Sobre la traducción que hemos dado, algunos habrán
notado una variante no menor hacia el final de la frase. Creemos que es la
correcta, pero antes de dar las razones notemos que es, entre otros, la de Straubinger,
quien traduce:
“El misterio de la
iniquidad ya está obrando ciertamente, sólo (hay) el que ahora detiene hasta que aparezca de en medio”.
Y en su comentario escribe:
“Hasta
que aparezca de en medio:
Otros traducen: hasta que sea quitado
de en medio, lo cual aumenta aún más la oscuridad de ese misterioso pasaje,
siendo difícil saber a quién se refieren cada vez los distintos verbos. Hemos
de pensar que si Dios ha querido dejar este lugar en la penumbra, ello es sin
duda porque hay cosas que sólo se entenderán a su hora (Jer. XXX, 24; Dan. XII,
1-10; Apoc. X, 4)”.
Pero pasemos ya sin mayores preámbulos a la
magistral exposición de Padovani (en una nota en su edición de Alápide in loco)[1] que no tiene desperdicios:
“Los versículos 6 y 7 siempre incomodaron a
los exégetas.
La sentencia acostumbrada afirma que en el v.
6 (y ahora lo que detiene, en
griego τὸ κατέχον, sabéis, para
que él se revele en el tiempo suyo) se habla del obstáculo que detiene o
retiene la aparición del hombre de iniquidad o Anticristo; el cual aparecerá
cuando fuere quitado del medio el obstáculo mismo (v. 7: sólo que el que
detiene, en gr. ὁ κατέχων, ahora, tenga hasta que del medio sea quitado,
v. 8 y entonces se revelará el inicuo); cuál sea el obstáculo, aquí,
pues, Pablo no lo dice expresamente, pero de su enseñanza oral era conocida por
los Tesalonicenses (v. 5 ¿No recordáis
que, todavía estando con vosotros, esto os decía? 6. Y ahora lo que detiene, sabéis). Los intérpretes tanto antiguos como
modernos tienen diversas opiniones sobre cuál pueda ser la mente y doctrina del
apóstol: algunos, pues, creen que es la Iglesia Católica; otros Cristo o el
espíritu de Cristo penetrando las sociedades humanas; otros la acción que
ejerce la Iglesia de Cristo principalmente por la predicación evangélica; otros
la predicación misma del evangelio que se debe hacer por todo el orbe; otros el
imperio romano, o tomado en sentido propio (por lo general los antiguos), o
considerado en su razón general en cuanto implica la forma del ordenado régimen
social (algunos modernos).