a) Externa.
Es tanta la similitud entre las estructuras externas de
ambos Discursos que, a no dudarlo, ha sido ésta y no otra la ocasión que ha generado la
identificación de los Discursos y consiguientemente, toda la confusión e
interminable variedad de opiniones a la hora de interpretar todos estos
pasajes.
Lucas nos trae
la pregunta, y por lo tanto, la respuesta de la destrucción del Templo,
mientras Mateo y Marcos lo hacen en lo que se refiere a la
Parusía. En ambos casos preguntan por el tiempo y la señal y la respuesta del
Señor es estructuralmente la misma
pero con diferencia de contenido:
En el caso de San Lucas
tenemos:
1) Sucesos anteriores a la
destrucción de Jerusalén y del Templo pero que, sin embargo, no son signos (vers.
8-19).
2) El signo
propiamente tal de la destrucción: sitio a Jerusalén por los ejércitos (vers.
20) seguido de las calamidades que le han de acaecer a los judíos, las cuales
Nuestro Señor extiende hasta el cumplimiento de “el tiempo de los gentiles” (vers. 21-24).
3) Juicio de las
Naciones seguido de la Parusía (vers. 25-28).
4) El signo próximo
de la Parusía: el reverdecer de la Higuera y
de los otros árboles (vers. 29-31).
5)
Confirmación de sus palabras (vers.
32-33).
6) Exhortación a la vigilancia (vers. 34-36).
Mientras que en el caso de San
Marcos (y Mt.) tenemos:
1) Sucesos anteriores a la Parusía
pero que, sin embargo, no son signos (vers. 5-13) sino tan sólo el
comienzo de los dolores.
2) El signo
remoto de la Parusía: el Anticristo profanando el Templo (vers. 14-23).
3) Juicio de las
Naciones seguido de la Parusía y
del Rapto de la Iglesia (vers. 24-27).
4) El signo próximo
de la Parusía: el reverdecer de la Higuera (vers. 28-29).
5) Confirmación de sus palabras (vers. 30-31).
6) Respuesta al “cuándo” será la Parusía y
exhortación a la vigilancia (vers. 32-37).