Magdalena Chasles, Para
leer el Evangelio (Reseña)
CJ Traducciones, 2024, pp.
81
De la reconocida autora de El que Vuelve (AQUI) y He aquí que vengo (AQUI), en este caso tenemos una pequeña introducción al Evangelio con su estilo claro y ameno, tan característico.
Dice la autora en el prólogo:
Nos dirigimos a quienes, para comprender mejor la vida de Jesucristo
relatada por los evangelistas, necesitan todavía que se les indique el camino.
Si el alma es recta y sincera, pronto entrará en contacto directo con su
Salvador; lo verá vivir, lo sentirá actuar, y pronto, como María de Betania,
sentada a sus pies, recibirá una creciente fuerza de convicción, o bien, como
los discípulos de Emaús, dirá: «¿No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba?».
Jesucristo en los Evangelios ya no aparece como una abstracción para quien
los comprende de verdad. No es el Dios de los filósofos y de los eruditos, sino
el CRISTO VIVO; sí, vivo en nuestras vidas, el que no puede ser captado por las
fórmulas, pero que puede ser encontrado por los corazones sencillos y puros.
Estas páginas se dirigen a corazones bienintencionados, no a razonadores y
mentes finas incapaces de comprender la Escritura.
«Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque encubres
estas cosas a los sabios y a los prudentes, y las revelas a los pequeños» (Mt.
XI, 25).
Por eso, hay que abrir los Evangelios con alma de niño, leyéndolos como en
oración. Pero, dicho esto, ¡lejos de nosotros despreciar la cultura general y
el conocimiento de los lugares bíblicos! Al contrario, estas cosas nos ayudarán
a captar la vida judía en la época de Jesús y nos permitirán adentrarnos en el
ambiente en el que vivió Cristo.
En este pequeño manual desarrollaremos tres ideas principales:
Debemos leer el Evangelio con espíritu de fe, humildad, confianza, oración
y amor (Prólogo).
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