domingo, 17 de diciembre de 2023

Algunas notas a Apocalipsis XVI, 12

   12. Y el sexto derramó su copa sobre el río, el grande, Éufrates, y se secó su agua para que se preparase el camino de los reyes, los del oriente del sol. 

Concordancias: 

ἕκτος (sexto): cfr. Apoc. VI, 12; IX, 13-14; XXI, 20. 

ἐξέχεεν (derramó): cfr. Mt. XXIII, 35; Lc. XI, 50; Hech. XXII, 20; Jud. I, 11; Apoc. XVI, 1-4.6.8.10.17. 

Φιάλην (copa): cfr. Apoc. V, 8; XV, 7; XVI, 1-4.8.10.17; XVII, 1; XXI, 9. 

No confundir con: 

Ποτήριον (cáliz): cfr. Apoc. XIV, 10; XVI, 19; XVII, 4; XVIII, 6. 

ποταμὸν (río): cfr. Mt. VII, 25.27; Lc. VI, 48-49; Apoc. VIII, 10; IX, 14; XII, 15-16; XVI, 4; XXII, 1-2. 

τὸν ποταμὸν τὸν μέγαν (el río, el grande): cfr. Apoc. IX, 14; Dan. VII, 2. Ver Mt. VII, 27; Lc. VI, 49; Apoc. VIII, 10. 

Εὐφράτην (Éufrates): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. IX, 14. 

Ἐξηράνθη (se secó): cfr. Mt. XIII, 6, Mc. IV, 6 y Lc. VIII, 6 (semilla que crece, pero se seca por la tribulación); Mt. XXI, 19-20 y Mc. XI, 20-21 (higuera maldita el lunes santo); Jn. XV, 6 (sarmientos secos separados de la vid); Apoc. XIV, 15 (siega de la tierra). 

ὑδάτων (de aguas): cfr. Sal. XXXV, 9-10; Jn. IV, 14; Apoc. VII, 17; VIII, 10-11; XI, 6; XIV, 7; XVI, 4-5; XXI, 6; XII, 1.17. Ver Apoc. I, 5; XII, 15; XIV, 2; XVII, 1.15; XIX, 6. 

τοιμασθῇ (se preparase): Apoc. VIII, 6; IX, 7.15; XII, 6; XIX, 7; XXI, 2. 

ὁδὸς (camino): cfr. Mt. III, 3; XI, 10; Mc. I, 2-3; Lc. I, 76.79; III, 4-5; VII, 27; Jn. I, 23; XIV, 6; Hech. IX, 2; XIII, 10; XVI, 17; XVIII, 25-26; XIX, 9.23; XXII, 4; XXIV, 14.22; Rom. XI, 33; Heb. III, 10; IX, 8; X, 20; II Ped. II, 2.15.21; Jud. I, 11; Apoc. XV, 3. 

βασιλέων (reyes): cfr. Apoc. I, 5; VI, 15; IX, 11; X, 9; XV, 3; XVI, 14; XVII, 2.10.12.14.18; XVIII, 3.9; XIX, 16.18-19; XXI, 24. 

Ἀνατολῆς (oriente): cfr. Mt. II, 1-2.9; VIII, 11; XXIV, 27; Mc. XVI, 20; Lc. I, 78; XIII, 29; Apoc. VII, 2; XXI, 13. 

Ἡλίου (sol): cfr. Mt. XIII, 43; XVII, 2; Apoc. I, 16; VI, 12; VII, 2.16; VIII, 12; IX, 2; X, 1; XII, 1; XVI, 8; XIX, 17; XXI, 23; XXII, 5. 

Ἀνατολῆς ἡλίου (oriente del sol): cfr. Apoc. VII, 2. Ver Mt. II, 1. 

 

Citas bíblicas: 

Jer. L, 38 ss: ¡Sequedad sobre sus aguas, que se secarán! Porque es un país de ídolos, se vuelven locos con sus imágenes Por eso habitarán (allí) las fieras con los chacales; y los avestruces tendrán en ella su morada; nunca jamás será habitada no volverá a ser poblada en los siglos (…) “He aquí que viene del Norte un pueblo; una nación grande y reyes poderosos; se alzan desde los extremos del orbe, empuñan el arco y el venablo, son crueles y sin piedad, sus voces son como el mar que brama, montan caballos, y vienen armados como guerreros contra ti, oh hija de Babilonia. El Rey de Babel oye la noticia, y se le debilitan los brazos; le sobrevienen angustias y dolores como parturienta”. 

Jer. LI, 33 ss: “… ¡Recaiga sobre Babel la violencia que he sufrido en mi carne, dice la habitadora de Sión; y mi sangre sobre los habitantes de Caldea!, dice Jerusalén. Por eso, así dice Jehová: “He aquí que yo defenderé tu causa y te vengaré; secaré su mar y haré que se agoten sus fuentes. Babel será un montón de ruinas, morada de chacales; objeto de pasmo y escarnio, (tierra) sin habitantes… ¡Cómo ha sido tomada Sesac, conquistada la gloria de toda la tierra! ¡Cómo se ha trocado Babel en objeto de horror entre los pueblos! El mar[1] ha inundado Babilonia, la cubrió la muchedumbre de sus olas…”. 

 

Comentario: 

Dudas: 

1) ¿Quiénes son estos reyes y para qué atraviesan el Éufrates? 

Resp. son principalmente los partos que lo atraviesan para destruir Babilonia. 

2) ¿“Oriente” de qué? ¿De Patmos, de Jerusalén, del Éufrates? 

Resp: parece que es el oriente de Babilonia. 

En Dan. VII, 2 se habla del Mar Grande, que es el Éufrates, llamado como aquí “grande”. 

El Éufrates, llamado “río grande”, se diferencia de los ríos sobre los cuales caen las plagas de la tercera trompeta (VIII, 10-11) y tercera copa (XVI, 4-7). 

En Is. XI, 15-16; XLIV, 27 y LI, 10 se profetiza, como aquí, que el Éufrates se secará. Cfr. Sal. LXV, 6. 

Straubinger: “El Éufrates, en la 6ª copa, como en la 6ª trompeta (IX, 14 y nota), será secado como lo fue el mar Muerto (Éx. XIV, 21) y el río Jordán (Jos. III, 13-17)… ¿Y quiénes son éstos del oriente?... otros, como Fillion, (responden) que serán reyes venidos de esa dirección para combatir al Señor, unidos a los de toda la tierra (v. 14) y cuya reunión aprovechará Él “para ejecutar contra ellos sus proyectos de venganza (cfr. XIX, 19)”. Otros, considerando que los de los vv. 13-14 no se unen con éstos sino contra éstos, ven aquí el cumplimiento de lo anunciado sobre la vuelta, para su conversión (Rom. XI, 25 s.), de las diez tribus de Israel (Efraín) dispersas (Is. XI, 14-16; XLIX, 12, texto hebreo; Ez. XXXVII, 12-23; IV Esd. XIII, 39-50), las cuales no habrían sido comprendidas en la infidelidad de Judá pues sólo a esta se refería y sólo a ella se comunicó la profecía de Is. VI, 9 mencionada por San Pablo en Hech. XXVIII, 25 s.”. 

Wikenhauser: “Sin duda son estos los diez reyes que, según XVII, 12 s, se aliarán con el Anticristo para destruir Babilonia. Así, pues, Dios obra un prodigio a favor de quienes son los instrumentos de su ira, haciendo que éstos puedan atravesar el Éufrates sin mojarse los pies”. 

Caballero Sánchez: “Muchos, oyendo que aquí se habla de reyes a los que la copa derramada prepara un camino, y viendo que, poco después, serán mencionados también "reyes" convocados y en marcha hacia Harmageddón, deducen precipitadamente que todos esos "reyes" son los mismos, y que los fenómenos de la sexta copa se prolongan en el texto hasta Harmageddón.

Hay, sin embargo, diferencias esenciales entre unos y otros "reyes"; pues, el texto determina uno y otro grupo con artículos bien definidos y describe la esfera geográfica que les pertenece respectivamente. — Además, desde el v. 13 comienza un cuadro nuevo que no está incluido en la sexta copa. Es una visión intermedia, como ocurre en los demás septenarios, entre la sexta y la séptima copa. Si esa visión perteneciera a la sexta copa, Juan tan medido en sus palabras, hubiese continuado la descripción sin añadir la inútil redundancia: "y vi...".

Hay otra confusión substancial ya conocida. La mención del Éufrates, aquí como en la sexta trompeta, parece a los "sabios" un argumento suficiente para identificar esta copa con aquella trompeta: son, dicen, los mismos hechos bajo colores diversos.

La verdad es al revés: el escenario es el mismo, pero les hechos son substancialmente diversos.

En fin, sobre el sentido del texto, los "sabios" están acordes en la misma senda extraviada. — Se abre un camino, dicen, a los reyes orientales para que vengan a castigar a las potencias perseguidoras de la Iglesia: tal es el primer plano de la visión. — En un segundo plano, todas esas potencias políticas se destrozan entre sí por decreto providencial. Finalmente, tercero y último plano, todas ellas serán aniquiladas por las fuerzas celestiales del Cordero en el gran Día del Señor… En primer término, Juan ve a los reyes Partos golpeando las puertas del Imperio romano con miras a destruirlo. Esos reyes son los tipos y heraldos de los futuros príncipes que, como instrumentos providenciales, castigarán a los futuros "Anticristos"…

El texto, en verdad, contiene hechos muy distintos y mucho más interesantes que los que contemplan los "sabios"…”. 

Fillion: “In flumen illud…: el pronombre, muy acentuado, traduce bastante bien los tres artículos del griego: sobre el río, el grande, el Éufrates. Ver IX, 14b”. 

Bartina: “(Al Éufrates) se le llama por antonomasia, en documentos bíblicos y extrabíblicos, el gran Río, en oposición a los otros ríos occidentales: Orontes, Jordán y numerosos torrentes y uadis. El efecto de la plaga, secarse la corriente, recuerda el paso del mar Rojo y del Jordán a pie enjuto (Ex. XIV, 29; Jos. III, 14-17)”. 

Bossuet: “Secarse el agua del río, según el estilo de los profetas, es lo mismo que abrir el paso, como consta por Is. XI, 15 y Zac. X, 11 y por lo tanto también aquí se agrega a continuación: “Para que se preparase el camino de los reyes, los del oriente”. 

Alápide (in Gén.XXIX, 1): “Jacob prosiguió su viaje y se fue al país de los hijos de Oriente: en la Mesopotamia, que está al oriente de Palestina”. 

Biblia de Vence (in Gén.XXIX, 1): “Es decir a la Mesopotamia, según el uso de los hebreos, que llaman país del Oriente a la Mesopotamia y demás países más allá del Éufrates”.



 [1] ¿La Bestia del Mar?