11. Tienen
sobre sí por rey al ángel del abismo, su nombre en hebreo “Abaddón” y en griego
nombre tiene “Apolión”.
Notas
Lingüísticas:
Fillion: “El ángel de el
abismo”. Con doble artículo”.
Comentario:
Straubinger: “Abaddón,
equivalente de infierno, significa en hebreo exterminio o ruina (en griego: apóleia)
Cfr. Job XXVI, 6. Así se llama también el jefe del infierno, cuyo
oficio consiste en la destrucción de los hombres, porque “los ángeles buenos o
malos suelen tomar su nombre de aquel ministerio en que se ocupan (San Gregorio
Magno)”.
Wikenhauser: “A diferencia de las
verdaderas langostas (Prov. XXX, 27), estos seres obedecen a un rey, más
exactamente a un ángel, señor del abismo, de donde provienen. La expresión “ángel
del abismo” se encuentra solamente en este pasaje. El término hebreo “Abaddón”
significa “ruina”; en los LXX se traduce por “apóleia” y en el AT designa el
reino de los muertos. El griego “Ἀπολλύων” significa “destructor”.
Bartina: "Ese ejército de
naturaleza maligna tiene un rey. Es el ángel del abismo, el jefe del
abismo de donde proceden. Se le da un nombre. En arameo es abadón
(Ἀβαδδών). Efectivamente, es una palabra semítica cuya forma hebrea ´abaddon se
ha de traducir por el abstracto[1]
"perdición", "destrucción", lo contrario de
"salvación", que es Jesucristo (Sal. LXXXVIII, 12; Prov. XV, 11;
XXVII, 20; Job. XXVI 6; XXVIII, 22; XXXI, 12). En cambio, la forma griega que
se añade inmediatamente, a modo como de glosa (Ἀπολλύων), que viene del verbo "apollumi"
(echar a perder), es nombre de agente
y equivale a "perdedor", "destructor", lo contrario de
"salvador" (…) constatación terrible: pertenecen al círculo
del abismo, como formando parte de las huestes sujetas a su ángel, dos
"hijos de perdición", Judas (Jn. XVII, 12) y el anticristo (II Tes.
II, 3)".
Garland: "Ἀβαδδών, una transliteración del
término hebreo correspondiente, el cual significa "perecer, perderse,
estar arruinado". Se traduce por "destrucción" y está asociado con el Sheol en Job XXVI, 6 y
Prov. XV, 11, donde denota un lugar que es visto por la
omnipresencia y omnisciencia de Dios. Abaddon es personificado junto con la
muerte como sabiendo la fama de la esquiva sabiduría (Job XXVIII, 22). Se dice
que es el destino de un fuego abrasador (Job XXXI, 12) y está asociado al
sepulcro, pero diferenciado de él (Sal. LXXXVII, 12). Se dice que el Sheol y
Abaddon ("destrucción") nunca están llenos (Prov. XXVII, 20). En
todos los casos denota un lugar asociado al Sheol y el sepulcro, pero
difiere de ellos. "Los rabinos
hicieron de Abadón la parte más baja de las dos regiones en que dividieron el
mundo subterráneo".
Iglesias: “Abaddón (nombre hebreo y arameo): “[lugar de] perdición”; aquí está personificado: “Perdición”,
destrucción. Apolíon (más exactamente Apollyôn) significa “destructor”.”
12. El "ay",
el uno, se fué; he aquí vienen todavía dos "ay" después de esto.