Sobre el significado de “esta generación” y
“la ignorancia del día y la hora” ya hemos hablado en otras oportunidades. Ver AQUI
y AQUI.
Mateo XXIV
42. "Velad, pues, porque no sabéis en qué
día vendrá vuestro Señor.
43. Comprended bien ésto, porque si hubiera
sabido el amo de casa a qué hora de la noche el ladrón venía, hubiera vigilado
ciertamente y no hubiera dejado horadar su casa.
44. Por eso, también vosotros estad prontos,
porque a la hora que no pensáis, vendrá el Hijo del Hombre.
45. "¿Quién es, pues, el siervo fiel y
prudente, a quien puso el Señor sobre su servidumbre para darles el alimento a
su tiempo?
46. ¡Feliz el siervo aquel, a quien su señor
al venir hallare obrando así!
47. En verdad os digo, lo pondrá sobre toda su
hacienda.
48. Pero si aquel siervo malo dice en su
corazón: "Se me retrasa el señor",
49 y pone a golpear a sus consiervos y a comer
y a beber con los borrachos,
50. volverá el señor de aquel siervo el día
que no espera y en la hora que no sabe,
51. y lo separará y le asignará su suerte con
los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Marcos XIII
33. "¡Tened cuidado!, ¡Estad alertas!,
porque no sabéis cuándo será el tiempo;
34. como un hombre que partiendo para otro
país, dejó su casa, y dio a sus siervos la potestad, a cada uno su tarea, y al
portero encomendó que velase.
35. Velad, pues, porque no sabéis cuándo
volverá el Señor de la casa, si en la tarde, o a la medianoche, o al canto del
gallo, o en la mañana,
36. no sea que volviendo de improviso, os
encuentre dormidos.
37. Lo que os digo a vosotros, lo digo a
todos: ¡Velad!"
Lucas XXI
34. Mirad por vosotros mismos, no sea que
vuestros corazones se carguen de crápula y embriaguez, y con cuidados de esta
vida, y que ese día no caiga sobre vosotros de improviso,
35. como un lazo; porque vendrá sobre todos los
habitantes de la tierra entera.
36. Estad alertas, pues, en todo tiempo
rogando para que podáis tener la fuerza de escapar a todas estas cosas que han
de suceder y estar en pie delante del Hijo del hombre.
Notas
lingüísticas:
Lc. v.
34: μερίμναις (cuidados): la misma palabra la encontramos
en la admonición a los discípulos relativa a las persecuciones del quinto sello
y a lo que se debe responder (Mt. X, 19 y Mc. XIII, 11).
Lc. v. 34: Αἰφνίδιος (de repente): Esta
palabra vuelve a aparecer en el mismo contexto solamente una vez más en las
Escrituras, en la I Tes. V, 3: “Cuando digan “paz y seguridad”, entonces
vendrá sobre ellos de repente la ruina, como dolores de parto a la que
está encinta; y no escaparán”.
Lc. v. 36: Ἐκφυγεῖν (escapar): la misma idea
sigue en la I Tes. V, 3, como puede verse.
Lc. v. 36: Ἀγρυπνεῖτε
δὲ ἐν παντὶ καιρῷ δεόμενοι (estad
alertas, pues, en todo tiempo rogando): Cfr. II, 37, la parábola de la viuda en XVIII, 1 y Hechos XXVI, 6-7.
Lc. v. 36: Σταθῆναι
(estar en pie): Cfr. v. 28: “erguíos” y “levantad vuestras
cabezas”.
Lc. v. 36: Ἔμπροσθεν (delante): Cfr. Mt. XXV, 32.
Mc. v.
33 y Lc. v. 36:
ἀγρυπνεῖτε (velad), usado por San Pablo en el mismo sentido
en la I Tes. V, 6.
Zerwick:
Lc. v. 34: “βιωτικαῖς (de la vida):
“perteneciente a (sustento de) la vida o a la obtención de alimento.”
Lc. v.
35: “καθημένους”:
participio. Hebraísmo = habito”.
Lc. v. 36: “σταθῆναι” (estar de pie):
“hebraísmo: sostenerme erguido = no sucumbir en el juicio”.
Mc. v. 35: “ἐξουσίαν”: derecho para administrar
libremente las cosas”.
Joüon:
Lc. v.
36: “σταθῆναι ἔμπροσθεν”,
literalmente “estar de pie ante” es aquí un hebraísmo que significa
“mantenerse”. Prácticamente significa no sucumbir, no ser condenado, puesto
que el Hijo del Hombre viene para juzgar. Puede verse Sal. V, 6: “Los
insensatos no se mantendrán ante Ti”.
Lagrange:
Lc. v.
36: “σταθῆναι:
no en el sentido pasivo de ser presentado, llevado ante Cristo (Schanz,
Knabenbauer), lo cual sería contra el uso constante de Lucas, en
donde el verbo significa estar de pie (XI, 18; XVIII, 11.40; Hech. II, 14,
etc.). Así, pues, el significado es estar de pie en una situación honorable”.
Fillion:
Mt. v.
43: ἐκεῖνο (ésto): “El
pronombre es puesto antes con énfasis, para llamar la atención sobre algo
remarcable”.
Lc. v.
34 = I Ped. IV, 7: “sed sobrios
y vigilad”.
Lc. v.
35: “Qui sedent super faciem… hebraísmo,
cfr. II Rey. IV, 8; Hech. XVII, 26, etc.”... Es sinónimo de “habitare”.
Lc. v.
37: “Erat autem”, imperfecto
que expresa una costumbre, hechos repetidos”.
Comentario:
Siguen
a continuación tres discursos
diferentes relativos a la admonición de Nuestro Señor sobre la espera y
vigilancia de su Parusía.
Las
diferencias no son difíciles de explicar:
En San
Mateo vemos, una vez más, el mismo procedimiento: en lugar de insertar la
admonición propia del Discurso, que es la de San Marcos, lo que hace es
darnos una parábola pronunciada en otra ocasión y traída por San Lucas en
su capítulo XII.
Como ya
hemos explicado, esta parábola fue pronunciada mientras caminaba junto a los
Apóstoles y al ver una casa horadada por ladrones, con lo cual es evidente que
está fuera de su lugar y debemos por tanto seguir el texto de Mc.
Los
textos de San Mateo y San Lucas, comparados entre sí, son los siguientes:
Mateo XXIV
42. "Velad, pues,
porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor.
43. Comprended bien esto, porque si hubiera sabido el amo de casa a qué hora de
la noche el ladrón iba a venir, hubiera vigilado
ciertamente y no hubiera dejado horadar
su casa. 44. Por eso, también vosotros estad prontos, porque a la hora que no
pensáis, vendrá el Hijo del Hombre. 45.
"¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien puso el Señor sobre su
servidumbre para darles el alimento a su tiempo? 46. ¡Feliz el siervo aquel, a
quien su señor al venir hallare obrando así! 47. En verdad os digo, lo pondrá
sobre toda su hacienda. 48. Pero si aquel siervo malo dice en su corazón:
"Mi amo tarda en regresar", 49. y pone a maltratar a sus consiervos y
a comer y a beber con los borrachos, 50. el amo de este servidor volverá el día
que no espera y en la hora que no sabe, 51. y lo partirá por el medio y le
asignará su suerte con los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de
dientes.
Lucas XII
35. “Estén ceñidos
vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas. 36. Y sed semejantes a hombres
que aguardan a su amo a su regreso de las bodas, a fin de que, cuando Él llegue
y golpee, le abran enseguida. 37. ¡Felices esos servidores, que el amo, cuando
llegue, hallará velando! En verdad, os lo digo, él se ceñirá, los hará sentar a
la mesa y se pondrá a servirles. 38. Y si llega a la segunda vela, o a la
tercera y así los hallare, ¡felices de ellos! 39.
Sabedlo bien: porque si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora el ladrón
había de venir, no hubiera dejado horadar su casa. 40. Vosotros también estad
prontos, porque a la hora que no pensáis es cuando vendrá el Hijo del hombre.
41. Entonces Pedro le dijo: “Señor, ¿dices por
nosotros esta parábola o también por todos?” 42.
Y el Señor dijo: “¿quién es pues el mayordomo fiel y prudente, que el amo pondrá a la cabeza de la
servidumbre suya para dar a su tiempo la ración de trigo?” 43. ¡Feliz el siervo
aquel, a quien su señor al venir hallare obrando así! 44. En verdad os digo, lo
pondrá sobre toda su hacienda. 45. Pero si ese siervo dice en su corazón: “Mi
amo tarda en regresar”, y se pone a maltratar a los servidores y a las
sir-vientas, a comer, a beber y a embriagarse, 46. el amo de este servidor
vendrá el día que no espera y en la hora que no sabe, lo partirá por el medio,
y le asignará su suerte con los incrédulos.
Es
interesante notar aquí el procedimiento de San Mateo: los versículos 35-38 de
San Lucas los resume con un simple “Velad, pues, porque no sabéis en qué
día vendrá vuestro Señor”, mientras que omite por completo la pregunta de San
Pedro: “Entonces Pedro le dijo: “Señor, ¿dices por nosotros esta
parábola o también por todos?” seguramente porque iba a quedar fuera de
contexto, por eso, como lo nota Straubinger:
“El sentido de
este pasaje se ve más claro en Lc. XII, 41”.
Por su
parte Schmid, comentando San Mateo[1]
dice:
“En
este pasaje, el texto de Mateo, que no constituye una unidad originaria,
concuerda casi literalmente con el de Lucas.
En el v.
43, la expresión “estaría en vela”, que falta en Lc. XII, 39 y no es
indispensable en el texto, ha sido introducida por Mateo. Su fin es no
sólo aclarar el pensamiento y obtener un enlace con el v. 42, sino que muestra,
además, el criterio con que Mateo ha compuesto el pasaje que abarca XXIV,
37-XXV, 13, y lo ha añadido al discurso de la Parusía…”.
El
Discurso de Nuestro Señor en el Monte de los Olivos que trae San Mateo
termina con el v. 36, y lo que inserta después son admoniciones o
parábolas pronunciadas en otra ocasión: similitudes con los tiempos del
diluvio, parábolas del amo y de los servidores vigilantes, de las diez
vírgenes, de los talentos y el juicio a la Iglesia, todas ellas con un
denominador común: la venida del Mesías en Gloria y Majestad.
Con
todo, son pertinentes dos observaciones de Straubinger al cap. XII
de San Lucas:
Vers. 44: “Lo
colocará al frente de toda su hacienda”. Comparar v. 37. Allí habla
en plural y se dirige a todos. Aquí habla en singular como en Mt. XXIV, 47 y
se dirige a Pedro a quien había prometido las llaves del Reino”.
Vers. 46: “Es
de notar cómo este pasaje, que muestra la tremenda responsabilidad de
los que tienen cura de almas (v. 48) prueba al mismo tiempo, contra
la opinión de ciertos disidentes, que el plan de Cristo comporta la existencia
de pastores hasta que Él vuelva”.
Por su
parte la Biblia de Jerusalén,
comenta el v. 42 de Lucas:
“Se
trata, pues, de un servidor constituído
en autoridad sobre los otros servidores, lo que responde bien a la pregunta
de Pedro, en la cual “nosotros” se
refiere a los Apóstoles”.
[1] Op. cit.