5. Y oí al ángel de las aguas que decía: “Justo eres, (Tú que tienes por nombre) el que Es y el que Era, el Santo, porque ésto has juzgado.
Concordancias:
ἤκουσα (oí):
cfr. Apoc. I, 3.10; II, 7.11.17.29; III, 3.6.13.20.22; IV, 1; V, 11.13; VI,
1.3.5-7; VII, 4; VIII, 13; IX, 13.16; X, 4.8; XII, 10; XIII, 9; XIV, 2.13; XVI,
1.7; XVIII, 4; XIX, 1.6; XXI, 3; XXII, 8.17-18. Ver Apoc. IX, 20; XI,
12; XVIII, 22-23.
Ἀγγέλου (ángel): cfr. Mt. XI, 10; Mc. I, 2; Lc. VII, 27 (San Juan
Bautista); Lc. VII, 24; IX, 52 (mensajeros); Sant. II, 25 (dos
mensajeros de Josué); Apoc. I, 1; V, 2; VII, 2; VIII, 3-5; X, 1.5.8-10; XIV,
6.8-9.15.18; XVIII, 1.21; XIX, 17; XXII, 16 (San Gabriel); VIII,
2.6.8.10.12-13; IX, 1.13-14; X, 7; XI, 15 (7 Arcángeles que tocan las siete
trompetas); I, 20; II, 1.8.12.18; III, 1.7.14 (Jerarquía); III, 5; V,
11; VII, 1.2.11; XIV, 10 (ángeles); IX, 11 (ángel del abismo); IX,
14-15 (ángeles malos de la sexta Trompeta); XII, 7 (ángeles de San
Miguel); XII, 7.9 (ángeles de Satanás); XIV, 17.19 (un ángel con
la hoz afilada); XV, 1.6-8; XVI, 1; XVII, 1.7; XXI, 9; XXII, 8 (ángeles
de las siete Copas); XX, 1 (San Miguel); XXI, 12 (12 Apóstoles); XXII,
6 (¿Cristo?).
ὑδάτων (de
aguas): cfr. Sal. XXXV, 9-10; Jn.
IV, 14; Apoc. VII, 17; VIII, 10-11; XI, 6; XIV, 7; XVI, 4.12; XXI, 6;
XII, 1.17. Ver Apoc. I, 5; XII, 15; XIV, 2; XVII, 1.15; XIX,
6.
Δίκαιος (justos): cfr. Mt. V, 45; X, 41; XIII, 17.43.49; XXIII,
29.35; XXV, 37.46; Lc. I,
17; XIV, 14; Heb. XII, 23; I Ped. III, 12; Apoc. XV, 3; XVI, 7; XIX, 2;
XXII, 11.
Ὁ ὢν καὶ ὁ ἦν (el que Es y el que Era): cfr. Apoc. I, 4.8; IV, 8; XI, 17.
Ὅσιος (santo): cfr. Hech. II, 27; XIII, 35; Apoc. XV, 4.
Ἔκρινας (has juzgado): cfr. Jn. IX, 39; XII, 48; II Tes. II, 12; Apoc. VI, 10; (habitantes de la tierra); XI, 18; XIX, 11 (Anticristo - Juicio de las Naciones); XVIII, 8.20; XIX, 2 (Babilonia por muerte a mártires del Anticristo);. Ver Apoc. XX, 12-13.
Comentario:
Straubinger: “Que eres y que eras: nótese, como en XI, 17, que ya no se agrega que has de venir (erjómenos: cf. Heb. X, 37 s y nota) sin duda porque ya sus juicios se han hecho manifiestos (XV, 4)”.
Allo: “ὅσιος: solamente aquí y en XV, 4”.
Esto prueba la relación entre estos dos versículos, como lo nota Straubinger. Además, hay similitud de lenguaje con los cap. VII y XI, siempre relacionados con los mártires del Anticristo.
Allo: “El “ángel de las aguas” recuerda el “ángel del fuego” de XIV, 18 y los “ángeles de los vientos” de VII, 1”.
Allo: “Dios no es llamado aquí “el que viene”, porque ya está allí, en plena actividad de juez, lo cual se verifica aún más rigurosamente en XI, 17, la séptima trompeta”.
Crampon (citado por Straubinger): “Las siete copas (como los otros septenarios del Apocalipsis) se dividen en dos grupos de tres y cuatro, separados por la intervención del ángel de las aguas. Esta división tiene sin dudas por objeto acentuar mejor el simbolismo del número siete, haciendo destacar sus dos elementos constitutivos: 3, número de Dios y 4, número para el mundo”.
Iglesias: “El ángel de las aguas: El Apoc. acepta la creencia judía (cfr. por ej., Hen. LXVI, 2) de que ciertos ángeles cuidan de los elementos de la naturaleza y controlan sus fuerzas; en este caso se trata de las aguas; en otros pasajes se trata de los vientos (VII, 1) o del fuego (XIV, 18)”.
Swete: “Sus palabras forman una suerte de antífona al cántico de XV, 3-4: ilustran la justicia y santidad proclamada en el cántico”.
Muñoz
León: “Tras esta tercera plaga,
encontramos (XVI, 5-7) una proclamación del Ángel de las aguas. En ella, Dios
(“Aquel que es y que era”) es proclamado justo y santo, puesto que hace
justicia (XV, 5). Con la tercera plaga Dios da a beber sangre a los que
derramaron la sangre de los justos y profetas (XV, 6). La respuesta que
viene del altar ratifica la veracidad y justicia de Dios (XVI, 7)”.