8. Y el cuarto derramó su copa sobre el sol y se le dio abrasar a los hombres con fuego.
Concordancias:
ἐξέχεεν (derramó): cfr. Mt. XXIII, 35; Lc. XI, 50; Hech. XXII, 20; Jud. I, 11; Apoc. XVI, 1-4.6.10.12.17.
Φιάλην (copa): cfr. Apoc. V, 8; XV, 7; XVI, 1-4.10.12.17; XVII, 1; XXI, 9.
No confundir con:
Ποτήριον (cáliz):
cfr. Apoc. XIV,
10; XVI, 19; XVII, 4; XVIII, 6.
Ἡλιον (sol):
cfr. Mt. XIII, 43; XVII, 2; Apoc. I,
16; VI, 12; VII, 2.16; VIII, 12; IX, 2; X, 1; XII, 1; XVI, 12; XIX, 17; XXI, 23; XXII, 5.
Καυματίσαι (abrasar): cfr. Mt. XIII, 6; Mc. IV, 6; Apoc. XVI, 9. Ver Apoc. VII, 16.
ἀνθρώπους (hombres): cfr. Apoc. VIII, 11; IX, 4.6.10.15.18.20; XIII, 13; XIV, 4 (?); XVI, 2.9.18.21. Ver Apoc. VIII, 13.
πυρί (fuego): cfr. Apoc. I, 14; II, 18; III, 18; IV, 5; VIII, 5.7-8; IX, 17-18; X, 1; XI, 5; XIII, 13; XIV, 10.18; XV, 2; XVII, 16; XVIII, 8; XIX, 12.20; XX, 9-10.14-15; XXI, 8.
Comentarios:
Abrasar, en los evangelios (Mt. XIII, 6; Mc. IV, 6) es sinónimo de las persecuciones a los mártires del quinto Sello.
Allo: “Cfr. la 4ª Trompeta en VIII, 12; pero la transformación causada a los cuerpos celestes es muy diferente; allí son obscurecidos, mientras que aquí es atizada la flama del sol. De hecho, hay que tomar la 4ª y 5ª Copas juntas para tener un paralelo completo de la 4ª Trompeta”.
Allo: “Las cuatro primeras copas alcanzaron inmediatamente la naturaleza (tierra, aguas y fuego), y por ellas a los hombres; las tres últimas golpean a los hombres más directamente; se trata pues de un vestigio de una división en 4 + 3; pero hay que reconocer que es menos marcadas que las otras, pues, en la séptima plaga, la cósmica (el aire, 4º elemento) se combina con el humano. Un segundo vestigio de este modo de obrar es la mención de la impenitencia de los hombres, desde esta plaga, en el versículo próximo, hasta la última; pero no coincide con el primero; hay, pues, dos divisiones de las series de las Copas, respectivamente en 4 + 3 y en 3 + 4”.
Bartina: “El cuarto ángel derrama su copa sobre el sol. El sol es el máximo representante del cuarto elemento o de la cuarta parte constitutiva de la región suburania. Con éstos se indica que a toda ella afectan las plagas. Le fue concedido al ángel abrasar a los hombres con fuego. Para entender adecuadamente esta expresión hay que tener en cuenta las concepciones cósmicas de los hebreos y las condiciones climatológicas de Palestina. El sol era una gran lámpara que estaba en el aire. El ángel, pues, derrama el contenido de su fiala en el aire sobre el sol y tiene potestad de irlo atizando. A medida que el sol aumenta su fuego abrasador, quema a los hombres por sí mismos y por el ardor del aire encendido. Es una idea parecida a la del Salmo XI: Para el malo… “será viento abrasador la porción de su copa” (v. 6). Según las teologías judías el sol consumirá a los impíos[1]”.
Swete: “La Cuarta
Copa, al igual que la Cuarta Trompeta, está relacionada con el sol, pero el
efecto es diferente y casi opuesto, ya que en lugar de una plaga de tinieblas
(VIII, 12) sigue una plaga de excesivo calor. El sol recibe poder (se le dio. Cf. VII, 2; VIII, 3; IX, 5;
XIII, 7.15), para abrazar a la humanidad con fuego (cf. XIV, 10, es decir, la
temperatura sube hasta el calor del fuego)”.