. XIX, 19 ss.). De ahí
que el ven del primer sello (v. 1 s.) sea "el momento
esperado y decisivo para la consumación del misterio de Dios" (X, 7) lo mismo
que vemos en XIII, 1".
Wikenhauser:
“También aquí salta a la vista la coincidencia con el discurso escatológico
de Jesús. En uno y otro caso, al anuncio de guerras, hambres y pestes sigue la
predicación de graves persecuciones contra los discípulos de Jesús, con la sola
diferencia de que la predicción se hace aquí en forma indirecta”.